La importancia del networking en tiempos de crisis
Ante escenarios complejos, las redes de contactos son puestas en valor; el rol de los líderes y la importancia de llevar una agenda balanceada con visión a corto y a largo plazo
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Más allá de cualquier título o cargo, las redes de contacto pesan con fuerza en tiempos de crisis. Si bien diferentes estudios exhiben que las redes formales e informales son un factor crítico para el desarrollo profesional y de los negocios, su uso es puesto aún más en valor ante escenarios complejos, marcados por factores económicos o sectoriales.
“En situaciones de cambios coyunturales, una de las mayores preocupaciones es la incertidumbre. Y ante este escenario, el networking permite un mayor acceso e intercambio de información. Además, facilita la defensa de intereses a nivel sectorial, a la vez que el desarrollo de acciones colectivas frente a determinados casos de represalias individuales”, señaló Diego Campal, presidente del Consejo de Relaciones Públicas.
En sintonía, Ernesto Kohen, presidente de la Cámara de Comercio Suizo Argentina, resaltó el rol del networking durante la pandemia, en la etapa posterior de normalización de la actividad y luego también durante el gobierno de Aníbal Fernández. “Ante las limitaciones al comercio exterior, especialmente a las importaciones y a los pagos al exterior, conformamos un Comité de Asunto Públicos integrado por los CEO de las empresas socias. Este accionar conjunto nos permitió abrir puertas, generar contactos con el sector público y destrabar situaciones particulares, a partir de nuestra presentación como institución ante las autoridades”, indicó.
“En un mundo tan cambiante, dirigir empresas no es una tarea sencilla ni predecible. El trabajo de los líderes es percibir y dar forma al futuro y solo pueden hacerlo si están en contacto con la realidad. Priorizar la comunicación interna y externa es relevante; por ello es preciso aceitar el contacto permanente en las redes sociales y el diálogo con sus vínculos, pares y stakeholders”, señaló Laura Yorghanjian, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio Argentino Canadiense.
En tanto, Antonio Marín, vicerrector de la Universidad del CEMA, la cual tiene como referentes a Diana Mondino, a Ricardo López Murphy y a Roque Fernández, entre otros, añadió: “En cuanta institución podamos participar, lo haremos. Desarrollamos relaciones institucionales con cámaras, embajadas, y asociaciones de sectores varios, lo que posibilitó, por ejemplo, que nuestros posgrados crecieran exponencialmente y nuestro alto grado de injerencia en el mundo empresarial”.
A la hora de analizar el contexto actual, Campal precisó que el sector empresario estaba acostumbrado a que el Estado estuviera súper presente: “Tomaba las decisiones sobre cómo actuar, con mejores o peores modos, y arbitraba los conflictos en el sector privado”. Sin embargo, de cara a este año, abre un interrogante. “Hasta ahora, las cámaras funcionaban muy bien, porque la cohesión la daba el enemigo que estaba del otro lado; el sector privado tendía a aglutinarse para protegerse. Pero ¿qué pasará si el Gobierno afianza su posición, autolimita su injerencia y traslada los conflictos al seno de cada sector? Hay que ver si las cámaras y el sector privado están realmente maduros para administrar y resolver sus propios conflictos”, analizó.
Una agenda equilibrada
Un estudio de Fortune 500, publicado una década atrás, ya indicaba que los líderes más exitosos dedicaban el 57% de su tiempo al desarrollo de contactos y redes, mientras que los líderes promedio solamente el 13%. Y de acuerdo con los especialistas, dado el contexto de hiperconectividad y cambios acelerados, esto podría haberse potenciado. “El principal activo que los líderes tienen que generar en sus vínculos es la confianza -diferente a la reputación, que no supone un compromiso por parte del otro-. A medida que le dedica tiempo a las relaciones, además, va escalando en nivel de influencia: desde la empresa, pasando por el sector, hasta el ámbito público”, indicó Campal.
Sin embargo, de acuerdo con los profesionales, la mayor dificultad pasa por encontrar un punto de equilibrio en las agendas. Para Martín Yechua, director ejecutivo de la Asociación de Directorios Asociados (Adiras), por ejemplo, el tiempo asignado a la configuración institucional no siempre es el adecuado, sobre todo en las PyMEs. “Desde la asociación, “trato de tener una agenda balanceada, buscando que lo urgente no consuma más de un 20% de mi tiempo semanal y dedicarle espacio a lo importante, como la generación de redes institucionales y comerciales; es clave dejar tiempo libre para eventos y actividades que no estaban planeadas”, explicó.
Al poner la lupa sobre las pequeñas y medianas empresas, el ejecutivo puntualizó que los dueños o gerentes suelen tener múltiples tareas y funciones, por lo que su liderazgo debe ser situacional: su estilo dependerá del contexto y deberá adaptarse a diversos contextos y equipos. “Para tal fin, debe ser capaz de formar un equipo de gerentes o segunda línea que pueda contener a los colaboradores y así poder destinar tiempo a generar contactos y redes”, remarcó.
Si bien no hay una entidad que agrupe a entidades familiares en la Argentina, muchas de ellas suelen participar en entidades sectoriales. “Nosotros brindamos charlas de sensibilización en distintas cámaras, pero recientemente firmamos también un convenio con la Cámara Argentina de la Mediana Empresa, a fin de desarrollar seminarios en todo el país, porque las realidades de las empresas familiares son transversales a todos los ámbitos”, señaló Pablo Loyola, vicepresidente del Instituto Argentino de la Empresa Familiar, el cual nuclea a consultores de distintas provincias.
Asimismo, añadió: “La particularidad mas jugosa es que, en este networking, las familias que están detrás de cada empresa ven que no son ni los Adams ni los Ingalls, sino que hay muchas otras que viven las mismas situaciones, como la incorporación de nuevas generaciones. La generación de un diálogo en una cámara, que no sea puramente del ámbito en el que se mueven, sino que hablen transversalmente, le da otra potencia”.
Sobre la organización de las agendas, también hizo foco Valentina Gorrieri, vicegerente de la Cámara de Comercio de Italia. “Usualmente, los compromisos personales limitan mi participación en eventos físicos o virtuales que fortalecerían mis conexiones. Muchas veces, las oficinas son burbujas, de las cuales hay que salir para buscar apoyo, retroalimentación, conocimiento, recursos e información. Creo que no le dedico el tiempo necesario, quizás un 25%, pero este es uno de los retos del 2024: fortalecer y ampliar los vínculos, para mejorar el posicionamiento”, Frente a este escenario, que se replica en casi todos los casos, Yorghanjian resaltó las oportunidades que surgen de las tecnologías: “La Inteligencia Artificial es una herramienta que puede facilitar el trabajo, mejorar el rendimiento y optimizar tiempos. Su aplicación en el desarrollo de redes mejoraría notablemente la agenda de los líderes”.
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