Los desafíos que atraviesa la Argentina para mejorar su conectividad
La transición está en proceso, en un contexto de país que se enfrenta a un complejo escenario; un paneo general por la situación de la industria
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Si de economía digital se trata, el país está frente a una situación compleja. Convergen en este momento varias situaciones: un cambio tecnológico profundo, la necesidad de generar competitividad, invertir en infraestructura y desarrollo y la inasequibilidad de algunos sectores a una conexión plena. Los desafíos están planteados y, sin dejar de lado la coyuntura, los expertos señalan la importancia de trazar objetivos a largo plazo y generar continuidad y sinergia con los gobiernos, por más que cambien de signo político.
De eso (y mucho más) se habló durante el quinto capítulo de “La revolución de la economía digital”, organizado por LA NACION. Allí, fue Alejandro Lastra, presidente de la Cámara de Infraestructura Digital Argentina (IDA) y director de Asuntos Públicos y Regulación de Telefónica Movistar Argentina, quien explicó cómo “lo que viene hacia adelante en términos de digitalización es mucho más profundo de lo que han sido los últimos 10 o 15 años”.
“Lo que ocurre es que no hemos tenido gobiernos que continuaran la política del gobierno anterior en el sector y, ante una evolución que se viene tan fuerte y con el 5G y la conectividad satelital a la vuelta de la esquina, lo importante es traer una voz de largo plazo a las políticas públicas del sector en Argentina”, definió Lastra.
La cámara se creó hace poco y con esa premisa trazó tres ejes: robustecer al sector privado, articular con el sector público y modificar al ente regulador. Todo con el objetivo de reducir las dos brechas que azotan al país en esta materia: la geográfica y la de asequibilidad.
Para tener una idea de lo que esto significa, hay que ver algunos números. No se trata únicamente de acceso a Internet o telefonía móvil, sino que va más allá de las posibilidades para los ciudadanos. La economía digital representa el 19% del PBI y se estima que hay 39 millones de usuarios con acceso, cifra que crece 6,8% al año. En un mundo globalizado, la conectividad se vuelve primordial y en la Argentina la distribución es completamente desigual.
Según explicó Enrique Carrier, analista de la industria de telecomunicaciones en Carrier y Asociados, en el país hay 62 millones de líneas móviles y 10,5 millones con banda ancha. Esto representa, aproximadamente, una inversión de US$20.000 en diez años.
Un paneo general por la conectividad en Argentina
La relevancia de estar conectados está reflejada en números. Según el Indec, los datos que arrojó el censo hecho en 2022 demostraron cómo hay más personas con acceso a banda ancha móvil que, por ejemplo, agua corriente, cloacas y gas de red. Esto no solo pone la lupa en algunas cuestiones básicas sino que implica también la necesidad de mejorar algo que está al alcance del grueso de la población.
En comparación con otros países de la región, ejemplificó Carrier, la Argentina pierde en términos de volumen de su red de fibra óptica. En el país apenas hay un 26%, mientras que en vecinos como Brasil o Chile ese número sube al 70% y 66%, respectivamente. “En servicios móviles tenemos 62 millones de líneas activas y solo 50 millones en uso. Todo esto en un ARPU (siglas en inglés que significan ingreso promedio por usuario) de US$5,4 mensual cuando en economías más desarrolladas los ARPU son entre US$30 y US$50″, comentó el experto.
“La existencia de buena conectividad es lo que condiciona la radicación de personas o empresas en distintos lugares”, amplió. Es decir, no solo implica una importancia en términos de acceso, sino que un buen servicio, actualizado y funcional ayuda al desarrollo urbano de algunas regiones. Clave para la transformación del país, estando la Argentina compuesta por 3,5 millones de habitantes que viven en zonas rurales, cerca del 7,5% de la población.
La llegada del 5G y las condiciones para la evolución del sector
“No estamos en el mejor entorno”, sentenció Carrier. “Los cambios están demorados por restricciones regulatorias o políticas”, comentó. Si bien la conectividad satelital está creciendo (en 2024 comenzará a operar Starlink, la flota de satélites de Elon Musk, y para fines de 2023 llegará la constelación OneWeb para el sector estatal y corporativo), hay otras áreas que conviven con problemas.
“Los ingresos de los tres principales operadores del sector (representan el 80% del mercado) cayeron un 17% en pesos y están conviviendo con el decreto 690, que declaró a las TIC como servicios públicos, estableció ajustes de precios por debajo de la inflación y fijó precios para prestaciones básicas por debajo de los costos”, resumió el analista.
“El decreto fue un error. Fue una decisión en la coyuntura de la pandemia que cambió la estructura del sector y ha trabado mucho al sector en inversiones y posibilidad de mirada al futuro. La salida no pasa por tironearnos con el decreto, sino ponernos objetivos hacia adelante y definir cuáles son las herramientas que necesitamos”, resumió Lastra.
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