Líderes psicópatas: cómo identificar un jefe macabro
Alimentados por el narcisismo y el poder, los líderes egocéntricos pierden su fuerza en el contexto pandémico
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Los líderes psicópatas “no son todos iguales, vienen en envases distintos”, analiza Andrés Hatum, profesor de Management y Organización de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella. En el la sexta edición del Summit de Recursos Humanos organizado por LA NACION, el experto resumió en una charla con José del Río, secretario general de LA NACION de qué se trata su nuevo libro “Infierno: Líderes y Organizaciones que Matan” (Vergara, 2021).
“Mi tendencia es buscar la basura organizacional”, dijo Hatum, antes de comentar que escribió en su nueva publicación una perspectiva histórica del liderazgo, analizando figuras como la de Hitler o Jim Jones, para después “bajarlo a la realidad de las organizaciones y darse cuenta de que uno puede estar rodeado de líderes infernales”.
Cómo identificar un líder psicópata
¿Por qué llegan a donde llegan los líderes psicópatas?” De acuerdo con Hatum, la figura del “antilíder” que ocupa los altos mandos puede desarrollar su psicopatía entrando a la gente desde la emoción, el engaño o la ilusión, siempre desde su naturaleza narcisista.
“Lo llamo la serpiente con traje porque parecen divinos y te arruinan la vida. Porque en esa grandiosidad, en ese narcisismo y superioridad que tienen, también te están engañando”, reflexiona en diálogo con José del Río, y lo describe como “el jefe que en un momento prepandémico está bien arriba en el piso 40, rodeado de acólitos e infelices y que es yoista absolutamente”.
La pandemia, el remedio de la psicopatía
Hatum dijo habló de los cambios derivados de la pandemia, y dijo que antes de la llegada del coronavirus “el jefe malo psicópata quería tenerte en la oficina, con sistemas biométricos para decir `Acá viene José, que dio el presente por el dedo o por el ojo´”.
Sin embargo, el confinamiento obligatorio llevó a los empleados a sus casas y “a tener jefes que confíen en vos en vez de que te controlen”, destaca. Según Hatum, PhD de la Universidad de Warwick UK, la pandemia demandó el costado humano de los jefes para que estos se adentren en tu vida personal y vean qué pasa en tu casa. “Entonces los cortoplacistas y los que no pudieron anticipar nada están siendo llevados por la corriente pandémica y están desapareciendo”, dijo el autor.
El engaño y la manipulación son las dos manos de este tipo de jerarcas, y perjudican a quien tiene más optimismo. Por un lado, señala que existe el optimista nato que cree que las cosas van a cambiar; por el otro, el que se deja manipular porque “tiene el cerebro lavado”.
Estas herramientas son las mismas poseídas por los políticos. La clave para su juicio es el uso que le dan. Hatum establece que los políticos “son manipuladores, tienen problemas de egocentrismo pero que bien usados pueden traer cosas buenas para la gente. El problema es cuando nos excedemos y te terminan mintiendo hasta que uno se da cuenta”. Una vez que las personas detectan la manipulación, el autor dice que cambian y le votan en contra.
¿Podría la educación combatir contra este tipo de personalidad? Hatum indica que “la educación es absolutamente todo. Cuando no hay educación, hay ignorancia y cuando hay ignorancia hay manipulación porque hay necesidad”.
El analista perfila también a los “líderes manteca” como aquellos que no son capaces de tomar decisiones. Estos cambian día a día sus planes y marean a los colaboradores que intentan seguir sus indicaciones. La suavidad, entonces, tampoco es la solución, ya que considera que “es mejor tener un un líder fuerte que no te guste pero que sepa a dónde va, que uno que tira para todos lados y no entendés a dónde está yendo”.
Los cambios del nuevo contexto
¿Cómo pueden reivindicarse estos líderes? Hatum opina que “comunicando bien, con mucha paciencia y empatía, saber callarse y escuchar a la gente, algo para lo que los líderes psicópatas no sirven. También armando equipos de crisis en este momento que te permitan entender por dónde van los temas. Tomar decisiones y no ser un líder manteca”.
Para Hatum, el home office vino para quedarse. La flexibilidad de trabajar remoto llevó a muchas personas a conseguir un sueldo de afuera pero vivir en el país, beneficiándose del tipo de cambio. La manera que tiene una empresa de mantener a sus empleados y salvarlos de que se fuguen a la competencia es hacer “que la oficina sea un hub de colaboración, que la gente vaya a exponer el equipo para no perder ese contacto humano pero poder trabajar desde donde uno quiere, sin tener al jefe que le meta el dedo en la oreja”, propone el autor.
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