Líderes bajo estrés: cómo reaccionar en medio de una crisis
Putin y Zelensky no se muestran temerosos, pero la diferencia está en la vulnerabilidad y cercanía que ofrece cada uno
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El 27 de febrero de 2022, cuando llevaban 85 horas luego de la invasión de Rusia a Ucrania, las redes sociales mostraron a Vladimir Putin, el presidente del país invasor, reunido con su ministro de Defensa: una mesa larga con Putin sentado en una punta y, alejado, su ministro de Defensa. Ambos vestidos formalmente y con caras serias y adultas.
Ese mismo día, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, se reunió con su ministro de Defensa, Oleksii Reznikov. Este último subió una foto en Twitter que los mostraba juntos: dos personas abrazadas, con ropas informales y hermanados ante las vicisitudes que presentaba la invasión rusa.
¿Cómo pueden ser las actitudes de los líderes bajo estrés? ¿Qué situaciones pueden apalancar el trabajo en equipo y cuáles pueden erosionar esa relación? ¿Qué esperan los colaboradores de los líderes cuando la situación es crítica?
Cercanía o distancia en la relación: somos seres gregarios y la proximidad es importante para generar empatía con el otro. Putin tiene un estilo de liderazgo paradójico que ambiciona cada vez más poder y más territorio, pero que se mantiene distante de quienes tiene cerca. Al estilo de los reyes absolutos genera obediencia a través del miedo. No tiene colaboradores, sino súbditos. Zelensky, por otra parte, representa lo opuesto, es el líder cercano que, a través de mostrarse próximo a la gente, logra empatía con sus colaboradores y con la sociedad. Un líder presente que no se esconde.
Ambos presidentes no se muestran temerosos, pero la diferencia está en la vulnerabilidad y cercanía que cada uno presenta en los momentos de gran tensión. ¿Queremos ser vulnerables?
El poder de la vulnerabilidad
Contrariamente a la creencia popular, ser vulnerable no significa que uno tenga que compartir los secretos más profundos y personales y dejar que todo fluya. Significa bajar la guardia, dejar de lado las pretensiones y ser uno mismo.
Brene Brown, la autora de The Power of Vulnerability and Daring Greatly, (El poder de la vulnerabilidad y la gran audacia) ha realizado una extensa investigación sobre la vulnerabilidad. Brown argumenta que la vulnerabilidad es “participar en la vida, estar completamente involucrado, dedicarse a algo”.
Un líder que expresa vulnerabilidad es alguien que no se siente obligado a ser el primero en responder o tener una idea. Ser vulnerable como líder implica un cambio de mentalidad que permite ver a través de los ojos de las personas que se lidera. Al hacerlo, se invita a la gente a convertirse en conductores de la conversación. El resultado es que las personas se involucran más. Y en momentos de conflicto o crisis, este involucramiento es crítico.
Control versus confianza: el líder al estilo Putin es el que ama controlar y hacer micromanagement con su equipo. Los necesita cerca para respirarles en la nuca, que la gente esté disponible. Zelensky, por el contrario, es el líder que tuvo que aprender a confiar y ser confiable a la distancia debido a las imposibilidades que el mismo conflicto ha impuesto.
Compromiso que une
La incertidumbre de una crisis donde un líder puede perder el control es algo que podemos aprender de esta guerra. Putin tiene cierto control y genera los mecanismos para sostenerlo. Zelensky perdió, en algún punto, el control de la situación, pero se presenta como un líder constructor y cohesionado, confiable para los suyos y la población general.
Esa generación de confianza permite el desarrollo de un compromiso fundamental ante la incertidumbre: une.
Sin confianza y compromiso, difícilmente las personas vayan a defender a su país, al contrario, van a intentar salvarse ellos. Lo mismo en una organización, si los líderes no trabajan la identidad organizacional, ante la primera crisis el líder puede terminar solo o sola liderando a nadie porque todos se fueron frente a la primera señal problemática.
Disponerse a ser un líder confiable, es abrir los mecanismos de participación y democracia en un equipo. Pero cuidado con hacerse el Zelensky. El resultado puede ser una catástrofe para el pseudo líder democrático que quiere equiparar a todos y bajar a la trinchera. Si un líder está dispuesto a eso, tiene que saber las consecuencias que tendrá frente a las demandas de la gente.
Hay muchos líderes jóvenes que muestran una sensación de culpa por el poder que tienen y “horizontaliza” todo. Aman el consenso que termina siendo la mejor forma de no decidir nada. Cobardía marca Acme. Luego todo explota. Cuidado porque ese sería el caso del “teflon management”, la estrategia de líderes que diciendo que son democráticos y participativos, no deciden nada para evitar quedar pegados. Ese es el peor antídoto para tiempos de crisis cuando tomar decisiones y hacerse responsable es fundamental para afrontar los problemas inminentes.
Comunicar todo el tiempo: La escenografía que uno monta no es independiente de la forma en la que uno lidera. Cuando Putin se junta con el presidente francés, Emmanuel Macron, y también lo hace sentar en una punta de esa mesa eterna, ya está estableciendo su propia característica de líder: distante, poco afecto a las emociones y, probablemente, controlador.
Cuando el presidente ucraniano mostró un video que rápidamente se viralizó donde se muestra en Kiev y dice que su gabinete está allí, el presidente está allí, y que los soldados y los ciudadanos están defendiendo su independencia, inspira y compromete.
Nuevas coordenadas
Ese storytelling da las coordenadas de una presencia. Le pone cuerpo y lugar al liderazgo. No lideramos sin nuestros cuerpos, conectar con ellos es parte de lo que aún falta en muchas compañías. Sobreutilizamos el cerebro y no conectamos con las tripas, con lo que nos sucede en términos de sentido interno y motivación. Allí también es crucial la vulnerabilidad, porque abre espacios de diálogo y escucha. Muchos equipos herméticos se transforman cuando sus integrantes comienzan a compartir historias. Es allí donde se construye un nosotros.
Y ese ha sido el gran logro de Zelensky en estas semanas: consiguió comunicar rápido y de un modo global, haciendo sentir parte a gran parte del mundo. Invitó a todos a posicionarse frente al tema y salir de la indiferencia. Ahora, todo el mundo está atento a lo que pasa en Ucrania. Su cercanía terminó acercando.
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