Finanzas. El ex lobo de Wall Street que está repensando el capitalismo
En medio del mar de corbatas de seda, trajes negros y gemelos que destellan en la gala anual del Museo de las Finanzas Americanas, Dan Schulman, CEO y presidente de PayPal es fácil de ubicar. Para empezar usa un jean. Y necesita urgente un corte de pelo. Los que lo conocen –o quienes se han beneficiado con la trepada de casi el 200% del precio de las acciones de PayPal desde 2015 cuando la empresa encabezada por Schulman se separó de eBay – esquivan las bandejas de bocaditos y las copas de champagne para estrechar su mano. Los que no lo miran con desaprobación. "¿Cómo viene vestido con un jean?", le susurra a un acompañante una mujer sentada en la mesa de empleados del Citi.
El uniforme de trabajo de Schulman no siempre fue tan informal. Para su primer empleo después de la universidad, con un rol inicial en una de las Bell regionales de AT&T, se tuvo que comprar un traje. Gradualmente, al avanzar en su carrera como vendedor de telecomunicaciones, fue desarrollando un vestuario de ejecutivo, incluyendo la corbata dorada brillosa que llevó a la Bolsa de Nueva York en 2007 para anunciar el lanzamiento inicial de acciones de Virgin Mobile en EE.UU. Pero para cuando Schulman llegó a American Express, en 2010, ya estaba cansado, y abrazó plenamente el jean como señal de sus tendencias contraculturales (corporativas).
Esta noche de febrero –semanas antes de que la pandemia del coronavirus se extendiera en Nueva York – a Schulman le están entregando el premio Schwab a la innovación financiera. En momentos que los participantes del evento, que se realiza en el Cipriani Wall Street atacan su lomo con ensalada de chauchas, el número uno de PayPal sube al escenario para recibir su certificado enmarcado. "Si uno ve el estado de nuestro país hoy, está claro que el capitalismo necesita de una actualización", dice Schulman, hablando sin apuntes y yendo al grano. Por su pasado como mariscal de campo de fútbol americano, se inclina sobre el atril como si estuviera echándole un discurso duro al equipo en el vestuario, y lanza una batería de datos: 185 millones de estadounidenses tienen problemas financieros, una generación que cree que estará peor que la anterior, candidatos antiestablishment a derecha e izquierda ganando popularidad.
"La gente no cree que el sistema funcione para ella", dice al apagarse el sonido de los cubiertos. "Para que florezca la democracia uno tiene que ponerse por encima de su propio interés. ¿Pero cómo puede uno ponerse por encima de su propio interés cuando no llega a fin de mes?" La solución, sostiene, es que los líderes empresarios como los que hay en la sala, "se dediquen a algo más que sólo ganar dinero" para los accionistas. Tienen que atender "a múltiples intereses, sean nuestros empleados, nuestros clientes, el medio ambiente o las comunidades a las que servimos". Al terminar su discurso, Schulman implora a los líderes de Wall Street que usen su poder para el bien. "Asuman una postura moral", les pide.
Schulman no es el único gigante de la América corporativa que sugiere que las compañías deben hacer algo más que maximizar las ganancias de los accionistas. En la actualidad hay más de 3000 grandes corporaciones legalmente comprometidas a equilibrar los propósitos y las ganancias y el año pasado 181 CEO miembros de la influyente Business Roundtable afirmaron un "compromiso fundamental con todos nuestros interesados".
Pero puede decirse que Schulman es el que se siente más cómodo entre sus pares de las empresas de la lista Fortune 500 al hablar de cuestiones abstractas de gobernación corporativa en términos morales a escala humana. Comparte la riqueza de PayPal con una variedad de interesados porque es lo correcto, o como gusta decir, porque se corresponde "con los valores que representa la bandera estadounidense".
En las últimas dos décadas se ha convertido en un partidario líder de lo que llama "Reverse Friedmanism". El desaparecido economista Milton Friedman escribió en 1970 la famosa frase de que los que conducen con conciencia social "son títeres involuntarios de la fuerzas intelectuales que han estado socavando la base de una sociedad libre". Friedman admitía que un ejecutivo pueda tener conciencia en términos de "sus sentimientos de caridad, su iglesia, sus clubes, su ciudad, su país" pero sostuvo que esos sentimientos no tienen lugar en la sala de directorio corporativa. Para una generación de CEO –la generación de Schulman– la visión de Friedman es sacrosanta. Si bien la carrera de Schulman nunca se acomodó por completo al molde de Friedman, su éxito en PayPal por primera vez le ha dado una plataforma para cuestionarlo abiertamente.
Carrera política
Schulman ha hecho algo más que hablar de una versión ética del capitalismo que sirve a todos los interesados; ha seguido su propio consejo. En octubre pasado, por ejemplo, PayPal anunció que aumentaba los salarios y bajaba el costo del acceso a los programas de beneficios para sus empleados.
La iniciativa, le dice a Fast Company, le costó a su empresa decenas de millones de dólares. Un político menos hábil podría haber tenido dificultades para vender la idea a sus accionistas, pero Schulman tuvo poca resistencia en el directorio. No es de sorprenderse que dirigentes destacados del Partido Demócrata le hayan propuesto que presente su candidatura en el pasado y pueden volver a hacerlo.
Pero no se puede negar que hay cierta tensión entre el modelo de negocios de la compañía y sus ideales. PayPal procesa pagos, y como cualquier empresa del rubro, vive y muere de acuerdo al volumen de transacciones, quedándose con un pequeño porcentaje de cada operación. Dicho de otro modo, PayPal genera ingresos cuando la gente compra. Cada vez más gente compra online y Schulman se ha asegurado de que PayPal esté en posición de aprovechar ese cambio, gracias a acuerdos con empresas como Instagram Shopping y Uber.
En noviembre pasado pagó US$4000 millones por Honey, una compañía que ayuda a compradores online a conseguir cupones y descuentos. Schulman señaló al anunciar la adquisición que casi el 40% de los ingresos de comercio electrónico se generan a partir de un "evento gatillo", dicho de otro modo, por algo así como un correo electrónico que contenga una oferta de descuento. Honey, gracias a sus datos sobre el comportamiento de los consumidores, está bien posicionada para generar gatillos personalizados y aumentar las ventas de los comerciantes. Hoy, en promedio, los usuarios activos hacen tres docenas de transacciones a través de PayPal por año; Schulman ve una vía para incrementar esa cifra multiplicándola por 10. "Eventualmente quiero que PayPal sea lo suficientemente útil como para que alguien quiera usarlo todos los días", dice.
En una semana fría de febrero, mientras está en la ciudad para otras reuniones, Schulman visita la modesta oficina en Washington DC de PayPal, donde dos docenas de empleados están sentados en una sala de reunión. Luego de algunos breves comentarios sobre el debate de los precandidatos demócratas a la presidencia de la noche anterior ("se puede ver la batalla por el alma del Partido Demócrata"), Schulman invita a hablar a los empleados.
"La globalización puede ser algo bueno pero también puede dejar atrás a mucha gente. ¿Cómo encaja PayPal en eso?", le consulta un empleado. Es una pregunta oportuna: PayPal acaba de anunciar una asociación importante que le permitirá operar en China luego de pasar los últimos años cortejando a los entes reguladores del gigante asiático. "Cada vez que voy por el mundo me llama la atención los similares que son los ciudadanos", dice Schulman. Recuerda haber caminado por el gran paseo del río Wai Tan de Shanghai en una de sus muchas visitas. "Había familias chinas con chicos en carritos, tomándose selfies, riendo. Me pareció exactamente lo mismo que cuando camino por el paseo junto al río Hudson en Nueva York. Los gobiernos tienen cuestiones diferentes y obviamente hay competencia. Pero la esencia de la humanidad es la misma".
Al hablar Schulman es fácil olvidar que hay una guerra comercial entre China y Estados Unidos o que la actual administración china tiene horribles antecedentes en lo que se refiere a personas transgénero y otras minorías. Schulman tiene la capacidad de reorientar la discusión hacia historias a escala humana, refiriéndose a temas polémicos sin provocar a su público. Esta es una capacidad política tanto como empresaria. En un sentido la reunión de empleados se parece por momento a una asamblea popular.
Y resulta que Schulman ha llamado la atención de demócratas que han tomado nota de su capacidad para unir el éxito en los negocios a la acción progresista. Líderes del Partido Demócrata han intentado reclutarlo para una cantidad de roles; el ex gobernador de Nueva Jersey, Jon Corzine, en un momento sugirió que fuera candidato al Senado de EE.UU. Quizá la persona indicada podría defender la idea de actualizar el capitalismo en vez de renunciar a él por completo. "Siempre me llamó la atención la política porque siento que es algo desde lo que uno puede incidir", dice Schulman, que cuenta que en la escuela secundaria su entrenador de fútbol americano le enseñó que la conducción tiene que ver con indicar las jugadas con convicción.
"Cuando se reúnen los jugadores hay que hablar con suficiente confianza como para que todos crean que si ejecutamos perfectamente lograremos puntos", dice. Parece haber conservado ese hábito. No importa lo que haya en su futuro, dice Schulman, impulsar "cambios sustantivos" será su objetivo. "No quiero descartar nada. Realmente no. Pero no es algo que me preocupe mucho. Sólo digo que no descarto nada". Hay un límite a lo que puede hacer un CEO.
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