Glencore sale del borde del abismo y los inversionistas esperan que sea cautelosa
LONDRES.- Tras un año de recortes de deuda, ventas de activos y recuperación de precios de algunas materias primas, Glencore PLC ha regresado desde el borde del abismo. Ahora, los accionistas del gigante de la minería y del corretaje de commodities tienen una nueva preocupación: que el presidente ejecutivo Ivan Glasenberg vuelva a su estilo dispendioso.
Glasenberg fue durante gran parte de la última década el rey de los acuerdos de la industria de commodities, acaparando minas de carbón, cobre y oro de África Oriental a América del Sur y Australia. Cuando la pila de deuda y la caída de los precios de las materias primas golpearon las acciones de Glencore (sólo en un día, el 28 de septiembre de 2015, el título cayó 29%), los inversionistas presionaron a un vapuleado Glasenberg para que redujera el endeudamiento y se desprendiera de minas no rentables. El ejecutivo suspendió el pago de dividendos, despidió trabajadores para bajar costos y recortó la deuda de la empresa a niveles más sostenibles, dicen los inversionistas.
Desde aquella caída libre, las acciones de Glencore han avanzado aproximadamente 180%. Hoy, la empresa con sede en la ciudad suiza de Baar aparece como un serio contendiente en la licitación de varias grandes propiedades, incluyendo activos de carbón que Rio Tinto PLC y Anglo American PLC quieren vender en Australia, dicen fuentes al tanto.
Los inversionistas dicen que Glasenberg tiene trabajo por hacer antes de comenzar a comprar responsablemente, y esperan oír más sobre el ahorro de costos que sobre los gastos cuando la empresa reporte resultados el 24 de agosto.
“En primer lugar, tenemos que terminar el proceso de desapalancamiento [y luego] restaurar el pago de dividendos”, dice David Herro, un gestor de fondos de Harris Associates LP, que controla alrededor de 6% de las acciones de Glencore, por un valor de unos US$2.000 millones.
Herro, quien se hizo con miles de millones de dólares en acciones de Glencore el año pasado cuando los títulos cayeron, afirma que Glencore debe considerar si no tiene más sentido recomprar acciones que comprar nuevos activos. Un portavoz de Glencore no quiso comentar.
Glasenberg convirtió a Glencore de una firma de corretaje a una de las mayores mineras del mundo, con acuerdos como la adquisición del productor de carbón Xstrata en 2013 por US$29.500 millones. Pero en los últimos dos años, la caída de los precios de las materias primas hizo fracasar sus grandes apuestas. A pesar del repunte de este año, el carbón se mantiene bajo presión debido en parte a los intentos de todo el mundo de frenar el calentamiento global mediante la reducción de las emisiones de carbono de las centrales eléctricas que consumen este mineral.
Glencore perdió US$5.000 millones en 2015. Sus acciones siguen más de 60% por debajo de su precio de salida a bolsa de 2011.
La situación de Glencore ha mejorado desde el año pasado, cuando Glasenberg tenía que defenderse de inversionistas temerosos de que la firma fuera un barril de pólvora a punto de explotar.
A finales de 2015, la deuda neta de Glencore (que no incluye los miles de millones de dólares de los préstamos con los que alimenta su operación de corretaje) había bajado a US$25.900 millones, frente a US$29.600 millones a mitad de año. Glencore dice que planea reducir la carga a entre US$17.000 millones y US$18.000 millones hacia finales de 2016. “La gerencia está haciendo exactamente lo que debería estar haciendo”, dice Herro.
La semana pasada, Glencore reportó una menor producción de cobre, carbón y zinc en el segundo trimestre en comparación con el mismo período del año anterior, debido en gran parte a los cierres voluntarios de minas.
Con una emisión de acciones, Glasenberg recaudó US$2.500 millones y consiguió otros US$1.400 millones en un par de negocios streaming, que dan dinero en efectivo por adelantado a cambio de oro o plata en el futuro. La suspensión del pago de dividendos le ha permitido ahorrar unos US$2.400 millones en efectivo. Para el segundo semestre, Glencore dice que espera acreditar otros US$3.130 millones por la venta de casi la mitad de sus operaciones agrícolas y otros US$100 millones por la venta de un yacimiento de oro en Kazajistán.
Glencore también explora la venta de otra mina de oro en ese país que podría alcanzar US$2.000 millones, así como activos ferroviarios australianos que podrían dar otros US$750 millones o más, según los analistas.
Charl Malan, gerente de cartera de Van Eck Global, que posee unos US$200 millones en acciones de Glencore, dice que antes de embarcarse en nuevas inversiones, la compañía debería reducir aún más su deuda y pagar dividendos. Glencore, señala, debe restaurar el dividendo en algún momento del próximo año, dependiendo de los precios de las materias primas. “La gerencia no va a estar motivada por un ‘quiero más carbón, quiero más cobre,’”, dijo. “La cúpula gerencial se verá motivada por lo que es mejor para los accionistas”.
Uno de los riesgos es que los precios de los commodities caigan. Algunos analistas dicen que una ronda de estímulo de China este año ha impulsado los precios, pero que estos podrían caer una vez que se agote ese estímulo.
Otros inversionistas albergan preocupaciones sobre el valor a largo plazo del carbón, en el que Glencore dice que podría invertir más. Bruce Duguid, socio de Hermes Investment Management, dice que a sus clientes con inversiones en Glencore les preocupa que la firma no haya calculado adecuadamente los riesgos de las políticas destinadas a frenar el calentamiento glo-bal. Glencore señaló que espera que la demanda de carbón térmico, que se utiliza en la generación eléctrica, crezca durante años, especialmente en el sudeste asiático.
“Nos preocupa la idea de que se pueda predecir el mundo con gran confianza, considerando que la caída de las materias primas que acaba de ocurrir se basó en la falta de comprensión de la demanda”, señala Duguid.
The Wall Street Journal