Guibert Englebienne: “No somos una empresa adulta, sino una startup de gran escala”
El cofundador de Globant, unicornio argentino que hizo pie en Silicon Valley, señala la autonomía de los equipos como una de las claves para la escalabilidad
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PORTO ALEGRE.- “Nos convertimos en el secreto mejor guardado de cómo Silicon Valley desarrolló su tecnología”, aseguró Guibert Englebienne, cofundador de Globant, en la tercera edición de South Summit Brasil. En el encuentro, coorganizado por IE University y el Gobierno de Río Grande do Sul, el ejecutivo precisó: “En 2006, nos transformamos en la primera empresa del mundo en asociarse con Google para desarrollar software y, de repente, nos dimos cuenta que estábamos trabajando con casi todos los líderes de Silicon Valley”.
Sin embargo y a pesar de ya haber puesto un pie en la cuna de la innovación, para el emprendedor, el camino no terminaba allí. “Recuerdo que estaba comiendo una hamburguesa con un amigo y él me preguntó ‘¿descubriste cuál es tu negocio?’, a lo que le respondí que desarrollábamos software que conecta emocionalmente a las empresas con los consumidores. Él me dijo ‘hay que pensar diferente’ y me explicó que, por ejemplo, si Kodak hubiera pensado que se dedicaba al negocio de los recuerdos, no habría tenido la oportunidad de reinventarse. Dos meses después, lo llamé y le dije ‘estamos en el negocio del fitness: ayudamos a nuestros clientes a mantenerse en forma para competir en un futuro exponencial que, debido a la naturaleza de la tecnología, resultará muy desafiante’”, resaltó Englebienne frente a la audiencia.
A partir de ese mindset, Globant escaló y fue reconocida en 2023 como una de las 100 Empresas de más rápido crecimiento por Fortune. Para 2023, además, la compañía reportó un ingreso anual de US$2.096 millones, lo que se tradujo en una suba de 17% respecto del año anterior. La empresa fue concebida en un bar del barrio porteño de Belgrano en el 2003, por Martín Migoya, Nestor Nocetti, Martín Umarán y Guibert Englebienne. En 2014, la firma abrió su capital en la bolsa de Nueva York. Y hoy, dos décadas después de su creación, reúne a alrededor de 30.000 profesionales distribuidos en oficinas en 30 países de cinco continentes.
“No solo fuimos a los mercados correctos, sino que la oportunidad era inmensa”, aseguró Englebienne. Y añadió: “Para dar el salto, es necesario prepararse para el largo plazo y plantear los objetivos, dado que nadie construye algo importante rápidamente. Además, si alguien está creando una buena empresa, es probable que otro ponga dinero sobre la mesa para comprarla. Es necesario resistir a la tentación”. En diálogo con LA NACION, el cofundador de Globant desglosó el ABC para dar el salto desde la Argentina a los mercados internacionales.
-¿Cuáles fueron las claves del éxito de Globant?
-Muchos emprendimientos tienen ciertos factores comunes que hacen a su éxito, como la búsqueda de una gran oportunidad, el ensamble de un buen producto, o la conformación de un buen equipo. Sin embargo, a la hora de reflexionar sobre nuestra historia, encuentro que Globant realizó varias cosas inesperadas y contraintuitivas, que llevaron a que la empresa sea lo que es hoy. En primer lugar, nos pusimos un gran desafío: crear un líder global en tecnología desde América Latina, lo cual era impensable una década atrás. Y a esta se sumaron otras decisiones importantes, como la salida de nuestra zona de confort. El escenario más lógico o esperable hubiera sido que una compañía nacida en la Argentina comercializara sus servicios en el mismo país, en Brasil o en Paraguay, por ejemplo. Por el contrario, nosotros fuimos a los mercados más competitivos del mundo: nos expandimos a los mercados de Estados Unidos y de Reino Unido, en donde había una mayor demanda de las soluciones que nosotros teníamos para ofrecer. Al hacerlo, identificamos otra situación que no esperábamos: esas plazas no solamente eran grandes, sino también ultracompetitivas. Entendimos que si la empresa no era la mejor, no podría conseguir un negocio; y esto nos obligó a establecer un gen de ultra competitividad en nuestro ADN. Asimismo, esto permitió que nuestros clientes empezaran a referirnos y el boca a boca se convirtió en nuestra mejor herramienta de crecimiento. Así, en 2006 y a tres años de su fundación, Globant se convirtió en partner de Google.
-¿Qué lugar considera que tiene la suerte en los negocios?
-El factor suerte y la posibilidad de participar en momentos que denominamos “big bang” -que implican una implementación de procesos abrupta en el marco de un gran proyecto- son importantes. Sin embargo, hay otro punto: ¿qué hacemos con ello? En Globant, solemos reflexionar cada día sobre lo que hicimos, a fin de soñar lo que haremos al día siguiente; y todo lo hacemos rápidamente. Al momento de analizar nuestra reunión semanal del equipo global de Management, veo un grupo humano que está permanentemente aprendiendo, midiendo y reflexionando qué cosas nuevas podríamos hacer. En ese marco y tras el acuerdo con Google, planteamos que nuestro objetivo sería reinventar y mantener las organizaciones en forma para que pudieran competir en un mundo exponencial. El objetivo ya iba mucho más allá del desarrollo de software, y abarcaba desde la estrategia hasta la tecnología; en un mundo en donde el contacto con el consumidor es cada vez más digital.
-¿Qué estrategia adoptaron frente a este nuevo posicionamiento?
-Este posicionamiento nos llevó a ingresar en una amplia batería de áreas: desde la tecnología que creamos -que hoy tiene un diseño espectacular y con la que los consumidores interactúan-, pasando por los sistemas que soportan esa operación, hasta la campaña creativa mediante la que llegamos al público. En esa línea y a fin de fortalecer y expandir nuestras capacidades, en noviembre pasado, Gobant adquirió la participación mayoritaria en la agencia creativa GUT, distinguida como la agencia del año en el festival de Cannes. Creemos que todos los procesos tienen que estar integrados: vivimos en una época de organizaciones íntegras, que tienen que actuar súper alineadas y con un mindset de acuerdo a los tiempos que corren, un mindset por el que la tecnología cruza la vida de los consumidores y los cambia.
-¿Qué papel tiene la Inteligencia Artificial hoy? ¿Cuán necesaria es para la supervivencia de los negocios?
-La inteligencia artificial es un elemento fundamental de lo que hacemos, y las organizaciones tienen la oportunidad de apoyarse en ella para expandir su potencial. Hoy, pensar el desarrollo de software como lo hacíamos en 2022 o incluso en 2023 ya resulta antiguo. La IA cambia dramáticamente el poder de la tecnología y nuestras posibilidades como usuarios. La IA nos permite expandir las limitaciones que tenemos como seres humanos. Nueve años atrás, desde Globant, le dijimos a todos nuestros glovers que tenían que entrenarse en IA, los dejamos emprender y empezaron a salir ideas. Hoy, en la empresa, todos los procesos están impactados por IA, como las tareas de reclutamiento, la creación de equipos, el incremento de nuestra cultura y el desarrollo de soluciones. Mientras que nuestro cerebro no puede memorizar más de 150 a 200 personas, esto nos ayuda a descubrir compañeros de trabajo que deberíamos conocer o darles feedback más rápidamente; lo que, a su vez, nos permite ahorrar tiempo y dedicarlo a otras tareas.
-¿Qué motivó la alianza con Nvidia, reconocida por sus chips que procesan datos para modelos de IA y catalogada como una de las empresas más valiosas?
-Nvidia vio en nosotros un jugador diferente, pura sangre en lo que hace a la Inteligencia Artificial. Desde Globant, entendemos que el futuro verá a las organizaciones adoptando no solo uno, sino una multiplicidad de modelos, que hoy están muy en boga -como ChatGPT y Gemini-; a la vez que generando los propios, basados en su conocimiento. Desde Globant, desarrollamos tecnología que permite a cualquier organización conversar con sus documentos y con todos sus sistemas, a la vez que generar AI Applications, con un nivel de amigabilidad y de funcionalidad muy diferente al que estábamos acostumbrados.
-¿Cuáles son los desafíos que una empresa normalmente enfrenta a la hora de expandirse regionalmente?
-Uno de los principales desafíos está ligado a la posibilidad de escalar. Desde mi rol de ingeniero en sistemas, puedo afirmar que hay sistemas que escalan y otros que no; y desde ese lugar, veíamos a Globant como un proyecto que tenía que ser escalable. En esa línea, escalamos nuestra cultura mediante la tecnología y esto nos permitió que aún cuando vayamos a oficinas en las que nunca estuvimos, tengamos la sensación de conocerlas; cada sede de Globant luce como cualquier otra en cualquier lugar del mundo. Utilizamos tecnología para que todos los colaboradores entiendan las reglas del juego; y una vez logrado, les damos autonomía: esta es la clave para la escalabilidad. En Globant, ejecutamos miles de proyectos en todo momento y de forma autónoma. Esto nos libera para seguir creciendo y pensando en expandirnos a otros lugares. Como resultado, consideramos que no somos una empresa adulta, sino una startup de gran escala.
-¿Es necesario pensar desde el minuto cero en la expansión regional?
-La decisión de no vender nuestros servicios en la región nos ayudó para tener una organización en donde el inglés fuera la lengua franca, para aprender a competir en función de las reglas de los mercados más competitivos y para acostumbrarnos desde el inicio a trabajar a distancia. Todas estas variables ayudaron mucho e nuestro posicionamiento.
-¿Cómo ve el ecosistema de startups argentino?
-El ecosistema emprendedor argentino siempre estuvo un paso por delante de muchos otros de la región. Las condiciones que la Argentina nos presentó, que eran desafiantes, nos empujaron a creer que podíamos hacer cosas importantes. El trabajo que ejecutamos desde Endeavor fue muy importante, en la medida en que identificamos y dimos a conocer casos de éxito que llevaron a la construcción de una cultura emprendedora. Para un emprendedor, ya no es necesario buscar un modelo lejano, como me pasaba a mí cuando era joven, que leía libros sobre la historia de Steve Jobs y de Bill Gates. Por el contrario, ahora tiene muchos ejemplos locales. Confío en que en la Argentina tendremos las condiciones para que el emprendimiento exitoso ya no sea una anomalía, sino algo mucho más frecuente y probable.
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