Nuevo desafío. El plan de Samsung para dominar la industria más estratégica del mundo
La tercera generación de la dinastía coreana está saliendo a competir con TSMC e Intel por el control del negocio de la fabricación de chips de vanguardia
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Samsung Electronics (SE) es un gigante. La compañía tecnológica surcoreana es la mayor joya de la corona del poderoso chaebol (como se conoce a los conglomerados del país) Samsung. Hace más celulares que cualquier otra compañía en el mundo, además de sistemas de entretenimiento y electrodomésticos. Domina la manufactura de chips de memoria, que se usan para guardar datos en dispositivos electrónicos y cuyo precio ha sido empujado hacia arriba por la escasez global de semiconductores. Los ingresos anuales de SE de US$200.000 millones no son mucho menores a los de Apple, la firma más valiosa de la historia, y está sentada sobre una pila de dinero de US$100.000 millones. Ahora tanto SE como su grupo, cuyo nombre significa “tres estrellas”, están ingresando en un nuevo capítulo crítico. En agosto Lee Jae-yong, descendiente de la familia que fundó Samsung en 1938, fue liberado de prisión, donde cumplió dos sentencias luego de ser condenado por su involucramiento en un escándalo de coimas. Finalmente está tomando pleno control del imperio de su padre, Lee Kun-hee, que murió el año pasado. La sucesión se vio complicada primero por el estado de coma en el que estuvo Lee padre durante seis años, luego por la condena de su hijo por coimas, ligada a los esfuerzos de SE para lograr el respaldo del gobierno para la fusión de dos subsidiarias de Samsung que cementaría su control.
Libre al fin, Lee tiene grandes planes para la compañía, que quiere que se vuelva tan dominante en los chips lógicos de punta, utilizados para procesar información, como lo es ya en chips de memoria y celulares. Eso enfrentará a SE directamente con potencias como TSMC de Taiwán e Intel de Estados Unidos, introduciéndose en una competencia global feroz por una de las industrias más estratégicas del mundo.
El 7 de octubre SE confirmó que fabricará algunos de los microprocesadores lógicos más avanzados del mundo, basados en su novedosa arquitectura “gate-all-around” (portales todo alrededor) con transistores que medirán 3 nanómetros (mil millonésimas de metro) en 2022. También sorprendió a los analistas anunciando un plan para producir masivamente chips de dos nanómetros a partir de 2025. Se pronostica que invertirá impactantes US$37.000 millones aproximadamente en gastos de capital en todos sus negocios este año. Y está conquistando nuevos clientes, como Nvidia, un diseñador de chips estadounidense, y Tesla, un fabricante de autos eléctricos.
Consecuencias profundas
El resultado de la apuesta de Lee tendrá consecuencias profundas y no sólo para Samsung. Es importante para Corea del Sur, cuyo presidente justificó la libertad bajo palabra de Lee diciendo que era de interés nacional, dada la importancia del chaebol para la economía. E influirá en la industria de semiconductores global, cuya naturaleza crítica ha quedado resaltada por la escasez mundial de chips. Para asegurar el éxito, el hombre a quienes sus conocidos describen como tímido, decente y astuto, también deberá agregar un grado de impiedad.
SE es una criatura corporativa compleja con un desafío estratégico y un desempeño pobre en la Bolsa. Se comprende mejor como un grupo dividido en dos negocios principales. El primero produce “equipos”: celulares, televisores y electrodomésticos. El segundo fabrica “componentes” que se usan en los propios equipos de Samsung, además de vendérselos a clientes externos, como Apple. Samsung reparte su negocio de equipos en dos divisiones: por un lado TV y electrodomésticos como lavarropas, y por otro lado dispositivos digitales (principalmente celulares). El negocio de los componentes, además, abarca semiconductores y pantallas.
El negocio de los equipos no es un motor de crecimiento. En la jerarquía de las operaciones de SE de Lee, dice gente cercana a la compañía, los electrodomésticos están en el renglón más bajo, por debajo de la unidad de TV con márgenes similarmente reducidos pero con un mayor rol en el refuerzo de la valiosa marca de Samsung Electronics. A continuación viene el negocio de los celulares que a comienzos de la década pasada contribuía más de la mitad de las ganancias. Aunque se ha escrito su obituario varias veces sigue generando mucho dinero y gracias a una nueva variedad de teléfonos de fuerte venta con pantallas que se doblan, genera algún renovado optimismo.
En la cima de la jerarquía están los semiconductores. Históricamente Samsung Electronics se ha concentrado en los chips de memoria, donde tiene el 44% del mercado global de los chips llamados DRAM (usados para el almacenado permanente en los celulares). El negocio de la memoria aporta poco más del 20% de los ingresos pero casi la mitad de las ganancias operativas. Casi todo lo demás es potencialmente prescindible al servicio de sus jugosos márgenes.
Si un negocio de “equipos” tiene un desacuerdo con una unidad de componentes respecto del precio u otros términos, dice gente de la firma, tiene precedencia el negocio de los componentes.
Según la compañía su ecosistema único se beneficia de tener diversos negocios que permiten la innovación interna aportando al mismo tiempo estabilidad en las subidas y bajadas de los ciclos industriales.
En expansión
Samsung Electronics también está pensando en una planta de US$17.000 millones para fabricar chips lógicos de punta en Texas para responder al deseo de Estados Unidos de atraer más fabricación de chips desde Asia (y posiblemente aprovechar un demorado subsidio de US$52.000 millones para la industria de semiconductores que el Congreso norteamericano está evaluando). Y los nuevos clientes a los que está cortejando, como Nvidia y Tesla, no tienen superposición con sus otros negocios, señala Sanjeev Rana, de CLSA.
La complicada geopolítica de los semiconductores podría serle de ayuda. Si bien el “tecnonacionalismo” en ascenso con relación al diseño y la fabricación de chips hace que los gobiernos prefieran la producción y los campeones locales puede de todos modos terminar beneficiando a SE.
Al aumentar la presión militar de China sobre Taiwán, que considera parte de su territorio, crecen los temores por el futuro de TSMC. Según otro ejecutivo de semiconductores, muchas firmas que usan TSMC corren a reducir su exposición a la compañía taiwanesa por las dudas.
Siendo el rival más cercano de TSMC, Samsung podría ser una gran beneficiaria. SE tiene el mayor complejo industrial de fábricas e ingenieros de semiconductores del mundo y parte de la mejor tecnología de chips, dice Mark Newman, exejecutivo del grupo Samsung que es el jefe comercial de Nobolt, una startup de baterías.
Alternativas de acción
Una manera de acelerar la transición sería dividir a SE en sus negocios constituyentes, como han recomendado por largo tiempo banqueros de inversión. Esto también eliminaría los potenciales conflictos de intereses que han afectado a la división de SE.
Pero ni una división ni una nueva cotización en Bolsa parecen probables. Lee parece renuente a considerar la primera opción radical. Fracasó un intento de persuadir a SE de una nueva salida bursátil en 2016 promovida con una campaña por Elliot Management, un fondo de alto riesgo estadounidense que había comprado una participación en el grupo.
Conscientes de esto, los accionistas están poniendo presión sobre Samsung Electronics para que al menos haga algo respecto de su dinero sin utilizar. Una alternativa sería concretar una gran adquisición. La compañía afirma que “la familia fundadora está claramente alineada con todos los demás accionistas en sus objetivo de crear máximo valor y ver que ese valor quede reflejado adecuadamente en el mercado”.
Para que hiciera una diferencia material en el desempeño financiero de SE cualquier negocio tendría que ser grande. La predisposición de Lee y sus preferencias hacen que sea improbable que esto se de en software y servicios. Eso deja la fabricación de chips como el lugar en el que podría gastarse el dinero de la firma. Un blanco potencial de compra es NXP Semiconductors, una firma holandesa especializada en el mercado en rápido crecimiento de chips para automóviles. Con una valuación de mercado de US$50.000 millones, sería una carga pesada, pero no imposible.
Para que Samsung Electronics se convierta en una estrella de los chips lógicos que pueda rivalizar con TSMC, Lee tendrá que ejercitar los músculos.
El año pasado se comprometió a no entregar la conducción de SE a sus hijos (aunque es probable que los Lee retengan la mayor participación en la compañía a través de varios vehículos controlados por la familia).
La promesa de ser el último Lee que conduzca la firma, combinado con lo que gente de la empresa dice son otras mejoras en la dirección corporativa, abre el camino hacia la conducción para su multitud de ejecutivos talentosos. Deben tener esperanzas de que Lee les deje un legado que sea menos complicado que el de su padre.
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