Mundo pyme. Cambio y adaptación, las claves para sobrellevar las crisis
El Covid y la situación económica local demandaron a las compañías una transformación no voluntaria
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En estos tiempos, la supervivencia de las empresas pequeñas dependerá de comprender que la norma es la transformación impulsada por todos sus miembros unidos en una estructura flexible pues se pronostican nuevos sismos en el comportamiento y los valores del consumidor, y en los mercados tanto durante como después de esta pandemia.
Generalmente, las transformaciones son proyectadas. Pero el Covid llevó a las compañías, los comercios y a la gente adaptarse a las circunstancias simplemente para sobrevivir. “Fue sorpresivo. Esto generó ansiedad sobre todo en quienes lideran una empresa. Entonces, es primordial saber cómo sobrellevar esa modificación abrupta”, enfatizó María Bauchi, psicóloga cognitiva conductual.
Como el resto del mundo, las pymes fueron paralizadas por el coronavirus. Pero, en muchos casos, su propia historia le jugó a favor. “Estas firmas llevan en su ADN anticuerpos para sobrellevar problemas endémicos. A lo largo de su historia vivieron, en la Argentina, varios cambios y se transformaron. Cuentan con ‘olfato’. Así se defienden ante estas situaciones”, remarcó Claudio Flores, director de la carrera de Recursos Humanos de la Universidad de El Salvador.
Las organizaciones jóvenes con menos de cinco años o los entrepreneurs no desarrollaron aún esas defensas ante los conflictos. “Esta carencia genera que se paralicen y tomen medidas que les cuesten la supervivencia”, agregó Flores.
Producto del asombro de este trance, muchos olvidan que las crisis generan oportunidades. “Adaptarse ante un hecho significa encontrar las respuestas al contexto capaces de elevar la calidad del desempeño de la compañía a pesar de las circunstancias”, señaló Guillermo Rodríguez, facilitador de grupos de Asociación de Directores Asociados (Adiras)
Asimismo, ubicarse frente al conflicto permite vislumbrar posibles soluciones. Resta entonces elegir un rumbo y accionar. “Esa dirección puede invalidar otras. Todo es a prueba y error. Si uno se equivoca no debe retroceder sino readaptarse para lograr el objetivo fijado”, indicó Bauchi.
Renovación constante
Parafraseando a Darwin, no son las pymes más fuertes las que sobreviven sino las que mejor se adaptan a los cambios. “Muchas compañías incluso personas comunes fundamentan su visión del futuro basándose en el pasado. En alguna medida, todos poseemos un condicionamiento mental y emocional fijado en lo pasado capaz de condicionar o limitar la creación de futuro”, puntualizó Rodríguez.
En ese sentido, Martin Reeves, líder global de BCG Henderson Institute, considera la adaptabilidad como la nueva ventaja competitiva. En un artículo para Harvard Business Review, dijo que en lugar de ser realmente buenos para hacer algo en particular, las compañías deben ser muy buenas para aprender a hacer cosas nuevas en modo constante. Para ello, es inevitable romper los moldes conocidos, asumir riesgos y recordar que ya nada será igual. “Desde el líder hasta el empleado más raso debe dejar su zona de confort. Lógicamente, a nadie le gusta cambiar su forma de vida, de trabajar, de relacionarse pero es preciso aggiornarse”, indicó la psicóloga.
“Ante esta pandemia, reinventarnos significó primero adaptarnos a ella después flexibilizar aún más nuestros servicios y hasta analizar, mano a mano, con nuestros clientes diferentes alternativas”, comentó Enrique Chardon, presidente y gerente general de Balko.
Hoy por hoy, las pymes deben salir a jugar un nuevo juego propio; sobre todo pensando en la pospandemia. “En especial en este país, deben analizar proyectos alternativos. Algo así como tener emprendimientos que corran casi en paralelo (gastronomía y venta de especies e insumos) Si se cae uno, el otro puede mantenerlo. Y hasta tener un tercera posibilidad en el tintero”, marcó María Bauchi.
Mirada especial
Para cambiar es clave adoptar una mirada especial. “No debemos dejar que el árbol tape el bosque. Con esto quiero decir no ser rígidos en el servicio que se brinda. Mas bien, ser dúctil y efectuar un acercamiento interdisciplinario a las amenazas y oportunidades”, advirtió Chardon.
Una de las enseñanzas del coronavirus es que las empresas deben estar preparadas para cualquier cosa. “Sin duda, las pymes poseen por sí velocidad de respuestas para adaptarse a los cambios. Pero cuentan con recursos limitados. Esto significa que deben ser sumamente ágiles y asertivas”, subrayó Héctor Dama, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de USAL.
El rubro de ventas de electrodomésticos es un claro ejemplo. “En este caso cualquier modificación en las condiciones del mercado puede provocar ampliar o achicar su red de sucursales. Una demora, aunque sea mínima, puede traducirse en una pérdida cuantiosa”, afirmó el director de la USAL.
Inclusive, una decisión errada puede costar la continuidad de la firma. “Un atributo que diferencia a las pymes es el profundo conocimiento de su negocio. Esto es una fortaleza a la hora de tomar decisiones”, sostuvo Dama.
La adaptabilidad es fundamental para las pequeñas compañías. . “Ante instancias excepcionales como la actual, las pequeñas pymes reaccionan gracias a su flexibilidad, a su entrenamiento y por no depender de una casa central”, agregó el profesor de la USAL.
Debido a eso, todo el personal debe estar dispuesto, motivado y capacitado para el cambio. “Producto del Covid, la gente está mucho más sensible. El empresario pyme está muy cerca de sus trabajadores. Ese tipo de liderazgo fue creciendo con la pandemia”, recalcó el facilitador de Adiras.
Reacción rápida
Al mismo tiempo, su estructura empresarial delgada es un punto a favor para enfrentar la incertidumbre. Sin embargo, demanda un esfuerzo sistemática que las empuja a salir de la zona de confort.
Está probado que las organizaciones que reaccionan más rápido son aquellas donde todos sus trabajadores participan en la búsqueda de soluciones. Cada uno aporta algo desde sus especialidades, conocimiento y experiencia. “De manera periódica, realizamos encuentros interdisciplinarios (workshops) e intercambiamos ideas (brainstorming) de cómo vemos lo que sucede y de lo que podría venir. Después emitimos documentos con esa información para distribuir entre nuestros clientes”, comento Enrique Chardon.
Al respecto, Héctor Dama destacó que además, es un síntoma de salud en la organización. “Es mucho más ‘sano’ y se gana en flexibilidad. Pero, lamentablemente, no es una característica muy predominante entre las pymes”, agregó.
Asimismo, se debe aplicar la resiliencia. “De modo permanente, deben ser resilientes los colaboradores de las organizaciones. No es algo que se pueda enseñar, entrenar o transmitir. Precisa de un clima propicio para desarrollarlo”, especificó Claudio Flores.
La reinversión es sustancial a cualquier negocio. No obstante, muchas veces se produce solo ante una situación externa. “Muchas pymes están mirando afuera de la Argentina. Las empresas observan que el país atraviesa dificultades económicas crecientes y de difícil resolución en el corto- mediano plazo. Por ello buscan nuevos horizontes, nuevos mercados en el exterior”, finalizó Rodríguez.
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