La reconversión de Nevares. Del alfajor Fulbito en el tren a las galletitas en el chino
Con los trenes con muchos menos pasajeros y sin señales de una vuelta a las clases, a la Compañía Americana de Alimentos (Cadasa) no le quedó otra alternativa que reconvertir su modelo de negocios. La empresa conocida por productos súper populares como los alfajorcitos Fulbito (que se vendían a diez pesos en los quioscos de las escuelas) o los turrones Nevares (cuyo principal canal de comercialización eran los vagones del Sarmiento o el Roca) concretó una inversión de US$500.000 para hacerse fuerte en el negocio de las galletitas, dominado por multinacionales como Bagley (la alianza entre Arcor y Danone) o Mondelez (la dueña de Terrabusi).
La empresa controlada por la familia Romero Bonomi incorporó una nueva línea de producción de galletitas en su planta de Tortuguitas que le permitirá duplicar su actual capacidad de producción, hasta alcanzar las 80 toneladas diarias.
"Hasta la pandemia nuestro mayor volumen de clientes venía por el lado de las golosinas, que hoy es uno de los rubros más golpeados, porque se trata de un consumo impulsivo, con las ventas que se hacen en la calle, en las estaciones de tren y en las escuelas. De un día para el otro la demanda cayó un 50%, pero, lejos de paralizarse, la empresa readaptó su portafolio de productos a las necesidades actuales y decidió apostar a las galletitas", explica Matías Cordero, director comercial de Cadasa.
La empresa ya incursionaba en el mercado galletitero con la marca Nevares, pero hasta ahora su participación en el rubro era un negocio secundario frente a la división de golosinas, que de la mano de "tanques" como los alfajores Fulbito y Mogy, las minitortas Rapsodia o las obleas Smack aportaba el grueso de los $1200 millones anuales que factura Cadasa.
"Hasta ahora estábamos participando en las categorías más básicas de galletitas, pero el nuevo objetivo es poner un pie en productos con mayor valor agregado pero respetando siempre la propuesta de la empresa de ser una masivos y accesibles. La idea no es abandonar la categoría de golosinas, sino crecer en el nuevo negocio con el foco puesto en el canal mayorista, los quioscos y los autoservicios chinos, pero también queremos estar en los grandes supermercados", explica Cordero.
La inversión en la planta de galletitas no se hace pensando exclusivamente en el mercado interno. En medio de la cuarentena, Hugo Sebastián Romero Bonomi’, el hijo del dueño de Nevares, concretó la compra de la compañía española Galletas Asinez, propiedad de la familia Asín.
"La compra de la fábrica española la hizo Hugo Sebastián Romero a título personal, pero ya cerramos un acuerdo para comenzar a fabricar acá una serie de productos icónicos argentinos como los alfajores de dulce de leche para el mercado español", anticipó Cordero.
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