Llegaron de su viaje de egresados y crearon una empresa de medias deportivas antideslizantes que produce 150 mil pares
Fox Socks surgió en 2018, a partir de una inversión inicial de US$800 que hicieron dos amigos; su “producto estrella” son las medias de fútbol, aunque lograron ampliarse a nuevas líneas como running, yoga y pilates; el año pasado produjeron 150 mil pares
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Durante un viaje a España, a Tommy Cohem le llamó la atención que los jugadores de fútbol profesionales y amateurs cortaran la parte inferior de sus medias para ponerse en el pie otra diferente. Le intrigaba lo que ya era una tendencia entre los futbolistas de las ligas europeas, que buscaban separar la media de la pantorrillera para prevenir lesiones, mejorar el rendimiento y estar más cómodos a la hora de jugar. Luego supo que su curiosidad tenía sentido. Había observado el origen de las “medias antideslizantes”, un producto que recién comenzaba a desarrollarse en Europa y sobre el que, al regresar a la Argentina, le comentaría a su amigo Nicolás Sigal. En ese entonces, no imaginaban que juntos terminarían importando la idea para adaptarla al mercado local, creando su propia marca.
Fox Socks surgió en 2018, unos meses después de esa primera charla, y a partir de una inversión inicial de US$800, a la que los jóvenes describen como “una gran apuesta”. Cuatro años después, en diciembre pasado, el balance anual les confirmó que lograron producir 150.000 pares de medias antideslizantes, cifra que proyectan duplicar para fines de 2023 y que equivale a una facturación aproximada de entre $200 millones y $250 millones.
Cohem y Sigal –que ahora tienen 22 años– son estudiantes de las licenciaturas en Negocios Digitales y en Administración de Empresas, respectivamente. Se conocen desde su etapa adolescente, cuando compartían curso en la Escuela ORT. “Egresamos y emprendimos este proyecto. No sabíamos cómo nos iba a ir, solo que queríamos hacer algo juntos y que para eso había que asumir riesgos”, cuenta Sigal en diálogo con LA NACION.
“Además de compartir el fanatismo por el deporte, en especial por el fútbol, siempre nos gustó la innovación, la tecnología y la moda. Ya en sexto año teníamos la idea de hacer un negocio que, en ese momento, nos permitiera pagar el viaje de egresados”, recuerda.
Con aquella inversión inicial decidieron traer desde España unos 250 pares de medias antideslizantes, con el objetivo de “testear el producto”, en principio, en su entorno cercano. “Compramos esos pares como muestras, para darlas a conocer y ver si gustaban, si resultaban cómodas”, afirma Cohem, y relata que empezaron a ofrecer su mercadería “boca a boca”, en el marco del torneo de fútbol 5 que jugaban dos veces por semana en una cancha de Pilar.
También realizaron difusión a través de las redes sociales, que en ese momento manejaban “de manera casera”. Ambas estrategias –reconocen– fueron clave para vender la mercadería y tomar la decisión de redoblar la apuesta y salir a buscar dónde producir.
“Teníamos poco dinero para invertir y algo de miedo al salto. Al principio nos costó conseguir quienes confiaran en nosotros y nos fabricaran pequeñas cantidades. Pero estábamos convencidos de que podía ser una gran oportunidad de negocio a futuro. Y así fue, logramos conseguir quien nos diera espacio en su fábrica, en la zona de La Paternal”, cuenta Sigal.
Allí mismo es donde hoy producen “a fasón” el 90% de los productos que comercializan, tanto de manera presencial en su showroom en barrio porteño de Belgrano como de manera online con envíos a todo el país.
Actualmente, el “producto estrella” de la marca son las medias de fútbol “tres cuartos” antideslizantes, aunque lograron ampliarse a nuevas líneas como running, yoga, cushioned, technical y pilates. En todos los casos, se trata de medias deportivas a las que, luego del proceso de costura, se le suma en la base un estampado antideslizante. “Esta tecnología de gomas antideslizantes ofrece una mejor fijación del pie en el calzado y previene además lesiones de tobillo y ampollas, a la vez que aumenta el rendimiento”, explican.
“Desde que comenzamos a producirlo en el país, el producto fue creciendo en popularidad, y hoy, en sus cuatro modelos, lo comercializamos tanto a futbolistas amateurs como profesionales”, afirma Cohem. Y, sobre las nuevas líneas, amplía: “Por como hoy se concibe al deporte, los detalles hacen al resultado y esto es lo que ofrece esta tecnología del confort. Ahora estamos trabajando para que todos los deportistas tengan una media ideal para optimizar su rendimiento en cada disciplina”.
Consultados acerca de cómo fue encarar un proyecto de negocios a las puertas de la pandemia del Covid-19, Sigal dice que “si bien fue una etapa de incertidumbre total porque recién estábamos empezando –y al estar paralizado el fútbol profesional, se nos hizo más difícil– [el mismo contexto] también nos permitió desarrollar la parte de e-commerce porque la gente seguía haciendo deporte, más que antes quizá”. Por ese motivo, explica el joven, es que cuando las restricciones comenzaron a flexibilizarse, vieron reflejado el crecimiento del negocio. “Sin buscarlo, sentimos que acompañamos ese proceso”, asegura.
En la actualidad, la firma cuenta con cinco empleados full time y algunos servicios tercerizados, como marketing, logística y diseño. Según los fundadores, haber logrado segmentar el producto al ámbito del fútbol y, al mismo tiempo, ampliarlo hacia otras disciplinas con nuevas líneas, constituyen los principales objetivos cumplidos por la marca. “Es un sueño cumplido”, afirma Cohem, y acto seguido, asegura que cuando se gradúen podrán “dedicarse 100% al proyecto para seguir potenciándolo y expandirse a otros mercados”.
“Nuestro objetivo es seguir creciendo en términos de reconocimiento, mejorando el producto y la experiencia de los usuarios y, por qué no, llegar a proveer con nuestra marca a los jugadores de la Selección”, apunta Sigal.
“No sirve solo trabajar, como así tampoco dejarse librado a la suerte. Incluso, si tu producto es disruptivo hasta puede deberse a la suerte. Pero el éxito, a mi modo de ver, se da cuando la oportunidad y la preparación se cruzan en el mismo momento. Y eso sí que no es suerte”, concluye el joven.
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