Las empresas empiezan a priorizar potencialidad por sobre experiencia y piden cada vez más mujeres
Un especialista en reclutamiento analizó las fortalezas y debilidades de las empresas a la hora de contratar mujeres o varones
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En el evento de Mujeres Líderes organizado por LA NACION se sobrevolaron distintas aristas del rol de la mujer en el mundo corporativo. Si algo quedó en claro es que las mujeres ya pisan fuerte en el entorno laboral, pero que todavía queda mucho camino por recorrer. Marcelo Grimoldi, presidente de Egon Zehnder Argentina, analizó en un mano a mano con la periodista Melisa Reinhold qué puntos de interés atraviesa hoy el reclutamiento de mujeres en el mundo corporativo.
Empezó por destacar que “hoy las empresas piden cada vez más mujeres”, a diferencia del pasado. Para él, esta nueva afinidad se debe al cambio de contexto - más volátil, incierto, complejo y ambiguo- para el que “las mujeres están mejor preparadas” que los varones para enfrentar un contexto en constante cambio. En la actualidad, las organizaciones condenan menos el cambio y reemplazan su cultura de planificación por una de prueba y error.
Si se trata de habilidades, el ejecutivo destaca que las mujeres tienen un potencial más grande. Para llegar a valorar esta cualidad, contó que en la historia primero se tuvo que pasar por otras prioridades. “En la prehistoria se evaluaba por fuerza física y las mujeres quedaban afuera en la mayoría de las selecciones para ir a cazar comida o defender al pueblo. En una época se privilegió la experiencia, donde los varones ya la tenían y con lo cual las mujeres quedaban relegadas. En los 70´s empezaron las evaluaciones por competencias donde empezabas a ver el cómo hacer las tareas y ahí las mujeres empezaron a tener más visibilidad. En los últimos 10 años, el tema principal ha sido el potencial de cómo se adapta una persona a lo que viene”, reflexionó.
Si bien las empresas saben las tareas que deberán seguir ahora sus colaboradores, reconocen que no saben qué necesitarán de ellos dentro de dos años y por eso se valora más la capacidad de adaptación, según Grimoldi. “En eso las mujeres tienen muchas fortalezas y tienen más chances de ser elegidas”, dijo.
Viento en contra
A la hora de incorporar a alguien a una empresa, hay muchos sesgos que participan de la decisión. “Hay muchos estudios que indican que parte del viento en contra que hoy tiene la mujer es propio”, observó Grimoldi. Por un lado, destacó la brecha en la visibilidad al decir que las mujeres han tenido que hacer más networking del que históricamente han hecho. “Esto se debe a que culturalmente se espera que la mujer vaya a ayudar en la tareas de sus hijos y el varón no, por lo que el tiempo para hacer networking era diferente”, explicó. Ayudan con esta visibilidad algunas organizaciones como Women Corporate Directors, según Grimoldi, que nuclea a mujeres de cierto nivel jerárquico y las une para poner una lupa en lo que otras han podido hacer “y que de esa manera se animen a hacerlo ellas también”, dijo.
Por otro lado, habló del coraje como una cualidad que generalmente se incentiva en los varones desde chicos mientras que en las mujeres se busca la perfección. En ese marco, señaló que en un mundo tan incierto, “hay que tener coraje y jugársela”.
Las fallas al evaluar
Si tan valorada está la flexibilidad que caracteriza al promedio de las mujeres, ¿por qué no empardan los niveles de contratación de los varones? “El problema es cuando tenés evaluadores que se cubren y van más por la experiencia”, definió Grimoldi, ya que contratar a alguien por experiencia los cubre más que tomar a alguien que promete evolucionar en el tiempo, ya que esto puede significar quedar en infracción.
Otra de las fallas en el reclutamiento es el sesgo que tienen incorporado quienes toman las decisiones en el proceso de selección. “Las nuevas generaciones están más dispuestas a tomar más riesgos, son más competitivas y corajudas pero todavía hay sesgos de los que deciden a quién contratar”, explicó.
A partir de esto, en diálogo con la periodista analizó las falencias del oficio de reclutar. Señaló que la elección de personas, ya sea para formar una pareja o votar un candidato, es una tarea que no se enseña en ninguna etapa educativa de la persona, por lo que es un desafío para los reclutadores la selección de los postulantes. En vistas al futuro, llamó a que “los que estamos en posición de ayudar y seleccionar, debemos tener claros nuestros sesgos y tratar de neutralizarlos para que no nos influya, así como también tener coraje de apostar por gente sin experiencia que tiene potencial”.
En el país, Grimoldi detecta otra barrera que puede poner un techo de cristal sobre las mujeres. “La Argentina ha estado en crisis durante varias décadas y eso hace que sean más conservadoras las personas que toman decisiones de reclutamiento en comparación con otros países. Eso juega en contra porque juega a favor de la experiencia y menos del potencial”, detalló, y añadió que “en el país el mercado de capitales es muy chico y empuja poco a las compañías a tener buen gobierno corporativo que incluya el tema diversidad”. Distinto es en otras partes del mundo, donde “más del 90% de las búsquedas de directores es de mujeres”, destacó desde su experiencia.
Aún así, Grimoldi advirtió que los años han desdibujado la exclusividad por género de algunas industrias. Al contrario, rescató que la novedad del sector digital es el que mayor demanda registra actualmente y es el único que -por ser nuevo- no tiene personas experimentadas. Por ende, allí es donde más hay paridad entre géneros.
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