LeBron James: su padre lo abandonó, creció en la marginalidad y hoy es un deportista récord
Solo por su salario como basquetbolista ganó más de US$390 millones; lleva 18 temporadas en la NBA; factura US$80 millones al año por patrocinios; sus inversiones en el negocio audiovisual, la gastronomía y otros deportes
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Es el hombre récord, que diagramó una historia de éxitos en el básquet y en los negocios. Prodigio del deporte, LeBron James lleva más de 18 temporadas en el máximo nivel de la NBA y confirmó los pronósticos de los que veían una estrella desde su juventud. Pero su vida también es la de un hombre que superó dificultades y construyó un imperio.
Cuando nació en Akron, Ohio, su madre, Gloria James, tenía 16 años y su padre biológico, Anthony McLelland, los abandonó. Criado en barrios marginales y en situación de vulnerabilidad (durante su infancia, una pareja de su madre fue preso por tráfico de cocaína), se destacó en el deporte desde chico y ese fue el vehículo para el éxito de un hombre que entró en el debate de los mejores jugadores de la historia.
Con cuatro títulos de campeón de la NBA y cuatro premios de jugador más valioso de la liga, James fue noticia recientemente por quebrar el récord de ser el mayor anotador de la historia de la temporada regular en la mejor liga de básquet del mundo. Pero su éxito trasciende a los logros dentro de la cancha, con un recorrido que lo convierte en un afortunado hombre de negocios.
Solo por su salario como jugador en sus 18 temporadas, James lleva acumulados unos US$390 millones (US$483,9 millones al valor del dólar de hoy, ajustado por inflación), a lo largo de sus pasos por Cleveland Cavaliers, Miami Heat y Los Angeles Lakers, las tres franquicias donde jugó y fue campeón. En esta temporada, el nacido en Akron facturará US$44,5 millones, el cuarto entre los números más altos de toda la liga.
Ese ingreso es una parte de un universo de negocios que llevó a James a convertirse en el primer basquetbolista en actividad en superar los mil millones de dólares de patrimonio, con ingresos por patrocinios y otras inversiones que más que duplican lo que recibió como jugador. El año pasado, fue el segundo deportista con mayor facturación del mundo, de acuerdo con estimaciones de Forbes. El primer puesto en ese listado correspondió a Lionel Messi, campeón y mejor jugador en el Mundial de Qatar 2022, quien facturó según esta publicación unos US$130 millones en el año.
“Es mi mayor objetivo. Obviamente, quiero maximizar mi negocio”, dijo en una entrevista hace casi una década la estrella de la NBA, al compartir una visión que construyó año tras año dentro y fuera del deporte. Según estimaciones de Forbes, hoy supera los US$900 millones de ingresos por contratos de publicidad, sponsoreo y emprendimientos propios.
Una de las marcas que primero se asoció con él fue Nike. La firma de calzado y ropa deportiva estadounidense que construyó su imperio mundial de la mano de Michael Jordan, mantiene una sociedad con James desde sus 18 años. Era 2003 cuando el entonces adolescente que no había debutado aún en la NBA rechazó otros ofrecimientos de rivales como Adidas o Reebok para elegir a la pipa por unos US$90 millones de aquel entonces.
Hoy, James y Nike están ligados por un contrato ‘de por vida’, firmado en 2015. Máquina de ventas internacional, el jugador tiene, como otros, su propia línea de zapatillas, que incluye 20 modelos lanzados.
Este año, a su vez, James sumó otro récord, además de los puntos en la NBA. Fue en enero, cuando un coleccionista pagó US$3,7 millones por una camiseta suya. Se trata de un modelo especial: fue la que usó en el último partido de las finales de 2013, para conseguir su segundo título con Miami Heat, al vencer al argentino Manu Ginóbili y los San Antonio Spurs.
En 2018, James dejó Cleveland y firmó con Los Angeles Lakers. Ese paso a uno de los equipos históricos de la NBA también lo acercó al mundo del entretenimiento, uno de los negocios a los que apostó el jugador. En 2007, fundó junto a su amigo, compañero del secundario y colega de negocios Maverick Carter la firma SpringHill. Nombrada como el complejo de edificios de Ohio en los que creció LeBron, se trata de una productora de contenidos audiovisuales con sede en Hollywood que firmó contratos con HBO, Disney, Universal y Netflix, entre otras.
Con esa firma, James produjo (junto con Warner) y protagonizó Space Jam: A New Legacy, la secuela de la película animada que, en 1996, había tenido como estrella a Michael Jordan, además de otros largometrajes como Hustle (Netflix) o el documental What’s My Name: Muhammad Ali (HBO). En 2021, Nike ingresó como accionista minoritario en la empresa, que tiene una valuación superior a los US$700 millones. La compañía tiene en su directorio a la extenista Serena Williams y recibió fondos de inversores externos, entre los que se encuentra Elisabeth Murdoch, la hija del multimillonario de los medios Rupert Murdoch.
Carter y James también tienen inversiones exitosas en el mundo del deporte. Juntos, ingresaron como accionistas minoritarios en Fenway Sports Group, un conglomerado estadounidense que, entre otros, es dueño del equipo de béisbol Boston Red Socks, el estadio Fenway Park (Boston), los Pittsburgh Penguins (NHL) y el equipo de fútbol inglés Liverpool. Este último fue adquirido por el grupo en 2010 por US$476 millones y hoy supera los US$4450 millones de valuación, según estimaciones de Forbes. En diversas entrevistas, el hoy jugador comentó que le gustaría en algún momento ser dueño de una franquicia de NBA, como Michael Jordan, hoy titular de los Charlotte Hornets.
La comparación con Jordan, en el debate por los mejores jugadores de la historia, también se da en el universo de los negocios. Con otros valores del dólar y menos millones en danza en el universo NBA, el seis veces campeón con Chicago Bulls acumuló cerca de US$90 millones solo por salarios durante sus años como jugador (equivaldrían a más de US$170 millones ajustados al valor del dólar de hoy).
Jordan, quien también tiene su marca personal dentro de la línea de Nike, superó la marca de US$1000 millones, pero luego de su retiro. Entre ese contrato y más patrocinios con marcas de bebidas y otros rubros, ha facturado US$1800 millones a lo largo de su vida.
Además del básquet, James también incursionó en otros rubros, como el de la gastronomía. Además de patrocinios con marcas como Pepsi, James estuvo vinculado con la firma de comidas rápidas McDonald’s, aunque interrumpió ese contrato en 2015. Mientras tanto, años atrás (2012), había realizado junto a sus socios una inversión de US$1 millón en la cadena Blaze Pizza, que había sido creada en California un año atrás.
En 2017, adquirió el 10% del paquete accionario por unos US$25 millones de la firma que, según Forbes, fue el restaurante de mayor ritmo de crecimiento en los Estados Unidos ese año. Por el total de sus acciones de promoción, que incluyen también a firmas como Calm, 2K Sports, Walmart, AT&T y Beats Electronics, se estima que James recibe alrededor de US$80 millones al año.
Otra de sus inversiones se dio en el rubro del entrenamiento personal. En 2021, ingresó como accionista minoritario en la firma Tonal, que se dedica al diseño y producción de aparatos de deporte en el hogar. La startup, que en abril de ese año había completado una ronda de inversión de US$250 millones, tiene como otros inversores a Serena Williams y los basquetbolistas Stephen Curry y Klay Thompson.
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