Enfoques hacia una transición energética justa
Algunos ven las proyecciones y metas actuales y las analizan como si se tratara del próximo mundial.
Y es que el 2030, a su vez, es la barrera científica y cronológica que se ha impuesto el globo para continuar la senda de reducción de emisiones contaminantes (Gases de Efecto Invernadero) para así, minimizar los efectos nocivos derivados del calentamiento global. La segunda estación, más exigente, apunta al 2050, aplicando una meta de carbono-neutralidad en general.
A fines del mes de Noviembre comenzará en los Emiratos Arabes Unidos (Dubai) una nueva Sesión de la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (Cop 2023-UNFCCC) donde los Estados Parte explicarán sus esfuerzos por cumplir las metas de reducción establecidas, las cuales siguen encontrándose fuera de tiempos y escala, no obstante lo cual, todo suma.
Lógico es entender que los recursos no renovables continúen en estado de explotación por parte del mercado, con el control técnico necesario para no desvirtuar las industrias en juego y evitar efectos no deseados. Sin embargo, nuevos commodities, lejanos al extractivismo y la fosilización, como el avance de acciones ligadas al Hidrógeno verde y azul, la captación de energías renovables (eólica, solar, fotovoltaica, biomasa y aprovechamientos hidroeléctricos) siguen siendo oportunidades que favorecen los negocios sustentables de reducción de CO2 y el mercado de carbono en y desde Argentina.
Estas ideas en desarrollo, planificadas desde un enfoque de “sustenta-habilidad” se suman a planes de forestación, trabajos agronómicos sobre usos del suelo a mediana y gran escala como chances de negocios y economías circulares donde la idea es que todos ganen, con generación de empleo verde, fomento de la industria nacional y bajos niveles de impacto ambiental.
El transporte bajo en emisiones (electromovilidad) también está jugando una parada decisiva a nivel global. De este modo ya es usual que la sustentabilidad ya sea encarada en la Argentina por el sector privado desde áreas de acción específicas, intentando que el denominado greenwashing no les tape el bosque.
Las tecnologías limpias llegaron para quedarse y para aliarse con ellas, para startups y para dar comienzo a alianzas público/privadas/intermedias dirigidas a otras acciones, pero sobre todo para asegurar a las futuras generaciones un desarrollo sustentable, duradero y prolongado en el tiempo. Otro tema a considerar son los bajos costos actuales internos, dado que la competencia en estos mercados de descarbonización no solo es regional, sino global.
Algunas miradas escépticas sobre el fenómeno global siguen desafiando el fenómeno cíclico por el cual el planeta está en crisis, desconociendo sus orígenes y planteando cómo seguir la huella que como seres humanos hemos dejado hasta la actualidad. 2030 es ahora.
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