Molinos Río de la Plata: un gigante de las góndolas que sufre la baja del consumo pero busca crecer vía compras
La empresa continúa liderando las principales categorías de alimentos, pero registró una caída del 6% en su volumen de ventas en el primer trimestre del año; cuidado personal y limpieza son los negocios que tienen en la mira
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Cuando hace treinta años Goyo Perez Companc decidió desprenderse de algunos activos estratégicos como el shopping Alto Palermo o el Banco Río, lo hizo bajo la idea de que el futuro del holding estaba en los alimentos. Con esta estrategia, a fines de los ‘90 concretaron una de las operaciones más rutilantes de la década, con la compra de Molinos Río de la Plata, a manos del grupo Bunge & Born, en una operación valuada en más de US$400 millones.
La política de crecer vía adquisiciones no se terminó con Molinos y en los últimos veinte años continuaron sumando empresas, como la fábrica de pastas Don Vicente (Fagnani) de Mar del Plata, la planta que tenía la chilena Lucchetti en Tortuguitas, la bodega mendocina Nieto Senetiner y la marca de pastas y tapas de empanadas La Salteña.
En la actualidad, Molinos continúa siendo la nave insignia del grupo Perez Companc. La firma nacida en 1897 a partir de la fusión de varias harineras y molinos que pertenecían a la familia Bunge, cerró 2023 con una facturación de $432.856 millones y una ganancia neta de $46.225 millones, consolidándose como la líder en categorías como pastas (con las marcas Matarazzo y Lucchetti), harinas (Blancaflor), aceites (Cocinero, Lira), horneables (Exquisita) y arroz (Gallo). La empresa además también incursiona en otros negocios como los alimentos congelados (Granja del Sol), tapas de empanadas (La Salteña) y vinos (Nieto Senetiner, Ruca Malen).
El liderazgo en las góndolas y el alto nivel de diversificación, sin embargo, no alcanzaron para evitar que Molinos sufra el impacto de la crisis que enfrenta el consumo masivo. Según informó la propia empresa en la presentación de sus últimos resultados, en el primer trimestre de 2024 sufrió una caída del 6,1% en los volúmenes comercializados, en un contexto generalizado de caída en las ventas de alimentos.
“A pesar del contexto, la compañía logra morigerar los impactos de la pérdida de escala, focalizándose en un eficiente abastecimiento de materias primas e insumos, reforzando la distribución física de sus productos a nivel nacional, gestionando equilibradamente los niveles de capital de trabajo, obteniendo una reducción sustancial de la deuda financiera y fortaleciendo el valor de las marcas en todo su portfolio para abastecer a todos los niveles socioeconómicos”, explican desde la firma, que informó que sus ingresos por ventas durante el primer trimestre del año ascendieron a $171.482 millones, con una ganancia después de impuestos de $35.358 millones.
Molinos hoy cuenta con 2600 empleados y catorce plantas de producción. En la empresa reconocieron que los próximos pasos incluyen la expansión a nuevos negocios dentro del consumo masivo. Y en el sector es un secreto a voces que en la compañía que hoy lidera Luis Perez Companc tienen en carpeta crecer vía adquisiciones o lanzamientos en los rubros de productos de limpieza, tocador y cuidado personal.