Nueva realidad en las empresas: la innovación ya es un requisito obligatorio para mantener vivas a las organizaciones

Para dar un paso al costado de la coyuntura argentina y conocer a quienes rompen los moldes y aplican nuevas fórmulas, y descubrir qué cosas absorber de las nuevas ideas que recorren el mundo, LA NACION reunió a oradores de distintos ámbitos en su octava edición del encuentro Innovación.

Bajo el lema “Agilidad y reinvención permanente, las claves de los que brillan”, abrió el encuentro el presidente y CEO de KPMG Argentina, Néstor García, quien aseguró que “la innovación hoy en día es parte de la estrategia de las compañías”. En diálogo con José Del Rio, secretario general de Redacción de LA NACION, expresó cómo se trabaja ese proceso que se extiende en el tiempo y que “llegó para quedarse y mantener vivas a las organizaciones”.

Contrario a la creencia popular de que para innovar hay que tener un proyecto magistral, el ejecutivo define que se trata de “procesos que uno puede hacer de manera diferente, más eficiente, mejor y que la persona que trabaja, al modificarlo, se sienta más contenta haciéndolo”.

En una empresa, la innovación es transversal y se aplica tanto interna como externamente. A partir del amplio abanico de profesionales que trabajan en KPMG -como ingenieros, economistas, licenciados en empresas, médicos- asisten a las empresas para superar conflictos y mejorar sus procesos. Una de las amenazas latentes en el mercado hoy en día son los ciberataques, que atentan contra la seguridad de los datos. “Ayudamos a las compañías a prevenir, detectar y tener sistemas adecuados para evitarlo”, explica García, con el trabajo de especialistas en ciberseguridad en sistemas e industrias.

La pandemia fue agresiva, disruptiva y “aceleró este proceso de una manera vertiginosa”. Durante la crisis sanitaria, muchas empresas ganaron un margen de ventaja, ya que pudieron innovar rápidamente: “Al principio de la pandemia hubo desequilibrios, porque las industrias más preparadas para esto sacaron ventaja, pero ahora todas las industrias están trabajando en el tema”, analiza. Entre las que se destacan, señala algunos servicios financieros y la industria de la energía que están a la vanguardia de los cambios.

Según García, las ganas de hacer cambios no distingue edades ni ocupaciones. Esto lo vieron reflejado en el evento interno Innovaction, una competencia de proyectos que busca invitar a que los empleados se mezclen en grupos diversos y propongan mejoras para los procesos internos de la compañía. Con una convocatoria que superó las expectativas, lograron que las propuestas surgieran de los propios trabajadores, que tiene mucho más valor que si es una imposición desde los puestos jerárquicos. “Eso fideliza a la gente, porque se sienten parte del proyecto de la compañía, es como practicar un deporte en equipo”, opina García. Además, en esta competencia también participan los altos mandos de la empresa, ya que García vota por predicar con el ejemplo y señala que su presencia “es fundamental, porque todo siempre va de arriba hacia abajo y cascadea como guía”.

Como todo cambio, la innovación implica un riesgo inherente. “Es imposible no cometer errores cuando uno intenta innovar”, considera el ejecutivo. En esta línea, le saca el tabú al error y marca que “no todos los proyectos pueden salir a la luz, todos nos equivocamos y de eso se aprende; entonces lo que peor podés hacer es castigarlo”.

“Esto aplica para cualquier tamaño de empresa. Creo que lo que se necesita es estar continuamente pensando en cómo mejorar procesos”, reflexiona el presidente y CEO de KPMG Argentina. Por último, rescata que “no todo está atado a la tecnología” en la innovación, sino que puede ser complementaria y la atención debe centrarse en la mejora del mundo real.

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