Mercado Libre. Así era el garaje donde nació la empresa más valiosa de la Argentina
Los comienzos de Mercado Libre fueron en unos cuartos en la cochera de un edificio en Saavedra. Marcos Galperin, Hernán Kazah y otros jóvenes graduados universitarios comenzaron a trabajar en un cuarto sin ventanas para crear una plataforma de comercio electrónico que, desde la Argentina, conquistaría América Latina y llegaría a valer más de US$35.000 millones.
La primera oficina de aquella startup, hoy uno de los cinco unicorios argentinos -empresas que superan los US$1000 millones de valuación- funcionó en el subsuelo del edificio Panamericana Plaza, que era propiedad de la familia de Galperin, dueños de la curtiembre Sadesa y otros negocios.
Cables de red, monitores de tubo, cámaras de foto y diskettes se amontonaban en una pequeña sala, donde se reunían muchos de los ejecutivos que hoy continúan en la compañía, como Juan Martín De la Serna, VP senior de Logística y Envíos de la firma; Osvaldo Giménez, VP de Mercado Pago, la unidad financiera de la empresa; Pedro Arnst, CFO; o Daniel Rabinovich, CTO.
"Cuando entré a trabajar, fue un shock bastante feo. Venía de una oficina en Puerto Madero, con vista al río, y llegué el primer día a un garage en un estacionamiento, con una oficina de una puertita y sin ventanas. Lo llamé a mi viejo ese día y le dije: 'Creo que fue un error'", recuerda Rabinovich, quien ingresó a la empresa poco después de su inicio.
La imagen de esas oficinas es la foto de una época. Lejos de la tecnología actual, se acumulan monitores y notebooks de varios centímetros de espesor y muchos kilos, cables de red y servidores que brindaban conexión ante la falta de wifi y la radio que funcionaba como entretenimiento.
Sin pasillo propio, el cuarto que funcionaba como oficina tenía una puerta que daba directamente al estacionamiento donde guardaban sus autos los ejecutivos de las empresas que ocupaban los pisos superiores. Para ir al baño, debían salir del lugar y acercarse al bar del café.
Allí recibían los productos que luego vendían en la plataforma. Un set de palos de golf fue la primera publicación que llegó al sitio. Para cargarlos en la base de datos de Mercado Libre, sacaban fotos con una cámara Sony Mavica, que guardaba los archivos en un diskette. El paso siguiente era descargar esas imágenes con una computadora y subirlos a los servidores.
"Era una época muy romántica, de una energía extrema y mucha vulnerabilidad. Teníamos mucha competencia, y Deremate era mucho más conocida e importante que nosotros. Es difícil pensar y entender lo que era esa competencia todos los días. Yo tenía 23 años en ese momento, y veo chicos de esa edad y me parecen bebés", recuerda Rabinovich.
En una primera etapa, ocuparon una sala pequeña en ese lugar, que fue creciendo a medida que se expandió la empresa y más personas se incorporaron al equipo. Mercado Libre fue expandiéndose por otros cuartos aledaños en ese mismo estacionamiento, hasta que luego dieron paso a unas oficinas propias.
Hoy, la sede central de la compañía funciona en un edificio a dos cuadras de ahí. Inaugurado en junio de este año, con la presencia de Mauricio Macri, alberga a casi 2000 empleados de las áreas de tecnología, marketing, producto y atención a clientes, entre otros.
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