El apósito tecnológico que quiere curar más rápido tus lastimaduras
El reino de las curitas color piel pronto puede verse sacudido. Investigadores han revelado un nuevo competidor que podría revolucionar la industria de la cicatrización: un vendaje con energía propia que genera un campo eléctrico sobre una "pupa".
Según un nuevo informe de ScienceDaily, ingenieros de la Universidad de Wisconsin-Madison crearon un nuevo tipo de vendaje protector que envía un estímulo eléctrico suave, reduciendo por ello "dramáticamente" el tiempo que tarda en cicatrizar la herida de una rata. La tecnología sería especialmente útil para gente que padece heridas crónicas, tales como úlceras diabéticas en los pies, úlceras venosas y heridas quirúrgicas que no cicatrizan. A menudo, estos tipos de heridas no responden bien a los procedimientos de vendaje comunes.
"Nuestro dispositivo es tan conveniente como una venda que se pone en la piel", dijo Xudong Wang, profesor de ciencias de materiales e ingeniería de la UW-Madison, al equipo de comunicaciones de la universidad.
Las pruebas muestran que tales vendajes eléctricos cicatrizan heridas en tres días comparado con 12 días con un vendaje de control normal.
"Nos sorprendió ver una tasa de recuperación tan rápida", dijo Wang. "Sospechábamos que el dispositivo produciría algún efecto, pero la magnitud fue mucho mayor de lo que esperábamos".
Hacia adelante, los investigadores piensan estudiar más en profundidad cómo afectan los pulsos a la cicatrización con un estudio en piel de cerdo, que se asemeja mucho al tejido humano. También quieren incrementar aún más las capacidades de los nanogeneradores, lo que puede incluir nuevas maneras de aprovechar energía, como usar movimientos pequeños e imperceptibles de la piel o el pulso del corazón.
El equipo cree que su nuevo invento podría solucionar un conjunto de cuestiones médicas. Y lo que es mejor, su costo es relativamente bajo, muy poco mayor que el de un vendaje común. "El dispositivo mismo es muy simple y conveniente de fabricar", dijo Wang.
Traducción de Gabriel Zadunaisky