Fin de año recargado: las estrategias para cubrirse de la inflación en los últimos meses
El costo de vida cerca de los tres dígitos obliga a tomar decisiones sobre cada peso que se gana; plazos fijos, bonos o fondos comunes: cuáles son las herramientas más recomendadas por los especialistas para el pequeño inversor
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Invertir, entrenarse en adquirir nuevos hábitos financieros y conocer las herramientas disponibles para defender el bolsillo, lejos de ser una opción que toman algunos pocos, se volvió -hace tiempo- una necesidad vital en la Argentina. La inflación proyectada supera el 100% anual para diciembre de 2022 -según estimaciones de los analistas que participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que publica el Banco Central- y el cálculo está muy lejos de ser mejor para 2023. La previsión hoy es que supere el 90% anual.
Impera tener agilidad en los movimientos para que cada billete no se pulverice. ¿Alcanza el plazo fijo? ¿Compramos dólares? ¿Hay inversiones más eficientes para aprovechar y combinar?
“Debemos considerar los potenciales riesgos a la hora de decidir los instrumentos de inversión que mejor potencien los ahorros. El país se adentra en una acalorada estacionalidad electoral, dentro de un contexto macroeconómico frágil. Por lo tanto, es importante analizar la dinámica de las variables macroeconómicas más relevantes ante una posible suba en los niveles de volatilidad del mercado”, recomienda como primer paso Paula Gándara, directora de inversiones de Adcap Asset Management.
“Para los inversores con un horizonte mayor a tres meses recomendamos inversiones diversificadas que ofrezcan cobertura ante los riesgos de inflación y también de devaluación”, dice Gándara.
El menú que presentan los analistas consultados por LA NACION es variado y se adapta a distintos tipos de inversores y perfiles. La cantidad no es una excusa. Cualquier capital, chico o grande, debe ser protegido de la inflación y alternativas no faltan.
“Posicionarse en activos que ajustan su capital por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) representa la mejor opción. Para los inversores que quieran invertir pensando en un corto plazo, que serían un poco menos de seis meses, sugerimos sumar la letra X17F3, que ajusta capital por CER con vencimiento en febrero de 2023. Este instrumento cuenta con una TIR a la fecha de CER+2% y con una TIR (rendimiento anualizado) esperada del 118,6% considerando las estimaciones del REM”, recomienda Lucas Buscaglia, analista de Renta Fija y Macroeconomía de IOL invertironline.
Otra opción que suma Buscaglia: el bono TX23, con vencimiento el 23 de marzo de 2023 y que rinde a la fecha CER +3,3%. “Cabe destacar que el rendimiento esperado anualizado de este bono se sitúa en 121,4%, que superaría a la inflación”.
Gabriel Menace, head of Finance de Cocos Capital, sugiere que “la cartera debería tener una alta ponderación de instrumentos que ofrezcan cobertura por inflación, como las letras CER. A su vez, teniendo en cuenta que el tipo de cambio oficial viene devaluándose a un ritmo superior al 6%, buscando evitar más atraso cambiario, resulta positivo sumar algo de bonos dollar linked, aunque creemos que los títulos CER siguen siendo hoy más atractivos para los próximos meses”.
Diego Martínez Burzaco, head of Research en Inviu, recomienda al minorista “posicionarse en Letras del Tesoro que ajustan por CER y que tienen -las que vencen en enero, febrero y marzo- rendimiento positivo, para mantener el poder adquisitivo y ganarle algunos puntos a la inflación”. “Nuestra visión es que los próximos meses la inflación le seguirá ganando a la devaluación del dólar oficial”, agrega.
En igual sentido opinan en Compass: “Para un inversor de corto plazo priorizaría letras cortas ajustadas por inflación, pero, para plazos mayores, una cartera diversificada sería más eficiente en términos de riesgo-retorno”.
La sugerencia de Cristian Brau, CIO de Santander Asset Management, va por simplificar la toma de decisiones. “Si bien cada inversor puede buscar bonos de manera directa, recomendamos la utilización de fondos comunes de inversión que, en primer lugar, permite tomar posición sin pensar en el tamaño de la cartera del inversor (se puede ingresar con $1000), contar con gestión profesional y obtener la liquidez cuando se necesite”. Del menú de fondos de Santander sugiere el “Superfondo Renta Fija, cuyo foco de inversión prioriza la adquisición de productos relacionados a la evolución de los precios y, dadas las condiciones de mercado actuales, la cartera favorece la elección de papeles de corto plazo aumentando su atractivo para horizontes de inversión de tres a cuatro meses”.
Gándara, de AdCap, va en el mismo sentido. De la familia de fondos AdCap los recomendados de la analista para inversores de corto plazo son dos: Balanceado II para cobertura por inflación que registra un retorno del 21% en los últimos 90 días y Adcap Retorno Total para cobertura de devaluación. “Invierte principalmente en instrumentos dollar linked, con un balance entre bonos soberanos y corporativos y registra un retorno del 13% en los últimos 90 días”, dice Gándara.
Elena Alonso, de Emerald Capital, apunta también a los fondos ajustados por CER y suma una alternativa para los inversores de cortísimo plazo: cauciones. Es que los pesos no deben estar ni una semana quietos, porque la pérdida de valor se siente. “Si bien rinden menos que la inflación, nos aseguran una tasa de interés, y pueden hacerse desde un día en adelante. Hoy la tasa está alrededor del 66,5% anual y nos ayuda a preservar los pesos para los consumos futuros”. Esta es una herramienta ideal para usar mientras se espera a hacer el pago de las tarjetas de crédito, las expensas o el colegio de los chicos.
Duelos clásicos
¿Y el plazo fijo? Este instrumento tan tradicional entre los argentinos recién con la última suba de tasas del BCRA logró ponerse en terreno positivo -o casi, dependiendo de la evolución de precios en los próximos meses- pero durante gran parte de 2022 dejó pura pérdida real en el bolsillo.
Según los datos que releva y compara mensualmente la consultora Financial Quality, el rendimiento acumulado en lo que va del año del plazo fijo fue de 53%, contra 66% de inflación (enero-septiembre). “Si bien actualmente el plazo fijo paga una tasa nominal anual (TNA) del 75%, lo cual deja la TEA (tasa efectiva, considerando reinversión de los intereses) en 107%, el rendimiento acumulado en lo que va del año estuvo muy por debajo de la inflación”, aclara Agustín Romiti, director de la consultora. “Hemos notado que la cantidad de depósitos aumentó, pero todavía creemos que las tasas reales son negativas y también se debe considerar que los plazos fijos inmovilizan el dinero por lo menos durante 30 días”, advierte.
Otra duda que suele estar en la mente de todo inversor argentino. ¿Comprar dólares no es suficiente para tener un paraguas protector a prueba de cualquier tormenta? Es clarísima la respuesta de Menace, de Cocos Capital: “Sopesando comprar dólares MEP o invertir los pesos en un instrumento que ajuste por inflación (tasas cercanas al 7% mensual), debemos tener en cuenta que para que los dólares le ganen a la inversión en pesos deben depreciarse al menos $20 por mes. Hasta fin de año creemos que los títulos en pesos dan una buena cobertura frente a la inflación y a los saltos discretos de los dólares bursátiles”.
En este punto, los datos de Financial Quality otra vez ponen blanco sobre negro. “Considerando los distintos tipos de cambio, el dólar creció entre 40% y 47% este año, 20 puntos por debajo de la inflación”, dice Romiti.
Acá el tiempo y el timing son claves, y no deben perderse de vista. “En términos comparativos, el plazo fijo este año rindió más que el dólar, pero si el análisis se hace considerando períodos más largos nos encontramos con que si un inversor el 1° de enero de 2016 contaba con $1 millón podía comprar en ese momento US$74.400. Si hubiera decidido colocar ese dinero a plazo fijo, renovando capital más intereses cada 30 días, a la fecha de hoy con todo el rendimiento acumulado podría comprar US$42.000, habría perdido casi la mitad del capital en dólares”, explica Romiti.
Una pata dolarizada
Si se aleja un poquito la mirada, o el horizonte, obviamente, en la Argentina no se puede descuidar ningún frente. Las presiones sobre el tipo de cambio están contenidas, pero no resueltas. De modo que impera estar atentos para que un salto en la cotización del dólar no se lleve, de un soplido, toda la rentabilidad que pudimos anotar “atándonos” a instrumentos ajustados por inflación o haciendo plazo fijo a tasa fija.
“En el corto plazo las variables inflación y devaluación deberían converger a valores similares, manteniéndose elevadas tanto la tasa de inflación como la de devaluación. Sin embargo, la pérdida de competitividad en el tipo de cambio oficial medido en términos reales en el último año y la consecuente brecha cambiara denota que nos encontramos debajo del equilibrio. Por ende, crecen los riesgos a tener una aceleración de la devaluación del tipo de cambio en los próximos meses”, señaló Juan Miguel Salerno, chief investment officer de Compass.
“Como sugerencia para un inversor de mediano plazo, lo más eficiente es mantener una cartera diversificada y con ponderación de instrumentos públicos y privados que se ajusten por CER/inflación y también por tipo de cambio oficial (dollar linked) y tipo de cambio libre como bonos y acciones, con su correspondiente análisis fundamental”, añade Salerno.
“No hay que dejar de observar, que si bien la inflación es preocupante, la tasa de aumento del tipo de cambio respecto del dólar nos hace pensar que es importante diversificar en estos activos también”, dice Estrada, que, además de su rol de analista, aporta su granito de arena a la educación financiera desde su cuenta de Instagram. “Una buena opción para invertir los pesos para estar atado al dólar financiero son los cedears. que permiten invertir en acciones extranjeras pero desde un instrumento local. Otra opción son las obligaciones negociables (ON) que pagan hard dollar y se compran en pesos”, sugiere.
“Los anuncios de más dólares sectoriales -tarjeta/Qatar/Coldplay, electrodomésticos-, y las nuevas restricciones a las importaciones intentan sostener la devaluación paulatina del tipo de cambio oficial, que ya supera al 6% mensual, con el objetivo de evitar un salto discreto. Sin embargo, las expectativas de devaluación podrían continuar latentes ante el atraso del dólar real multilateral y los elevados niveles de brecha, superiores al 100%, entre los dólares alternativos y el oficial”, cierra Gándara, de AdCap.
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