Llegó al país el sistema de pagos digitales brasileño que amenaza a las tarjetas de crédito
Una fintech argentina, kamiPay, permite cobrar productos y servicios en reales a turistas brasileños usando Pix
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En apenas tres años, el popularísimo sistema de Pix de Brasil se ha convertido en la forma de pago favorita del país, sustituyendo en muchos casos al efectivo y las transferencias bancarias y amenazando ahora el dominio de las tarjetas de crédito en el pujante sector del comercio electrónico.
Ahora, una fintech argentina, kamiPay, permite cobrar productos y servicios en reales a turistas brasileños y recibir dólares digitales o pesos de manera inmediata y automática al mejor tipo de cambio, a través de Pix. El sistema es furor entre los turistas en Bariloche.
kamiPay permite aceptar el sistema de pagos QR más popular de Brasil: el turista ve el precio en reales, escanea un código QR y paga de forma segura.
En kamiPay buscaron simplificar el proceso para los clientes, de modo que no tuvieran que descargar una app especial ni registrarse. “Además, para estar dentro del marco regulatorio existente, no íbamos a poder custodiar fondos. Es decir, teníamos que integrar todo de tal manera que la plata salga del pagador y haga todo un camino hasta el cobrador sin quedar depositada nunca en una cuenta de kamiPay. Advertimos que en el turismo internacional se reflejaba el problema de forma más evidente, ya que los costos de procesamientos de pagos internacionales son los más altos. Y focalizamos en Brasil porque sus turistas generan en la Argentina el mayor volumen de transacciones cross border”, dijo a LA NACION Nicolás Bourbon, cofundador de la app.
“Pix es un estándar abierto de pagos que creó el Banco Central de Brasil. Todas las entidades financieras de ese país lo facilitan. Utiliza un código QR interoperable, es decir, se puede usar en la app de pagos de cualquier fintech o banco brasilero. Es un caso de estudio a nivel mundial porque alcanzó un grado de adopción nunca antes visto en la historia de los pagos digitales”, sumó el otro cofundador, Matías Gorganchián.
Hasta hoy, más de 45 mil brasileños pagaron con Pix en Argentina a través de la solución de kamiPay. Y turistas argentinos en Brasil ya pagaron en más 35 mil comercios. Entre cobros y pagos, se trata de un volumen agregado superior a las 250 mil transacciones procesadas desde el lanzamiento de la solución.
El desempeño de Pix
“Creo que las tarjetas de crédito dejarán de existir pronto”, dijo hace casi dos años el director del banco central, Roberto Campos, al hablar del potencial de las finanzas abiertas y la plataforma Pix. “Este sistema elimina la necesidad de tener una tarjeta de crédito”. Desde entonces, las tendencias del mercado han reforzado su pronóstico.
El uso de Pix se disparó un 74% el año pasado, hasta casi 42.000 millones de pagos en toda la economía brasileña, superando en cerca de un 23% los gastos combinados con tarjetas de crédito y débito, según datos del banco central y el grupo del sector Abecs.
Para los compradores, el cambio a Pix ha sido casi perfecto, ya que solo tienen que escanear un código QR con cualquier aplicación bancaria en lugar de sacar la cartera. Pero para los vendedores, ha supuesto un cambio radical en el tradicionalmente lucrativo sector de los pagos con tarjeta.
En el comercio minorista en línea, los pedidos pagados con Pix aumentaron su participación 22 puntos porcentuales en dos años, hasta suponer un tercio de todas las compras en diciembre, según la empresa de investigación de comercio electrónico Neotrust. Los pedidos con tarjeta de crédito cayeron 5 puntos porcentuales a un 51% en el periodo.
Es probable que la tendencia se acentúe a medida que el banco central anuncia nuevas innovaciones de Pix a partir de este año, como los pagos recurrentes y las compras a plazos, que, según un funcionario, probablemente impulsarán el papel del sistema en el comercio minorista.
Aunque los consumidores brasileños rara vez lo notan, pagar con tarjeta de débito o crédito obliga a los vendedores a pagar comisiones de descuento divididas entre redes de tarjetas, procesadores de pagos, así como emisores de tarjetas, que suelen ser bancos.
Al eliminar intermediarios, Pix presiona a las redes de tarjetas, que no reciben ningún porcentaje de las transacciones, y a los procesadores de pagos, que se embolsan una tajada mucho menor que el que obtienen por las compras con tarjeta de crédito o débito.
El costo promedio de Pix para los minoristas es del 0,22% de cada transacción, mientras que las comisiones de las tarjetas de débito superan el 1% y las de las tarjetas de crédito pueden alcanzar el 2,2% de cada venta en Brasil, según un documento del Banco de Pagos Internacionales (BPI).
El banco central de Brasil lanzó el protocolo Pix en noviembre de 2020, obligando a los bancos a integrar sus cuentas con transferencias digitales instantáneas y gratuitas para particulares. Los usuarios aceptaron la alternativa al efectivo y a las lentas y costosas transferencias bancarias.
En todo el mundo han surgido una serie de aplicaciones de pago, desde PayPal a Venmo, pero ninguna tiene el peso de un banco central que posea, opere y regule el sistema para garantizar la velocidad, la eficiencia y la integración universal con los bancos desde el primer día.
Eso permitió al banco central desarrollar el protocolo por menos de 14 millones de reales e imponer los costos de adopción a los bancos, asegurándoles al mismo tiempo los beneficios de un sistema financiero más ágil e inclusivo.
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