Gastón Taratuta: la historia detrás del primer argentino en ganar el mundial de emprendedores
En un nuevo episodio de “Hacedores que inspiran”, presentado por LA NACION + EY, el fundador de Aleph habla sobre la creación de su proyecto en los comienzos de internet y los desafíos de la industria
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El argentino Gastón Taratuta es considerado uno de los revolucionarios de la publicidad digital a nivel global. Comenzó formando parte de UOL, en Brasil, y desde allí decidió dar el salto al mundo emprendedor. Así, en 2005 creó Internet Media Services (IMS), tras notar las pocas oportunidades que las empresas y anunciantes locales y regionales tenían para conectarse con las grandes plataformas digitales. Hoy, IMS forma parte de Grupo Aleph, que tiene su sede en Miami, cuenta con presencia en más de 90 países, está valuada en más de US$2000 millones y representa exclusivamente a más de 30 plataformas, entre las que se encuentran Twitter, Snapchat, LinkedIn, Twitch, TikTok y Warner Music. Así, Taratuta fue elegido “Emprendedor del año” en el EY World Entrepreneur of the Year 2022 . En 2016, había recibido el reconocimiento a “Emprendedor Endeavor” junto a su socio Ignacio Vidaguren.
En una nueva entrega de “Hacedores que inspiran”, la serie de EY y la nacion, Taratuta habla sobre sus inicios como emprendedor en los 2000, por qué sigue apostando por la Argentina con su empresa y repasa varios momentos bisagra que marcaron su carrera.
-Arranquemos la historia desde cuando notaste que la empresa en la que trabajabas tenía ciertas complicaciones. ¿Qué pasó?
-Estaba trabajando para UOL, que era una empresa muy grande, y en ese momento mi jefe me llama y me dice que no tenían interés en seguir teniendo una oficina en Miami. Yo estaba en Brasil, había hecho un contrato con ellos por dos años en San Pablo y había acordado que iba a regresar a Estados Unidos haciendo mi trabajo que era vender publicidad online a cualquier anunciante que tuviese interés en el mercado de América Latina desde Estados Unidos. Como no me querían perder, me ofrece ser emprendedor. Era 2005, le pregunto qué es ser emprendedor y me dice: “Vos tenés tu propio negocio y de cada dólar que vos generás para nosotros tenés un porcentaje”. Le digo que me deje pensarlo. Estaba en Uruguay de vacaciones y mi jefe me dice que me mandaba el contrato y que le tenía que dar el nombre de la compañía para poder hacerlo. Le digo Internet Media Services, porque vamos a prestar servicios de internet, y de ahí salió IMS, que es donde todo empezó. Arrancó en febrero de 2005 con US$5000.
-De ese puntapié inicial hasta ahora, que fuiste sumando rondas de inversiones por más de US$1000 millones, ¿cómo fue ese camino?
-El camino fue largo porque durante los primeros años, hasta que encontramos la verdadera carretera, pasaron muchas cosas. Hubo un par de momentos claves para nosotros, uno es en 2008. Desde 2005 a 2008 nosotros estábamos ayudando a agencias y anunciantes a comprar digital advertising, básicamente éramos un eslabón más en la cadena. En ese momento era nuevo y difícil de ejecutar. En 2008 Sony quiso comprar la empresa. Estaba yendo al estudio de abogados a firmar la venta de la compañía y en ese momento era una cantidad importante, yo tenía 35 años. Me encuentro con una mujer en el ascensor, que era la dueña de la revista Architectural Digest, y cuando le dije que estaba yendo a vender mi compañía me dijo que era muy joven para vender. Salí del ascensor y llamé a tres personas que son muy conocidas en la Argentina para preguntarles. Una de ellas no sabía qué decirme; otra me dijo: “Take the money and run” (“Agarrá el dinero y corré”); y otra me dijo que tenía razón la señora. Así que decidí no vender.
-¿Qué fue lo que te llevó a decir “no” en ese momento?
-Para los emprendedores eso que vas creando es como un hijo y cuando vendés, perdés el control. En ese momento vendía el 51% y la compañía estaba valuando en US$20 millones. Es una linda cantidad de dinero que recibís por primera vez allá en el 2008: te compró Sony, tenía todo el prestigio. Imaginate era ganar una Libertadores. Pero me llevó la decisión de que no estaba dispuesto a soltar el bebé y entregar control, porque sí había entendido que había mucha más oportunidad hacia adelante; así que prioricé lo que yo amaba hacer, seguir controlando lo que yo quería controlar.
-¿Qué otro hitos recordás como fundamental o fundacional?
-Ahí viene otro momento clave, en 2010, cuando Netflix, que solamente operaba en Estados Unidos, nos llamó para hacernos unas preguntas a mí y a Ignacio Vidaguren. Nos consultó sobre la infraestructura digital en América Latina y nos pidieron que llevásemos unos slides de por qué debían ir primero a América Latina y no a Europa. En ese momento, Netflix era una empresa que solo tenía operaciones en Canadá fuera de Estados Unidos y fuimos con Ignacio, les explicamos de infraestructura y les dijimos: “Con US$300 millones podés tener un horizonte en América Latina, Europa te va a costar un US$1000 millones. Así que si querés andá por lo más barato primero y fijate cómo funciona eso de ser una compañía global”. Seis meses más tarde, ayudamos a Netflix a lanzarse en 30 mercados globales.
-Fuiste el ganador del Mundial de Emprendedores, ¿cómo fue ese momento y que sensación tuviste?
-Yo no gané solo, ganamos en equipo y eso no es un cassette. Eso es verdad. No hubiera sido posible sin el apoyo, primero, de Fernanda Zuloaga, que siempre me decía: “Gastón, participemos que vas a ver que nuestra historia es una buena historia”. Así que no hubiese sido posible sin ella. Segundo, todos los emprendedores que habían ido allá, estaban todos los grandes de la Argentina, me apoyaron de corazón para que vaya y fuimos a contar una historia. Lo que a mí me dio más orgullo fue que les ganamos a otros 50 competidores del mundo que habían hecho grandes compañías con grandes empresarios y grandes cosas. ¿Qué fue lo que nos hizo ganar? No fue la historia de la compañía sobre el emprendedor que empezó en Miami y miró hacia América Latina y de ahí hacia el mundo, porque hoy nuestro negocio es 10% América Latina y 90% el resto del mundo. Lo que nos hizo ganar fue que primero explicamos el concepto de la transferencia de PBI offline a online y el jurado lo entendió muy bien. Y después dijimos que, mientras los gobiernos están imprimiendo dinero y generan más pobres y los filántropos regalan bolsas de comida, pero al otro día hay más hambre, nosotros en Aleph estamos educando a 50.000 personas en el mundo para que aprendan marketing digital, y no en cinco años, sino en tres o cuatro meses para poder tener una salida laboral. En ese momento dije que la educación es una moneda que nunca se devalúa.
-Siempre pensaste en la Argentina para el mundo. Si te damos el 100% de las acciones de la Argentina, ¿cómo las distribuís?
-Para empezar, diría un 20% para la educación (primaria, secundaria, terciaria, universitaria). Otro 10% para carreras cortas que tengan rápida salida laboral, por ejemplo aprender publicidad digital en tres o cuatro meses. Luego, 20% a lo que es seguridad personal y seguridad jurídica, porque un país puede progresar con educación siempre y cuando podamos atraer inversión, dando seguridad jurídica y obviamente seguridad personal. Por otro lado, invertiría 5% en vender la Argentina en el mundo, porque es ahí donde tenemos la gran oportunidad de la soja digital. También 20% para la salud; 20% en infraestructura y 5% para los más desprotegidos. En este plan estamos invirtiendo para la futura generación, pero no podemos olvidarnos de nuestros abuelos, que han aportado muchísimo a la Argentina en todo lo que tiene que ver con la seguridad social.
-En el último tiempo estuvo muy presente la película protagonizada por Ricardo Darín que habla de una fecha muy importante como fue 1985. ¿Qué fue para vos esta película y qué pasó con tu papá en 1979?
- Mi papá en 1979 era un empresario de la industria del calzado. De hecho, producía unos zapatos que se llamaban Gastón. Y mi papá sufrió un secuestro extorsivo como muchos otros casos que hubo en la Argentina. Fue una época difícil, yo tenía siete años, y no supimos nada de mi papá por dos o tres semanas. Fue un momento muy difícil para toda la familia. Esas son las cosas que uno puede perdonar, pero no se puede olvidar.
-Hablando de familia, sos padre de tres hijos. ¿Qué es para vos la paternidad?
-Es muy interesante, porque yo tengo una hija que tiene 23 años, que fue una bendición para nosotros en ese momento, y después, como yo había sido hijo único, no quería que ella lo fuese, así que después llegó su hermana, que tiene 16. En ese momento obviamente uno está en la corrida de querer hacer, hacer, hacer, y se pierde de muchos momentos únicos. Por eso es muy importante en esa época tener una socia, que es tu pareja. Para mí en todo ese proceso Verónica fue una catalista. Después, bueno, yo me divorcié en 2019, formé una nueva familia y nació un varón que tiene cinco meses. La paternidad hoy la vivo diferente, porque, con 50 años, un bebé de cinco meses es toda una experiencia nueva. Tenés la oportunidad de dedicar un poco más de tiempo, porque estás un poco más tranquilo. Afortunadamente puedo dedicarle más tiempo y creo que es una cosa muy linda poder experimentar esto.
En números
- Crecimiento: Aleph representa a más de 30 plataformas difitales, incluyendo Twitter, Snapchat, LinkedIn, Twitch, TikTok y Warner Music, entre otras.
- Expansión: La empresa con base de operaciones en Miami, EE.UU., tiene presencia en más de 90 países.
- Consolidación: Aleph está valuada en más de US$2000 millones, lo que la convierte en uno de los unicornios de origen argentino.
Minibio
- Estudios: Taratuta es un experto en medios, marketing, tecnología digital y liderazgo. Estudió Marketing en la Argentina y cuenta con un MBA por la Florida International University
- Emprendedor: inició su carrera ejecutiva en UOL Brasil y en 2005 lanzó su primer proyecto, IMS, para conectar empresas de medios digitales con anunciantes en el mercado latinoamericano
- Unicornio: en 2020 fundó Aleph Group, que ahora representa a más de 30 de las principales empresas de medios digitales en 90 países
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