La salida de Procter & Gamble y el nuevo modelo de negocios: las multis se van, las marcas se quedan
Como en los casos de Nike, Zara y Clorox, la empresa norteamericana de consumo masivo le cedió la operación local a un socio argentino
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Con la venta de las marcas Pampers, Gillette y Pantene al grupo local Newsan, la multinacional Procter & Gamble (P&G) terminó de completar su salida del mercado argentino. El primer paso se había dado en 2023, cuando había llegado a un acuerdo similar con la firma Dreamco para desprenderse de Ariel y Magistral, en una operación que también incluyó el traspaso de la planta que tenía P&G en Pilar.
En la filial local de la estadounidense destacaron que la operación con Newsan permitirá que sus marcas “sigan estando presente en el país, bajo un mejor modelo de negocio”. Este tipo de operación, en el que una multinacional le delega al manejo de su negocio a un socio local o regional, no es nuevo y con algunas variaciones se viene repitiendo desde hace un par de años en el mercado argentino, como en los casos de Nike, Zara, DirecTV y Clorox.
“Newsan es un socio robusto para esta próxima etapa de P&G y las marcas de P&G en la Argentina. Nuestro acuerdo permite que la innovación continua de P&G sirva a los consumidores a través de la presencia de marcas líderes en el país, al tiempo que permite la continuidad de la producción local y el empleo. Todo esto con la flexibilidad, el respaldo y la experiencia de una empresa que conoce el mercado local”, fue la explicación que dio el número uno de P&G en la Argentina, Alejandro Lorusso, quien continuará supervisando la operación desde P&G Company como Senior Vicepresident y Líder de Transición.
Conocimiento local
En la mayoría de los casos, las multinacionales que se van del país, buscan delegar en un socio local el manejo de sus marcas y negocios. Este tipo de elección fue la que hizo Procter el año pasado y ahora, que tanto en la venta de Ariel y Magitral (que se concretó en 2023) como en la flamante operación de Pampers y Gillette, los compradores fueron empresas de capitales nacionales.
El esquema también se repitió en DirecTV, que pasó a manos del grupo argentino Werthein, en una operación a nivel regional, que incluyó el traspaso de los negocios de TV satelital que tenía AT&T en la Argentina, Chile, Colombia y Brasil, entre otros países. Y también fue el que eligió la empresa alemana Edding, cuando hace poco más de un año decidió irse del país y venderle su filial argentina por US$1 al grupo Mendizábal, dueño de la importadora Parallel, que representa y distribuye marcas como Philips, Stanley, Unilever y Chicco.
En otros casos, el socio elegido para continuar con la operación de las marcas no es local sino un jugador regional. Así el grupo panameño Harari -uno de los principales holdings económicos de su país- se quedó con los negocios que tenían Nike y Zara en la Argentina, mientras que otra compañía con capitales centroamericanos, Apex Capital, hace unos meses cerró la compra de Clorox Argentina -filial de la multinacional The Clorox Company- y las marcas Ayudín y Poett.
En todos los casos, está claro que para las multinacionales les resulta más fácil delegar el manejo del negocio y de sus marcas en un socio local o regional, que cuenta con el know-how y la experiencia para manejarse en un mercado cada vez más chico y complicado como es el argentino.
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