Lucas Romero, analista político y director de SYNOPSIS Consultores, habló sobre la actualidad política y el panorama electoral de las elecciones legislativas de 2021. Aseguró que un 54% votaría a una fuerza opositora al Gobierno, pero que la oposición es "heterogénea" a la hora de pensar un perfil para un posible líder.
"Un 8% dice un perfil más de izquierda, un 19% perfil más peronista, un 20% perfil más del PRO, un 16% perfil más radical. La división opositora que uno ve en los dirigentes opositores también está ratificada en los votantes opositores", dijo y agregó que esto es un desafío para los dirigentes de la oposición.
Para él, "la oferta opositora" no se debe fragmentar y "la eliminación de las PASO es una amenaza muy seria" porque siempre ordenan a la oposición. "Los electores conocen cuáles son las principales fuerzas opositoras en condiciones de ganarle al oficialismo y eso acomoda el voto opositor. Por eso ahí está el incentivo del oficialismo de buscar eliminar las primarias", explicó.
"La clave va a ser una oferta opositora que logre seducir a los votantes más centristas. Hay que convencer al votante más moderado y es el que define las elecciones", aseguró.
Con respecto a las preocupaciones de la sociedad, aseguró que la corrupción es la que lidera esta lista. "Vienen creciendo las preocupaciones económicas. La preocupación por la inflación y el desempleo reúnen el 40% de las menciones y probablemente, viendo un poco la dinámica del escenario electoral, veamos que esas preocupaciones sigan creciendo", dijo y agregó que la opinión pública en la Argentina es "muy sensible al comportamiento del dólar".
-¿Qué nivel de confianza tenemos con la vacuna rusa?
-Es un tema que genera expectativas, expectativas de salida de la situación de pandemia que están muy asociadas con la vacuna. Quizás sea la vacuna más próxima en términos de lo que comunicó el Gobierno. Le preguntamos a la gente qué nivel de confianza tiene en colocarse una vacuna producida en Rusia y solo el 30% manifestó estar en total o tener bastante confianza en la vacuna. Un 57% manifestó poca o nada de confianza. Me parece que es un dato que debe llamar la atención, sobre todo para el Gobierno. El éxito de la vacuna no solo está en tener la vacuna para poder colocarla, sino también en tener la confianza de la gente en que se la deje colocar.
El éxito de la vacuna no solo está en tener la vacuna para poder colocarla sino que también tener la confianza de la gente en que se la deje colocar.
-¿Y la desconfianza a qué se le atribuye?
-Requeriría un estudio más cualitativo para ver cuál es el factor que incide en esa baja confianza. Supongo que la información que ha trascendido, respecto de la vacuna rusa, que no ha sido una vacuna que ha tenido certificaciones internacionales ni a publicado estudios profundos sobre como vienen avanzando en ese proceso de testeo y de prueba de la vacuna, no están generando la confianza necesaria para que la gente pueda colocarla sin ningún tipo de problema ni inconveniente.
-Con respecto a la relación entre Alberto y Cristina, cuando le preguntan a la gente quién debe marcar el rumbo del país, ¿quién es?
-Eso fue lo más interesante del estudio. Hicimos dos preguntas: ¿Quién cree que maneja o define prioritariamente el rumbo? ¿Y quién debería? En esta segunda instancia casi el 75% sostiene que quien debería definir el rumbo del Gobierno es el presidente. Es un número que nos habla porque ya excede al electorado opositor, quienes pudieran ser los que más reclaman un liderazgo del presidente y no de la vicepresidenta.
Cuando uno mira en proyección cómo le podría llegar a ir al Gobierno en esta elección legislativa que vamos a tener el año próximo, creo que la pregunta de síntesis que nos puede marcar el desafío es que Alberto Fernández va a tener que corroborar en las urnas algo que él propio sostuvo en la campaña. De que el que iba a gobernar era él y no Cristina Kirchner, y que este es el Frente de todos y no el Frente para la Victoria. De cuanto se aleje de esa afirmación me parece que probablemente está el desafío de revalidar el apoyo electoral que tenía en 2019.
-¿Qué escenario le da el panorama electoral a nueve meses de las legislativas de 2021?
-Lo venimos midiendo desde julio pasado y nuestra aproximación al escenario electoral es una pregunta muy sencilla. Le consultamos a la gente si hoy fueran las elecciones legislativas para que lado se inclinan más. Y en nuestro último registro, que corresponde a noviembre, el 54% dijo que votaría a una fuerza opositora, el 35% al oficialismo y el resto indeciso. Es un dato que nos sorprende y que venimos viendo una tendencia de voto opositor mayoritaria en estos últimos estudios.
Lo interesante de este estudio en particular de noviembre es que le preguntamos a la gente: ¿Qué perfil debería tener esa fuerza opositora? Y ahí aparece mucha heterogeneidad. Un 8% dice un perfil más de izquierda, un 19% perfil más peronista, un 20% perfil más del PRO, un 16% perfil más radical. La división opositora que uno ve en los dirigentes opositores también está ratificada en los votantes opositores. Y eso es un desafío para la oposición. Viendo los números, se podría decir que la oposición podría encaminarse a un triunfo, pero lo que necesita es que la oferta opositora no se fragmente. Para ese fenómeno, de fragmentación de oferta opositora, la eliminación de las PASO es una amenaza muy seria. Si uno repasa cómo han venido funcionando las primarias, han sido muy ordenadoras del voto opositor. Los electores conocen cuáles son las principales fuerzas opositoras en condiciones a ganarle al oficialismo y eso acomoda el voto opositor. Por eso ahí está el incentivo del oficialismo de buscar eliminar las primarias.
-¿Cuál es la principal preocupación que tiene la sociedad?
-Se puede ver un fenómeno que no es nuevo. Dentro de las principales preocupaciones, cuando uno le pregunta a la gente, la principal es la corrupción. Es un fenómeno que hemos venido registrando a lo largo de este año y se explica porque hay una parte importante de los votantes opositores que está planteando una imposición más moral hacia este gobierno. Son los que están viendo toda esta agenda judicial que se ha desplegado a lo largo de este año y que genera un interrogante con respecto si se va a poder saldar o no esa deuda en tantos juicios en materia de corrupción. Eso está dominando las preocupaciones por lo menos en los últimos meses. Además, vienen creciendo las preocupaciones económicas. La preocupación por la inflación y el desempleo reúnen el 40% de las menciones y probablemente, viendo un poco la dinámica del escenario electoral, veamos que esas preocupaciones sigan creciendo.
-¿Qué perfil de candidato le recomendaría a Cambiemos?
-Esa fragmentación del voto opositor complica el desafío para esa oferta opositora y para ver qué perfil definir porque no todos los votantes están reclamando el mismo perfil. La clave para la oferta opositora va a ser una oferta opositora que logre seducir a los votantes más centristas. ¿Por qué se produce una predominancia de una estrategia centrista de la oferta opositora? Porque el votante más radicalizado, en última instancia, va a votar igual. Al que hay que convencer es al votante más moderado y es el que define las elecciones. Esa batalla electoral la ganó el Frente de Todos con un candidato moderado, no con Cristina Kirchner, que permitió ensanchar esa base de simpatía hacia el electorado más centrista. Y yo diría que para la oposición aplica la misma estrategia, necesita una oferta que ensanche lo más posible la base de apoyo y eso debería ser una oferta con un perfil más moderado.
La oposición necesita una oferta que ensanche lo más posible la base de apoyo y eso debería ser una oferta con un perfil más moderado.
-¿Cómo prevé la gente su situación económica en un año?
-Esta también es una característica de la opinión pública de estos tiempos. Tiene una expectativa sobre el futuro muy hundida en el pesimismo. Cuando uno le pregunta a la gente cómo ve el futuro del país de acá a un año, el 51% cree que el país va a estar peor en un año. Cuando uno lo lleva a la perspectiva personal mejora un poco: el 40% es pesimista, pero sigue siendo una mirada predominante pesimista. Esta última vez, vimos una pequeña recuperación de las expectativas. Si se pregunta el motivo, el dólar ha sido un factor determinante para esa mejora en la expectativa. En la Argentina y en la opinión pública es muy sensible el comportamiento del dólar. Nuestro registro de octubre fue tomado en medio de la turbulencia cambiaria y en noviembre, con un dólar un poco más calmo, eso mejoró un poco las expectativas, pero siguen hundidas en el pesimismo.
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