De villanos a héroes: los managers argentinos dan cátedra en el exterior
Los ejecutivos locales son revalorizados dentro de las compañías internacionales por su conocimiento para operar en un contexto de inestabilidad y de aumentos en los costos
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Hace tres semanas, al CEO de Visma en la Argentina, Alvaro Capobianco, le tocó viajar a Oslo para un encuentro de los números uno de todas las filiales internacionales de la empresa noruega de software. Acostumbrado a tener que explicar cuáles son los problemas de la Argentina en este tipo de convenciones, esta vez a Capobianco le tocó desempeñar un papel diferente. “Me sentí una especie de gurú del management. Durante el encuentro se nos acercaban los ejecutivos de filiales de países como Holanda, Bélgica, Hungría y todos me venían a hacer preguntas acerca de cómo tenía que moverse en un entorno de alta inflación. En Europa no saben qué hacer y se agarran la cabeza porque tienen una inflación del 5% anual, algo que para nosotros sería completamente aspiracional”, cuenta el ejecutivo.
El caso del CEO de Visma para la Argentina y para la región no es el único en el que un ejecutivo argentino se descubre en el último tiempo explicándole a sus colegas de otros países cómo moverse en un entorno inflacionario. “Cuando participaba en una convención internacional, siempre nos tocaba traer las malas noticias: inflación, falta de rentabilidad, problemas para girar divisas al exterior. Pero ahora todo cambió. Mis colegas de otros países son los que nos consultan cómo hacer para aumentar un producto en la góndola. Hay mercados en los que no se mueven las listas de precios desde hace años y ahora tienen que subirlos por la inflación mundial y literalmente no saben cómo hacerlo. En este tema, nosotros realmente damos cátedra”, explica el director de una multinacional de consumo masivo de origen europeo.
Los empresarios y los consultores coinciden en que por primera vez en mucho tiempo afuera hay una mayor entendimiento de los problemas que tiene la Argentina. “La inflación global ayudó a que una casa matriz entendiera un poco más cuál es la situación de las filiales locales. Lamentablemente, el management argentino está en condiciones de dar cátedra en materia de inflación y en temas como el manejo de caja, los stocks. En Estados Unidos hay dos generaciones que vivieron sin inflación y por primera vez se están encontrando con este tipo de problemas”, explica Juan Pablo Ronderos, socio de la consultora MAP.
En cámara lenta
Después de décadas de estabilidad, la adaptación que implica vivir en un mundo con inflación no es un proceso fácil y que exige un cambio de mentalidad, no solo en los consumidores sino también para las empresas. Y en muchos casos, el nuevo escenario se traduce en una paralización, ya que en las compañías no saben cómo reaccionar. “Me siento como en Matrix. Acá están todos preocupados por el impacto de la inflación y se ponen muy nerviosos, pero yo veo venir las balas en cámara lenta” ,asegura el CFO argentino de una multinacional que se mudó a Alemania.
La idea de que los extranjeros tienen que aprender a manejarse en un nuevo contexto inflacionario es confirmada por el economista y consultora Camilo Tiscornia, que tiene como clientes a muchas empresas multinacionales. “Cuando viene de visita un ejecutivo de afuera generalmente nos mandan a nosotros a que les expliquemos como funciona una economía con inflación. En otros países no saben cómo reaccionar ante una suba en la tasa de interés o los movimientos en el tipo de cambio. Salvando la distancia es lo mismo que tuvimos que vivir acá, cuando después de la convertibilidad y la estabilidad de precios de los ‘90, la inflación volvió a la Argentina. Ahí muchas empresas tuvieron que recurrir a la visión de los gerentes más viejos que habían vivido los años previos de una economía con subas constantes en los precios”, explicó el economista.
La idea de que los ejecutivos argentinos tienen mucho para enseñar a sus pares internacionales, al menos en materia de inflación, es acompañada por una revalorización de los talentos locales por su mayor capacidad de adaptación. “Los argentinos nos destacamos para bien o para mal. Acá como nada funciona, el país nos hizo tener una gimnasia mental de los negocios que no existe en ningún otro lugar. Estamos acostumbrados a ser más creativos porque acá viven cambiando las reglas de juego todo el tiempo, mientras que en Europa les cuesta muchísimo adaptarse a cualquier cambio”, explica el CEO de Visma.
El interés en el exterior por el talento argentino es confirmado por las consultoras especializadas en recursos humanos. “Muchas empresas están aprovechando la experiencia que tienen los argentinos en inflación y puntualmente en temas contables, donde tenemos conocimiento de años”, coincide Alejandro Melamed, director de Humanize Consulting.
“La inflación hace que el mundo mire hacia la Argentina porque tenemos el título, no deseado, de especialistas en el tema. Pero el ejecutivo local ya era valorado por otras competencias, como poder navegar en la incertidumbre, lo que implica flexibilidad y capacidad para tomar decisiones bajo presión”, explicó Matías Ghidini, de Ghidini Rodil.