Empezó sin nada, creó una empresa y hoy lidera la industria en el país
Jorge Sanvitale abrió su propia empresa bajo el nombre de Mecco en 1992; en 2019 facturó $337 millones
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Cuando Jorge Sanvitale cursaba la secundaria y tenía 16 años, un amigo le ofreció una oportunidad laboral que, años más tarde, le daría las herramientas necesarias para constituir una empresa millonaria: ser ayudante de electricista.
Al comienzo trabajó en una fábrica de artefactos de iluminación, luego pasó a realizar el mantenimiento de una fábrica de revestimientos y poco tiempo después le ofrecieron instalar un lavadero de ropa. Ya para sus 22 años, se dio cuenta de que conocía bastante bien la industria y decidió abrir su propia empresa bajo el nombre de Mecco (años más tarde la rebautizaría a Mehcco), dedicada al desarrollo y ejecución de proyectos eléctricos.
“En los orígenes, trabajaba con un grupo de ayudantes. Dos, tres personas, no mucho más que eso. En ese momento era polifuncional, tenía que hacer las compras, visitaba a los clientes y encima trabajaba en las obras. Era hacer todo junto, con el soporte de mis dos o tres ayudantes”, recuerda 30 años después Sanvitale. Hoy la empresa emplea a más de 60 personas y en 2019 llegó a facturar $337 millones.
Una historia sobre los cimbronazos de la Argentina
En 1992 nació la empresa y año tras año fue creciendo hasta que en 1998 compró su primer espacio de trabajo en la ciudad bonaerense de San Martín: un departamento que hacía de oficina junto con un galpón que utilizaba como depósito. De a poco el emprendimiento marchaba bien, hasta que en el año 2001 Mecco atravesó su primera crisis.
“En aquel entonces trabajamos 20 personas. Pero después de la crisis de 2001, solo estaba conformada por dos personas: el supervisor y yo. Teníamos algún que otro grupo de contratistas que nos podía dar una mano para ejecutar obras, pero no mucho más. Se fueron todos, estábamos en la nada misma, así que tuvimos que arrancar de nuevo”, le contó Sanvitale a LA NACION.
Apenas unos meses después, todavía reacomodándose del cimbronazo de 2001, Supermercados Norte les concedió una entrevista con el gerente de infraestructura de la cadena. La marca estaba en proceso de expansión y buscaba una compañía dedicada a la instalación eléctrica. “Nos preguntaron si nos animábamos a trabajar con ellos. Nosotros éramos pocos, pero le respondimos ‘por supuesto que sí’. Ese fue el despegue, después de eso el boca a boca resultó muy fuerte”, agregó su dueño.
El supermercadismo fue su primer gran cliente, pero en poco tiempo abarcaron otras unidades de negocio. Proyectos en obras civiles, empresas de logística, laboratorios y clínicas médicas, se sumaron al repertorio de clientes, aunque hasta el momento se limitaban a realizar montajes eléctricos. En 2008 incorporaron una nueva unidad de negocios: la fabricación de tableros.
En 2015 la empresa decidió expandirse y para eso sacó dos créditos bancarios a cinco años. Uno para poder comprar la planta de 1600 metros cuadrados, y el otro para afrontar las reformas necesarias en el lugar. Sin embargo, ambos préstamos significaron dos problemas en paralelo.
“El segundo crédito nos los dieron más tarde, lo recibimos en los primeros meses de 2016, en el momento en que se liberó el precio del dólar. Para ese entonces el préstamo que habíamos pedido representaba la mitad del presupuesto que necesitábamos”, apuntó Sanvitale.
En cuanto al primer crédito, las cuotas a cinco años las tuvieron que pagar a finales de 2020, a pesar de la paralización que sufría la empresa por la crisis sanitaria. Si en 2019 Mehcco había facturado $337 millones, en el año de la pandemia la recaudación cayó en un 50%.
“En 2020 nos dedicamos a sobrevivir, recién ahora nos estamos recuperando a medida que retomamos el ritmo. El retorno a la actividad en la segunda parte de 2020 y el comienzo de 2021 nos permitió recuperar algo de nuestro capital del trabajo. En estos meses estoy recuperando las escrituras de mi casa, que es lo que hipotequé para poder sacar el crédito”, comentó aliviado el titular de la firma.
Si bien la empresa tiene proyectos en marcha y supondrá más movimiento que en 2020, todavía las perspectivas para este año no son muy alentadoras y todavía la facturación esperada se encuentra por debajo de la de 2019. Pero, con espíritu emprendedor, Sanvitale cree que solo es una crisis pasajera que ya superarán, como tantas otras que ha tenido la Argentina.
“A pesar de los altibajos que hay en este país, siempre pudimos salir adelante. Hoy, mirando hacia atrás, es una sensación rara. Todavía conservo la ambigüedad de que bajo al taller y me pongo a hablar con los chicos de taller, meto mano en el tablero porque son las cosas que hice desde que empecé en este trabajo, lo mismo me pasa en obra. Todavía no me faltan las ganas de ayer, el ritmo de trabajo. A casi 30 años de creada la empresa, creo que mi mensaje para los que quieran emprender, es que den el paso y se animen”, cerró.
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