Inversiones no tradicionales. La inflación es el principal motor de las criptomonedas en la Argentina
La búsqueda de opciones para protegerse de los efectos de la devaluación explica el alto nivel de aceptación que tienen estas propuestas a nivel local
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Los mercados internacionales están subidos a una montaña rusa frenética. No hay país ni activo que se salve de la volatilidad, y las criptomonedas fueron las principales víctimas de este escenario. En la última semana, el Bitcoin, la nave insignia de las monedas digitales, se derrumbó hasta perforar los US$29.000 y de esta manera tocó su piso desde enero de 2021, mientras que el ecosistema TerraUSD (USD) perdió la paridad con el dólar y el token colateral, Luna, vió como desaparecía prácticamente todo su valor. El impacto se hizo sentir con fuerza en la Argentina, ya que los inversores minoristas, y en especial los más jóvenes, no temen probar a poner un pie en ese negocio. De acuerdo a una encuesta que realizó en abril la Consultora Opinaia, 7 de cada 10 argentinos declaró que compraría este tipo de monedas para ahorro e inversión.
Concretamente, el 74% de los encuestados respondió que sí compraría monedas digitales, aunque solo el 25% dijo estar bien informado y tener conocimiento sobre el tema. Un 50%, está dispuesto a entrar a esta alternativa aún sin entender demasiado de qué se trata, lo que representa una oportunidad pero también una señal de alerta.
“La irrupción de las criptomonedas en la Argentina parece dialogar muy bien con un clima de época caracterizado por el interés general en las finanzas, una economía inflacionaria que genera incertidumbre, la necesidad de hacer rendir más los ingresos, y cierto dejo de desconfianza en el Estado y el sistema financiero”, evalúa Guido Moscoso, gerente de Opinión Pública en Opinaia. “En este sentido -avanza- el mundo cripto tiene un camino para recorrer: disputarle el liderazgo a las formas tradicionales de inversión, fortaleciendo su conocimiento, dinámica y confianza”.
“La Argentina es uno de los países con mayor adopción de criptomonedas en proporción a su cantidad de habitantes. Esto se debe al espíritu emprendedor e innovador de los argentinos y también a la necesidad de encontrar siempre nuevas y mejores formas de proteger su dinero”, define por su parte, Franco Bianchi, CMO de Lemon Cash.
Oferta amplia
El interés creciente que se genera multiplica la oferta en el ecosistema cripto local. A los grandes exchange (algo así como los brokers de las inversiones tradicionales) a través de los cuales los inversores pueden comprar/vender criptos y también hacer inversiones con esas monedas, se suman nuevas funcionalidades que “mixean” lo digital con las monedas tradicionales (pesos, dólares, etc) a través de billeteras digitales. Así la oferta de tarjetas de compra está a la orden del día y motoriza o motiva a más usuarios a probar de qué se trata el universo cripto.
Tarjetas propias
En este segmento ya operan con tarjetas de compra Visa o Mastercar, Lemon Cash, Decrypto, Buenbit y Belo. Decrypto, por ejemplo, lanzó en estos días “la primera tarjeta cripto que permite pagar todos los consumos en hasta 12 cuotas en pesos sin interés, tanto en Argentina como en el exterior. Además, con cada compra se reintegra hasta 3% en criptomonedas”, destaca Iván Tello, cofundador de Decrypto. “La economía del futuro es una realidad y queremos que todos puedan ser parte”, asegura el ejecutivo.
Lemon, la fintech argentina, tiene también su propia tarjeta prepaga, Lemon Card que permite pagar con las criptos depositadas en cualquier comercio. Por cada operación le ofrecen un cashback (recompensa) al cliente de 2% en Bitcoin.
“Específicamente en nuestro país, comprar criptomonedas tiene una doble función de ahorro: En primer lugar, si confiamos en el crecimiento del ecosistema cripto en el mediano plazo, se invierte en un proyecto de la envergadura de Bitcoin o Ethereum que podría llegar a darnos ganancias por sus variaciones de precio. A su vez, como las criptomonedas cotizan en dólares, la posición en pesos de los usuarios puede aumentar si sube el precio del dólar”, desgrana Bianchi.
Más educación
El estudio “Imaginario sobre Criptomonedas en la Argentina” reveló que las temáticas financieras despiertan interés y curiosidad, sobre todo en un contexto económico adverso. El informe detalla el vínculo de los argentinos con las finanzas podría describirse a partir de tres segmentos: un tercio informado e interesado (inversores), un tercio interesado pero con poca información (curiosos) y otro tercio más refractario, con poco interés y sin información.
Por su parte, en materia de uso, conocimiento y confianza, las criptomonedas se posicionan por sobre formas de inversión más tradicionales, como las acciones, los fondos de inversión y los bonos, aunque el cimbronazo de la última semana no será fácil de recuperarse. “Si bien todavía se desconoce mucho sobre su funcionamiento y dinámica, la opinión general es favorable, con una valoración positiva cercana al 80% entre quienes conocen del tema”, explica Moscoso y remarca que los atributos que la gente más destacó en la encuesta fueron: capacidad de ahorro, rentabilidad y seguridad. “Actualmente, los segmentos más propensos a la compra de cripto activos son los jóvenes, fundamentalmente centennials”, remarca el ejecutivo.
En el universo encuestado por Opinaia, existen tres consensos en relación a las criptomonedas: son una mejor alternativa de ahorro que los pesos, son rentables y son seguras, aunque está claro que las opiniones eran previas al derrumbe que vivió el ecosistema Tera.
Por su parte, las opiniones se encuentran más divididas al momento de evaluar si ahorrar en criptomonedas es más conveniente que hacerlo en dólares, y si el Estado debería regular el mundo cripto. Para quienes dicen tener mucho conocimiento del ecosistema cripto y su funcionamiento, “son más rentables que el dólar (66% opina de este modo), y el Estado no debería regular su funcionamiento”.
Entre quienes tienen poco conocimiento de este mundo, “el 49% de todos modos cree que ahorrar en criptomonedas es mejor que hacerlo en pesos, pero solo el 30% considera que esta alternativa es mejor que hacerlo en dólares”.
Claramente es un universo que está en expansión. Los riesgos deben ser calibrados por cada inversor, como en toda alternativa, de acuerdo a sus objetivos y su aversión o no al riesgo y a la volatilidad.
En cualquier caso, todo activo que aporte a la diversificación de una cartera de inversión es interesante de poner en la mira, evaluar y probar sus eventuales beneficios.
La clave siempre es no asumir más riesgo del que se puede tolerar ni en una porción de capital mayor a la que el patrimonio de cada uno pueda soportar una corrección sin entrar en bancarrota.
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