Feriados y vacaciones. Cuánta plata perdió el turismo argentino por la cuarentena
El Día de la Memoria, Semana Santa, el 1 y el 25 de mayo, el 9 de julio y la lista sigue. La prórroga de la cuarentena en la Argentina fue dejando cada vez más feriados sumidos en sus restricciones de movilidad, lo que generó una pérdida sin precedentes en el sector turístico, que no pudo ofrecer sus servicios en los fines de semana largos de los últimos seis meses y tampoco en las vacaciones de invierno.
Según un cálculo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), si se toman en cuenta los seis fines de semana largos que tuvieron lugar entre marzo y agosto y las vacaciones de julio, el sector del turismo se perdió de generar ingresos por $77.890 millones. De acuerdo con el informe, en todo ese periodo se esperaba que 31,3 millones de personas se desplazaran por el país.
Las cuentas se realizaron estimando la cantidad de argentinos que se moverían en cada fecha, segmentados en turistas y excursionistas (es decir, personas que no pernoctan en el lugar) y multiplicando ese número por el gasto promedio diario estimado.
En Semana Santa, por ejemplo, se esperaba que se desplazaran por el país 2 millones de turistas, con una estadía promedio de tres días y un gasto diario promedio de $1630. También 3,5 millones de excursionistas, con un gasto promedio diario de $571. Así, en esa fecha el gasto directo que estas personas dejaron de hacer fue calculado en $12.247 millones.
Con el mismo método se calculó que en el feriado del 24 de marzo el gasto aproximado hubiera sido de $8903 millones; en el del 1 de mayo, $2754 millones; en el del 25 de mayo, $3045 millones; en el feriado puente del 9 de julio, $9900 millones y en el del 17 de agosto, $3027 millones.
El gran golpe, sin embargo, fueron las vacaciones de invierno. En ese receso especial, en el que se calculaba que se movilizaría 13,5 millones de personas, se perdieron $41.000 millones, el 52% de la merma total del sector.
"Hay que tener en cuenta que estos valores son solo de los fines de semanas largos y vacaciones invierno, a esto se debe agregar el movimiento generado por congresos y convenciones, el turismo estudiantil y educativo (estimado en US$100 millones), el turismo social (por ejemplo jubilados) y el turismo corporativo, religioso, de salud, deportivo, etcétera", señala el informe.
Si bien algunas provincias como San Juan y Neuquén ya tienen el turismo interno habilitado, las posibilidades del sector siguen todavía muy restringidas y sin un horizonte de recomposición claro. Sin embargo, en diálogo con LN+ el ministro de Turismo, Matías Lammens, aseguró que en su cartera se trabaja para que "haya una temporada de verano".
"El turismo es una industria que genera más de un millón de puestos de trabajo y representa un porcentaje importante del PBI de la Argentina y sé que tiene un nivel de incertidumbre y de falta de previsibilidad importante. Nosotros estamos convencidos y estamos trabajando para que haya una temporada de verano", afirmó el ministro, entrevistado por el secretario general de LA NACION, José del Rio, en el programa "Comunidad de Negocios".
De todos modos, en CAME señalaron que, a diferencia de otros sectores, el perjuicio generado en el turismo "ya no se recupera". "Por la dura situación económica que se espera en los meses siguientes, confiando en que se normalice la crisis sanitaria y la economía, se hace difícil hasta pensar en una temporada de verano fuerte", apuntaron.
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