La carrera por la Inteligencia Artificial: se recalienta la batalla por los talentos tecnológicos
Las grandes empresas de Silicon Valley luchan por llenar vacíos a medida que se acelera la fuga de los mejores recursos hacia las nuevas startups
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El departamento de recursos humanos de OpenAI está golpeado. Desde principios de año, la empresa creadora de Chatgpt, el exitoso chatbot de inteligencia artificial (IA), ha perdido alrededor de una docena de investigadores destacados. El nombre más resonante fue el de Ilya Sutskever, cofundador de la startup y responsable de muchos de sus grandes avances, quien anunció su renuncia el 14 de mayo. No dio una razón, aunque muchos sospechan que está relacionada con su intento de derrocar a Sam Altman, el líder de la empresa, en diciembre pasado. Cualquiera que sea la motivación, el éxodo no es inusual en OpenAI. Según una estimación, de los aproximadamente 100 expertos en IA que la empresa ha contratado desde 2016, aproximadamente la mitad ya dejó la empresa.
La sangría no se explica por el tipo de liderazgo de Altman sino por una tendencia más amplia en la industria tecnológica, que la propia OpenAI precipitó. Desde el lanzamiento del ChatGPT en noviembre de 2022, el mercado laboral de IA se ha transformado. Zeki Research, una firma de inteligencia de mercado, calcula que alrededor de 20.000 empresas en Occidente están contratando expertos en IA. Los rápidos avances en el aprendizaje automático y el potencial de un “cambio de plataforma” (en términos tecnológicos se refiere a la creación de una capa de tecnología completamente nueva) han cambiado los tipos de habilidades que los empleadores exigen y los lugares adonde van quienes las poseen. El resultado es un mercado en el que el talento en IA, antes acaparado por los gigantes tecnológicos, está cada vez más distribuido.
Es posible que gigantes como Microsoft y Google estén despidiendo a personas que no son ingenieros, pero están buscando investigadores estrella que puedan comprender y construir modelos de vanguardia. Este grupo está formado quizás por varios cientos de personas, como Sutskever o Jeff Dean, que dirige los esfuerzos de inteligencia artificial de Google. Las empresas codician a estas superestrellas porque pueden producir avances que, por ejemplo, aumentan drásticamente la eficiencia de un sistema de inteligencia artificial o lo hacen menos propenso a cometer errores. Estas habilidades los hacen increíblemente valiosos; muchos obtienen paquetes salariales de siete cifras.
Algunos talentos son contratados sin entrevistas o como partes de un equipo completo. En marzo pasado, Microsoft reclutó a la mayor parte del personal de Inflection AI, una startup que construye modelos de vanguardia, incluido su cofundador, Mustafa Suleyman, en una movida que incluso llamó laa atención del ente antimonopolios de la Comisión Federal de Comercio. Por su parte, Mark Zuckerberg, el líder de Meta (la empresa matriz de Facebook), envió personalmente un correo electrónico a algunos investigadores de DeepMind, el laboratorio de inteligencia artificial de Google, en un esfuerzo por reclutarlos.
Más intrigante es cómo la IA generativa ha cambiado el mercado de talentos en los niveles más bajos de la escala. Según datos de Indeed, un sitio web de ofertas de empleo, una de cada 40 vacantes para desarrolladores de software en Estados Unidos menciona habilidades relacionadas con la IA “generativa”, del tipo que hace que ChatGPT sea tan humano. Esto supone un aumento de más de 100 veces desde principios de 2023.
Amit Bhatia, cofundador de Datapeople.io, una empresa de investigación, dice que antes de la irrupción del ChatGPT, una empresa tecnológica de tamaño mediano podía emplear un puñado de ingenieros de inteligencia artificial que construían pequeños modelos para hacer tareas como analizar los sentimientos de los correos electrónicos de los clientes. Hoy en día, los modelos generativos pueden hacer un trabajo mucho mejor que los pequeños esfuerzos internos. El resultado es que ahora a algunos ingenieros de IA se les pide que determinen qué sistema de IA utilizar y cómo conectarlo a los datos de una empresa. Bhatia dice que la proporción de ofertas de trabajo en ingeniería de software que citan este tipo de “mlops” (abreviatura en inglés de “operaciones de aprendizaje automático”) se ha duplicado desde principios de 2022.
También se demandan diferentes tipos de habilidades. Kelsey Szot, cofundadora de Adept, otra startup de IA, apunta a las personas que aprenden rápidamente a usar este tipo de herramientas y pueden unirlas para construir algo nuevo e impresionante. A diferencia de los estirados doctores, a ellos se les ocurren ideas que a menudo no son académicamente elegantes. Pero, según pondera Szot, resolverán un problema en un plazo muy ajustado. En el mundo ultracompetitivo de las startups de IA, se trata de un activo con un valor incalculable.
Como resultado de toda esta demanda, los flujos de talento están cambiando. Durante años, los ingenieros acudieron en masa al quinteto de las grandes tecnologías: Alphabet (la empresa matriz de Google), Amazon, Apple, Meta y Microsoft. Live Data Technologies, una empresa de investigación, rastrea los cambios de empleo entre empresas. De los trabajadores de IA en su base de datos, las incorporaciones netas acumuladas de los cinco grandes (contrataciones menos salidas) promediaron 168 por mes entre enero de 2019 y noviembre de 2022, cuando se lanzó ChatGPT. Muchos de los que abandonaron uno de los cinco grandes simplemente se unieron a otro.
Sin embargo, durante los nueve meses siguientes, el flujo neto de trabajadores de IA hacia los gigantes se revirtió hasta convertirse en una salida mensual promedio. Ahora, una vez más, están aumentando sus nóminas de IA, cazando furtivamente expertos de empresas tecnológicas menos grandes con pedigríes de IA menos impresionantes, como IBM y Oracle. Pero las entradas netas aún no han vuelto a su promedio de largo plazo.
Las razones del cambio
¿Adónde va el talento de la IA? Un destino cada vez más popular es Nvidia, un fabricante de chips cuyas “unidades de procesamiento de gráficos” están impulsando el auge de la IA y cuyas ambiciones se extienden más allá del hardware al software y las aplicaciones. Este mes su valor de mercado superó los US$3 billones, a poca distancia de Microsoft, la empresa más valiosa del mundo. Otros se unieron a startups más maduras, como Databricks, una empresa de bases de datos e inteligencia artificial, y OpenAI.
Pero uno de cada siete de los ejecutivos que abandonaron las grandes empresas tecnológicas se fue a nuevas empresas en modo “sigilo”, que no han desvelado productos ni anunciado planes. Los ocho autores de La atención es todo lo que necesitas, un artículo publicado en 2017 que proporcionó los fundamentos algorítmicos de la IA generativa, abandonaron Google, donde trabajaban en ese momento. Siete han fundado sus propias empresas (el octavo se unió a OpenAI).
Una motivación para optar por una startup más pequeña puede ser financiera. Para un mago de la IA, las recompensas potenciales de poseer una participación en una empresa exitosa podrían fácilmente superar el salario y las opciones sobre acciones que ofrece un gigante tecnológico.
Los investigadores también quieren cada vez más trabajar en problemas significativos. Desde 2015, el número de ellos que se unen al sector de la salud cada año se ha multiplicado por 20, según Zeki (lo que puede explicar por qué Google está trabajando en Med-Palm 2, un médico con inteligencia artificial).
Otro motivo para el cambio es la autonomía. “Hay demasiado riesgo de marca en las grandes empresas como para lanzar algo divertido”, dijo Noam Shazeer, uno de los autores del estudio, en una conferencia de capital de riesgo en septiembre pasado. Luego cofundó Character.ai, que permite a los usuarios crear chatbots con diferentes personalidades.
La buena noticia tanto para las grandes empresas tecnológicas como para las pequeñas empresas es que la oferta de mano de obra en IA está creciendo. Una fuente es la academia. Según un informe de la Universidad de Stanford, en 2011 alrededor del 41% de los doctores en IA aceptaron trabajos en la industria, aproximadamente la misma proporción que aquellos que aceptaron trabajos en el mundo académico. En 2022, esa cifra era del 71% para la industria, en comparación con el 20% para el mundo académico. Las universidades también están enseñando más IA. El número de programas de grado relacionados con la IA en inglés se ha triplicado desde 2017. “Todos los departamentos de informática se están convirtiendo en departamentos de aprendizaje automático”, dice Naveen Rao de Databricks.
Para las empresas estadounidenses, que dominan la industria mundial de la IA, contratar a otros países es otra forma de aliviar la escasez de talento. En octubre, el presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva para intentar flexibilizar las normas de inmigración para permitir que más expertos en IA estudien y trabajen en Estados Unidos. Google y Microsoft han escrito al Departamento de Trabajo para mostrar su apoyo al plan.
Otros gobiernos quieren lo mismo. La UE está planificando programas de formación y subvenciones. El gobierno chino planea atraer talento a sus costas, entre otras cosas, estableciendo academias de IA en Beijing y Shanghai. En todos los niveles, la competencia por los trabajadores de IA se está intensificando.
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