Los diez años de la iPad. Cómo una tablet cambió el negocio de Apple
Más que la mayoría de las compañías, Apple a menudo se ha mostrado renuente a dejarse llevar por la nostalgia de su pasado, como si mirar atrás fuese una traba para la cuestión más importante de producir la siguiente cosa impactante. Pero a veces reconoce algún hito cuando habla de lo nuevo. Y así el CEO Tim Cook introdujo la presentación de dos nuevos iPad en el evento virtual de lanzamiento de productos de Apple la semana pasada, mencionando que el iPad cumple diez años.
Estos nuevos modelos -el iPad de octava generación y un iPad Air totalmente nueva- se suman a las nuevas iPad Pro y el teclado mágico (magic keyboard) anunciados en marzo, lo que hace que el 2020 resulte un año particularmente significativo para la iPad. De manera extraoficial, el vicepresidente para marketing de productos, Bob Borchers, me dice que considera que la celebración del 10º aniversario se inició el año pasado con el lanzamiento del iPad OS 13, la primera versión del sistema operativo que enfatiza la importancia de su concentración en los recursos del iPad. "No quiero sonar demasiado sentimental, pero este es un gran año", dice.
El mes pasado hubo otro aniversario de iPad que pasó sin grandes fanfarrias: se cumplieron cinco años desde el anuncio del primer iPad Pro. Pero esa presentación no marcó solamente el avance de la iPad hacia territorio de más alta gama. En una medida que hubiese sido difícil predecir en aquel momento, determinó el futuro para todos los modelos de iPad. En los años pasados desde entonces los recursos que en un tiempo definían a la Pro -pantallas más grandes, mayor capacidad computacional, estuche con teclado y lápiz óptico (pencil stylus)- se extendieron a toda la línea, desde el nivel más bajo hasta el más alto.
Cubrir la brecha
Habiendo creado la iPad Pro, con un costo a partir de US$799, y luego bajado el precio inicial para la iPad básica a US$329, Apple terminó teniendo lo que Borchers llama "una enorme expansión" de su línea. El año pasado cubrió esa brecha con un nuevo iPad Air. La Air de este año que se empezará a comercializar en octubre con un precio base de US$599 -la anterior costaba US$499- es una actualización general que reimagina la tableta de media gama de Apple como una iPad Bastante Pro. Incluso podría tentar a las muchas personas que aún se aferran con toda felicidad a sus iPad más viejas.
En diálogo con Borchers y el vicepresidente de ingeniería de Apple, John Ternus respecto de cómo se encuentra la cartera de iPad al cumplir diez años con 500 millones de tablets vendidas, el mensaje de la compañías es claro: la nueva línea, la más abarcante hasta ahora, fue moldeada tanto por lo que piensa Apple respecto de hacia dónde va la iPad como por el uso que le han dado los usuarios a lo largo de su primera década.
"Una de las cosas que más me entusiasman de la iPad es ver cómo puede ser tantas cosas diferentes para tantas personas diferentes", dice Ternus, un veterano de 19 años en Apple que ha trabajado en la tableta desde el comienzo.
La era de los propósitos
Allá por 2010, cuando Steven Jobs presentó el iPad original, se esforzó por explicar por qué merecía existir, generando un debate que persistió por mucho tiempo. "Steve habló de ella como que ocupaba un espacio entre el teléfono y la Mac", dice Ternus. "Por supuesto que era eso. Y hubo mucho debate acerca de si ‘es solo para consumo de contenido o se va a utilizar para crear cosas’. Todos hablaron de eso ad nauseam".
Pasada una década cualquiera que sostenga que el iPad no es útil para la creatividad se choca con la realidad. Pero el lugar que ocupa en el mundo de la computación sigue siendo aún una cuestión lo suficientemente elusiva como para que incluso la postura de Apple al respecto haya virado en diferentes direcciones a lo largo de los años. En distintos avisos la compañía ha declarado tanto que la iPad Pro es una computadora y que no lo es; en la campaña más reciente partió la diferencia afirmando que "su próxima computadora no es una computadora".
Además está el panorama de la competencia, que se ve complicado por el hecho de que los potenciales rivales más obvios del iPad -las tabletas Android- nunca se impusieron realmente. En su evento de hace unas semanas Apple alardeó de que la iPad de octava generación es el doble de rápida que la notebook Windows de mayor venta y seis veces más rápida que la Chromebook más vendida. También dijo que la nueva iPad Air tiene el doble de desempeño con los gráficos que una pesada notebook HP con Windows. Eso sugirió que la compañía piensa que puede robarles algunos clientes a esos dispositivos… Y sin embargo por cierto que no es lo mismo que decir que una iPad es algo parecido a una notebook Windows o una Chromebook, solo que más rápida.
Ternus efectivamente ve el iPadOS 13 y 14, así como la disponibilidad del teclado mágico, como recursos que aumentan "los propósitos y las capacidades generales de la iPad, a falta de un mejor término". Y eso puede hacer que la comparación con Windows y las Chromebooks sea más relevante que en años anteriores. "Lo que creo que tiene de cool es que puede hacer lo mismo que una computadora tradicional y al mismo tiempo uno puede separarla del teclado mágico y puede hacer todo lo que hacía la iPad tradicional", dice. "La combinación de capacidades y valor y flexibilidad la convierte en una solución convincente que creo que mucha gente está considerando como una alternativa a las PC o a las Chromebooks".
Aún así al nivel que aspira, la iPad sigue siendo algo más ambicioso que una alternativa con Windows o una Chromebook: "es un pedazo de vidrio mágico". Ésa fraseología de Apple resume tan bien la visión que se mantiene desde hace tanto tiempo que yo creí que databa de 2010, pero el uso más temprano que encuentro es de 2014.
Por supuesto que cualquier instancia en la que una compañía describe sus propios productos como "mágicos" no es solo algo descriptivo. Pero el término es lo suficientemente abierto como para cubrir no solo la primera década de evolución del iPod sino también los años por venir.
"Lo maravilloso es que la gente está descubriendo todo tipo de nuevas cosas mágicas que puede hacer", dice Borchers. El ejemplo favorito de Ternus del pasado de tales descubrimientos -que dice que Apple nunca podría haber anticipado- es que las aerolíneas se deshicieron de sus bolsas llenas de gráficos y las reemplazaron con iPad: "No hubieran hecho eso con una notebook. No hubiesen hecho eso con el celular".
Heredera natural
Cuando apareció la primera iPad Air en 2012 fue bautizada así por ser un 20% más delgada, un 28% más liviana y un 11% más angosta que la iPad que reemplazó.
Una vez que se volvió familiar ese factor de forma, Apple llamó a sus sucesoras simplemente "iPad". Pero la compañía revivió el nombre del iPad Air el año pasado para una tableta que daba la sensación de ser una versión retrabajada del iPad Pro de 10,5 pulgadas de la anterior generación.
No hay nada del nuevo iPad Air que dé la impresión de que es un modelo viejo con un empaquetado y un nombre nuevo. El objetivo, dice Ternus, es tomar "algunos de los recursos súper atractivos y de aplicación realmente amplia del Pro y tratar de incorporarlos a un producto con un precio más accesible".
Cuestión de armonía
Siendo Apple lo que es, lo que más la enorgullece nunca es un chip más poderoso o una forma de autentificación con nueva ingeniería o incluso un nuevo dispositivo o una actualización del sistema operativo. Se trata del modo en que encajan los elementos en algo sin fisuras. Incluso una de las áreas más significativas de las actualizaciones del iPadOS14 -nuevos recursos robustos para escribir a mano con el Pencil, tales como Scribble, que permite escribir en cualquier campo de texto en vez de tipear- no es solo una actualización del software.
"Esta idea de tratar de crear la mejor experiencia de tinta, la mejor experiencia de escritura, de baja latencia y todo eso, no es algo que simplemente sucede", dice Ternus. "El equipo de hardware no puede hacerlo solo. El equipo de software no puede hacerlo solo. Todos tuvieron que trabajar juntos para lograr eso."
Es una apuesta segura que todas las cosas que Apple no nos dice acerca de sus planes para la iPad después de la actual cosecha involucran polinización cruzada de este tipo.
Y si el pasado es indicativo de algo, el futuro del iPad tendrá sorpresas incluso para la compañía que la fábrica. "Ha sido un viaje bastante asombroso el de estos 10 años", dice Borchers. "Personalmente me entusiasmo pensando qué habrá en los próximos diez años".
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