"Liga solidaria": deportistas que dan y mejoran su marca
Cada brazada en el agua y cada toma de yudo es un plato más de comida para los chicos de un comedor; cada movimiento en el tatami es atención médica para los necesitados; cada lanzamiento de martillo es también una mano tendida a personas con discapacidad; cada tacazo que termina en gol es un ladrillo más para un hogar de asistencia a vulnerables; cada uppercut es una clase gratis en un gimnasio. Todo esto es posible gracias a un grupo de deportistas que destinan parte de sus ganancias por patrocinantes a obras de caridad.
Todos ellos están agrupados en el programa de responsabilidad social empresaria Huella Weber, a través del cual canalizan sus donaciones. Sus nombres son conocidos: Pilar Geijo , tetracampeona mundial de aguas abiertas; Sebastián Crismanich , oro olímpico de taekwondo en Londres 2012; Jenny Dahlgren , medalla de oro en lanzamiento de martillo en los Juegos Odesur de Cochabamba; Delfina Merino , campeona mundial en la Argentina 2010; Yésica Bopp , bicampeona mundial de boxeo minimosca, y Paula Pareto , medalla de oro en Yudo en Río de Janeiro 2016.
Además de cumplir con su sueño de ayudar, estas iniciativas suman al posicionamiento de cada uno de ellos, ya que también les reditúan beneficios económicos. En algunos casos, gracias a su costado social, son considerados a la hora de ser evaluados para distinciones internacionales. "Así, estos deportistas comienzan a entenderse como marcas y suman estrategias solidarias a su marca personal. Nosotros los elegimos por sus inquietudes y los ayudamos a ayudar con el desarrollo de la infraestructura de los proyectos, además de darles herramientas para amplificar sus acciones", dice Mariano Bo, director general regional de Weber Saint Gobain Argentina, Chile y Perú.
Carlos Prunes, director de GPSports Argentina, de representación, management e imagen de deportistas de elite, opina que este innovador modelo de patrocinio presenta dos grandes ventajas para el atleta. "Por un lado, le permite resaltar sus valores sin estar atado exclusivamente a los éxitos deportivos, canalizando y disfrutando su compromiso con un proyecto propio. Por otro, le da visibilidad a su lado B", señala.
Aquí, un resumen de cada uno de estos casos, en los que se mezclan deporte, sacrificio y solidaridad, pero también economía y esponsoreo.
Sebastián Crismanich
Tiene 30 años, nació en Corrientes y el taekwondo ocupa gran parte de su vida. Gracias a esta disciplina, que practica desde los 7 años, logró la primera medalla dorada en una disciplina individual para la Argentina luego de 64 años.
Gracias a su donación de $284.451,89 fue posible construir la Casa Garrahan en la provincia de Chaco; un centro de atención en donde los chicos de todo el noroeste argentino puedan atenderse sin necesidad de viajar a Buenos Aires. "Se construyó desde cero, con ayuda de los vecinos", destaca quien hoy preside la federación correntina de ese deporte.
Pilar Geijo
Tiene 33 años y una carrera en la natación de puros éxitos. A los 6 años comenzó a practicar natación y a los 8 arrancó a competir. En 2015 se consagró tetracampeona mundial de aguas abiertas, cuenta con 35 podios internacionales en la World Cup, tres subcampeonatos y cuatro campeonatos mundiales.
Tiene un costado solidario y apoya diferentes proyectos sociales. Uno de los más grandes está en Florencio Varela, en el Ringo Boxing Club, donde se enseña boxeo y hay un comedor de asistencia para más de 250 chicos en situaciones vulnerables. En los últimos dos años donó allí $387.843,85 en productos para la construcción.
Jenny Dahlgren
Tiene 34 años y una larga trayectoria en el atletismo argentino, y es la mayor representante del país en lanzamiento de martillo. De chica sufrió bullying en la escuela por su amor al deporte y su contextura física. Esto la llevó a escribir cuentos infantiles sobre este tema, con los que transmite mensajes de superación.
Pero uno de sus mayores esfuerzos lo pone en colaborar con la Granja Andar, en Moreno, un lugar de encuentro para personas con discapacidad donde les enseñan a tener autonomía, insertarse en el mercado laboral y mejorar su calidad de vida. Para esto, ya donó $198.680,19. El lugar tiene una panadería y vivero y desarrollan actividades culturales, artísticas y deportivas.
Delfina Merino
Nació en Vicente López, provincia de Buenos Aires, y tiene 28 años. A los 5, comenzó a jugar al hockey en el equipo de Banco Provincia. En 2009 fue convocada para formar parte de Las Leonas, lo que la llevó a posicionarse en lo más alto y convertirse en la mejor jugadora del mundo.
Pero su gran jugada la hace fuera de la cancha: amadrina al merendero Las Trincheras, en Icaño, Santiago del Estero. Con su aporte de $151.235,16, se está construyendo ahí un hogar para que puedan funcionar y seguir dándoles de merendar y almorzar a 180 chicos y a sus mamás.
Con esta ayuda, las 15 mamás que están al frente de Las Trincheras esperan poder dictar clases de educación agrícola, médica, sanitaria y oficios para los niños, además de organizar diferentes actividades deportivas y recreativas.
Yésica "Tuti" Bopp
Tiene 36 años y nació en Wilde, Buenos Aires. A los 16 años, conoció el boxeo en una exhibición en la Escuela Municipal Pascual Pérez y decidió que ese sería su deporte. Se entrenó duro y en 2005 se inició como amateur; al tiempo se consagró la primera boxeadora campeona panamericana. Desde 2009, ostenta el título de bicampeona mundial en la categoría minimosca.
Es psicóloga social y, además, da charlas para transmitir la importancia del deporte y el estudio. Su golpe de nocaut solidario lo da al amadrinar dos gimnasios de boxeo: uno en Avellaneda y otro en Concordia, Entre Ríos. Lleva invertidos en eso $108.460,63 para, entre otras cosas, reformas edilicias que mejoraron la calidad de la práctica del box y en el acompañamiento social a sus participantes.
Paula Pareto
Tiene 32 años y nació en San Fernando, Buenos Aires. Es la representante argentina del yudo, disciplina que practica desde los 9 años. En 2015 se consagró campeona del mundo y logró un pase a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, donde ganó la medalla de oro. En abril de este año, ganó por cuarta vez el Campeonato Panamericano.
Pero todos estos logros deportivos son solo una pequeña parte de todo lo que hace la yudoca. Desde hace siete años forma parte de Huella Weber, donde ayuda con la refacción edilicia del comedor Virgen de Itatí y Gauchito Gil de Pacheco; este lugar alimenta y da contención a más de 200 chicos en situación de vulnerabilidad. La Peque donó allí $40.436,39.
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