En España: sintió que la Argentina no lo ayudaba y hoy factura 3.500 euros por mes vendiendo mates
Se fabrican en Entre Ríos y se distribuyen desde Buenos Aires a varios países; dos emprendimientos se unieron para la comercialización
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El mate es uno de los símbolos de la Argentina -y también de Uruguay- en el mundo. Desde los jugadores de fútbol -Leo Messi, Antoine Griezman y Paul Pogba, entre otros- hasta el Papa Francisco, cuando aparecen tomándolo hacen que el consumo se extienda. Sebastián Quadrelli vio la posibilidad de encontrar un negocio en la costumbre para ayudarse en su llegada a Barcelona hace medio año.
“Mates Ramos Barcelona” abrió su showroom y ya vende en diferentes locales de productos argentinos en la ciudad, al tiempo que busca expandirse en Portugal. Quadrelli, quien trabajaba como periodista deportivo en Buenos Aires, decidió “cambiar de aires” porque tiene amigos en España y porque la Argentina “no ayudaba mucho para quedarse”.
Cuando, desde la Argentina, Mates Ramos le ofreció venderlos, Quadrelli -con cero experiencia en ventas- aceptó porque vio que en Barcelona había de plástico o de madera, pero prácticamente nada de los más tradicionales, los “premium”.
Los mates se producen en Entre Ríos y es un emprendimiento familiar de “fanáticos” de la bebida. Su dueño, Francisco Novoa, cuenta que una vez que lograron “imponer la marca” en la Argentina empezaron a extenderse a Chile, Panamá y Bolivia. “Es llevar un poco de la cultura nacional”, dice, y asegura que la pandemia ayudó al negocio, ya que “se necesita un mate por persona”.
Los mates son de calabaza revestida en cuero y con virola en alpaca. Están hechos “totalmente a mano”; producen unos 2500 a la semana que son distribuidos desde Ramos Mejía al país y al exterior.
Quadrelli se asoció con Ignacio Lusardi, profesor de Educación Física y exrugbier -incluso jugó en el Fútbol Club Barcelona-, quien llegó hace siete años a la ciudad. Su historia comenzó dando clases al aire libre en distintos turnos. “Se armó un grupo grande y como fue bien abrimos la sala de entrenamiento BCN Funcional Training; a los dos meses llegó la pandemia y nos reinventamos dando clases virtuales durante el cierre. Con muchas idas y vueltas logramos sobrellevarlo y tener 80 alumnos”, describe.
Antes del viaje de Quadrelli, ya habían hablado de hacer algo juntos. “El mate nos identifica como argentinos, se difunde mucho con los futbolistas y cada vez son más los que lo buscan y saben armarlo, así que el proyecto va muy bien”, señala.
Empezaron creando una tienda virtual y vendiendo por Instagram, avanzaron con el cumplimiento de las normas para poner el negocio en blanco; a la vez fueron sumando locales que comercializan los mates. “Hay buena predisposición, entre todos nos ayudamos y abren las puertas para hacer en conjunto”, apunta Quadrelli.
Él había llevado unos pocos mates para probar y hoy están en unos 150 al mes; una estrategia que les funciona es grabar las virolas. Les costó conseguir quién lo hiciera, pero al final le explicaron a un grabador y se encarga de ese paso. “Aunque sale 16 euros para el cliente, la gente lo pide. Es caro teniendo en cuenta que el mate más caro sale 23 euros, pero hay quienes lo compran solo por esa diferencia”, relatan.
Cambiaron la idea original de poner un local por un showroom porque les funciona la venta online; hacen envíos a Suiza, Estocolmo, Suecia, Portugal. “A Francia no porque se consiguen, en cambio en otros países no hay de este tipo”, dice Quadrelli.
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