"Mi jefe es un flan y por su culpa me voy"
A muchas personas les pasa que encuentran un ambiente espantoso para trabajar y no ven la hora de irse. Esos contextos tóxicos son insufribles y nos enferman. Sin embargo, hay otras ocasiones en que la organización es un buen lugar de desarrollo, estamos contentos con trabajar ahí, pero nos toca un jefe incapaz que no encara nunca los temas directamente. Esta es la historia de Viviana B. a quien su empresa le gustaba, pero su jefe ignoraba la necesidad de desarrollo que ella planteaba.
"Hace dos años vengo planteando la necesidad de tener un cambio laboral. Primero, como corresponde lo hablé con mi jefe que es director del área de investigación y desarrollo, y luego por sugerencia de él lo hablé con la directora de recursos humanos. Desde ese momento hasta hoy lo mencioné y discutí con él cada tanto y la respuesta siempre era ‘lo veo con la casa matriz’ (empresa europea)"
"Yo quería desarrollarme dentro de la empresa porque me gustaba trabajar ahí. No me importaba tanto un salto jerárquico sino encontrar una actividad que me resultara desafiante y motivadora".
"La respuesta nunca fue un no, siempre fue un ‘ni’, ‘lo hablo con tal y te aviso’. Nunca me avisaba nada. Siempre convoqué yo a discutir ese tema, siempre la propuesta para hablar del tema salió de mí".
"La semana pasada me llegó una propuesta de trabajo concreta fuera de la compañía que se ajusta a los que estoy buscando en la que se me reconoce mi seniority, mis especialidades y mi MBA".
¿Qué debería hacer y evitar Viviana?
Evitar: Cuando uno tiene un jefe que es un flan, da ganas de entrar a la oficina y refregarle en la cara la nueva propuesta laboral diciéndole "imbécil, para que veas cómo el mercado me valora, acá te dejo una propuesta de trabajo donde no sólo voy a ganar más, sino que también voy a tener un jefe que no es un gil como vos". Te das media vuelta, le tirás en la cara la copia de la propuesta laboral para que se indigeste, y te asegurás de pegar un buen portazo para que todos los diplomas y cucardas que el jefe tiene colgados en la pared se le caigan al piso y se destrocen.
A tener en cuenta: Viviana no se quejaba de la empresa donde trabajaba, sino de la lentitud de su jefe o que su superior evitaba encarar el tema del cambio con la premura que tenía ella. ¿Qué le sucedía al jefe? Esto es algo que Viviana no exploró y es clave para poder entender la no motivación del jefe para dar respuesta a su necesidad. ¿Era alguien que no se daba cuenta de la importancia de la necesidad de Viviana? ¿El jefe era muy inseguro y no quería que Viviana se fuera de su área porque contaba con ella? Esto no lo sabremos y es algo que cualquier persona que se encuentra en la situación de Viviana requiere entender: ¿Qué genera en el jefe el pedido de Viviana? ¿Por qué actúa como actúa? Esto nos permitiría encarar mejor la situación. O sea, Viviana, tendrías que entender no solamente tu motivación, también la de tu jefe.
Es cierto que a veces estamos en un buen lugar de trabajo, pero nos toca un jefe inútil a quien le cuesta tomar decisiones o, directamente, no le importa lo que nos sucede. Estos jefes manteca son escurridizos y no van a hacer nada por nosotros. Esto es relevante para Viviana ya que ella tiene que ser protagonista de su propio destino laboral.
Por otra parte, Viviana estaba contenta con la organización, pero no con la función que tenía. Sin embargo, nadie en la empresa parecía escucharla. No me parece que la empresa de Viviana le esté prestando atención. ¿Estamos seguros que esta compañía está pensando en el desarrollo de su gente? ¿O ya es hora de partir? Los indicios que nuestra protagonista tenía era que a la gente le daba lo mismo lo que a ella le pasaba.
La decisión de Viviana: "Pedí hablar con el director general de la empresa a nivel local, para que conociera mi deseo de cambio. Nunca me entrevistó, ni siquiera dedicó quince minutos para saber qué hice yo en estos 15 años dentro de la empresa. También pedí trabajar en dos unidades de negocio diferentes a la mía. La respuesta fue ‘ahora no tenemos un puesto’".
"Le comuniqué a mi jefe que después de 15 años y habiendo agotado todas las instancias dentro de la compañía pensaba aceptar la propuesta que me habían hecho. Era un área que me interesaba e implicaba un incremento salarial".
"La primera respuesta que me dio fue que era mal timing por la pandemia, porque en Europa estaban todos de vacaciones y otras excusas. Hace una semana vino con una propuesta de aumento de sueldo".
Opciones
Viviana, definitivamente tu jefe es un mal jefe. Desde el punto de vista de la organización una opción es dejar ir a la persona que no se supo retener. Si a la empresa le hubiera importado el desarrollo de Viviana no se hubiera llegado a esta situación.
Hay ocasiones donde, habiendo logrado una nueva propuesta laboral para cambiar de trabajo, el empleado trata de usar esa oferta para lograr un aumento de sueldo internamente. Muchos jefes terminan cediendo y empatan el salario de la nueva oferta.
Sin embargo, Viviana no pidió aumento de sueldo. Simplemente avisó que se iba. Nadie la escuchó. Suele pasar. La inutilidad en algunas compañías supera a la del jefe y se expande a las áreas de recursos humanos. El jefe de nuestra protagonista decide un aumento como último recurso para retenerla cuando nunca la escuchó o tuvo en cuenta la importancia del tema.
Para empezar, echaría a ese jefe por dos cuestiones: primero, por esperar a último momento para generar un aumento de sueldo que, si era justo, debería haberse hecho antes.
Segundo, por equivocarse con Viviana respecto a lo que ella necesitaba para motivarse. Viviana no estaba buscando un aumento salarial: quería un cambio laboral. Ese jefe no es bueno y lo mejor que le puede pasar a la empresa es despedirlo.
Llamado de atención
Respecto a la organización, no pareciera tener los mecanismos adecuados para entender el desarrollo profesional de su gente. Y por más que una empresa tenga un buen clima laboral, no significa que sea un buen lugar de desarrollo. Viviana nos comentaba que "el último año el 50% de los empleados que trabajan en mi área se fue". Se va la mitad de la gente y el director del área no tiene ningún llamado de atención. Raro, ¿no?. Sí Viviana, es raro que una empresa subsista con inútiles como esta persona.
Finalmente, si Viviana se quedara aceptando el aumento salarial de su jefe, deberían echarlos a los dos. Cuando alguien acepta quedarse solo por dinero, tiene que darse cuenta que esa decisión es de corto plazo. A los seis meses va a estar nuevamente disconforme.
Pero Viviana tenía una motivación real y se terminó yendo de la empresa en plena pandemia. Ahora, desde la nueva empresa donde trabaja mira sin resentimiento, pero sin extrañar, a su vieja organización.
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