Emprendedores que hacen culto al talento innovador
Oportunidades y desafíos de generar negocios a partir del conocimiento en la Argentina
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En el marco del capítulo uno de “Economía del conocimiento”, el evento organizado por LA NACION y Comunidad de Negocios que abordó la importancia del desarrollo del talento para el crecimiento sustentable de nuestro país, un panel de emprendedores que generaron negocios a partir del conocimiento, conversó acerca de cuáles son los desafíos y las oportunidades de este pujante y trascendente sector en nuestro país.
El primero de los emprendedores “que hacen culto al talento innovador” en el campo de la economía del conocimiento presentado por la moderadora de este panel, Carla Quiroga, editora de LA NACION, fue Yuyo Llamazares, CEO de Stämm, una empresa que cofundó hace nueve años junto a Federico D’alvia con el objetivo de descentralizar la biomanufactura, construcción utilizada para la producción de Bio terapéuticos.
Hoy este ingeniero agrónomo lidera las áreas estratégicas tecnológicas de la compañía, cuyo objetivo es crear una nueva forma de producir anticuerpos y terapias celulares. A la hora de profundizar en su compañía, Llamazares explicó “desarrollamos una máquina que utiliza microfluídica para manipular células, que es lo que usamos para producir los anticuerpos y terapias celulares”. El trabajo es junto a investigadores y doctores en disciplinas de la ciencia de la vida e informática, como microfluídica, impresión 3D, biotecnología, y formulación de hidromateriales.
La segunda emprendedora presentada fue Georgina Sposetti, quien es médica investigadora, además de fundadora y CEO de “Un Ensayo para Mí”, el primer buscador de ensayos clínicos de Latinoamérica, que vincula a los pacientes con los investigadores.
Como médica, Sposetti realizó dos residencias, hizo una maestría en Investigación Clínica Farmacológica y cofundó el Instituto de Investigaciones Clínicas. Su primer emprendimiento es una institución de salud, y allí realizó consultorios, siempre enfocada en ensayos clínicos. Además, es oradora TEDx, dedicada a la divulgación sobre la importancia de la investigación, y una de las grandes “Promesas de Forbes 2020″.
El tercer y último emprendedor presentado en este panel fue Nicolas Kirchuk, médico y emprendedor en el ámbito de la ciencia, con más de 20 años de experiencia en el terreno del desarrollo de drogas para combatir el cáncer.
En 2015 cofundó BIOMAKERS, compañía de Medicina Genómica de Precisión y Tecnología que hoy lidera el testeo genético y molecular de pacientes oncológicos en toda Latinoamérica, con el objetivo de que estos vivan más tiempo y con una mejor calidad de vida. “La tecnología determina, con las características genéticas de cada tumor de pacientes con cáncer avanzado, cuál es la mejor terapia para ese paciente, en función de esas características genéticas”, explicó Kirchuk. Y profundizó que a partir de esa información generan sistemas de datos complejos, de Big Data, y plataformas que permiten el descubrimiento y desarrollo de nuevas terapias en cáncer.
Kirchuk más adelante ahondó en el propósito de su organización, que es que el cáncer avanzado termine siendo una enfermedad crónica, y no terminal como lo es hoy. En el corto plazo se está buscando que los pacientes con tumores avanzados vivan mucho más tiempo y con mayor calidad de vida, y en el mediano plazo se quiere colaborar en el desarrollo de nuevas drogas que permitan que todos esos pacientes vivan de forma crónica con la enfermedad avanzada.
Como primer disparador del encuentro, Quiroga consultó acerca de la motivación inicial detrás de cada emprendimiento. Llamazares comentó la idea detrás de su emprendimiento, que hoy tiene 152 empleados con una proyección de 200 para fin de año, surgió “mirando la naturaleza” y apreciando así la forma que interactuábamos con microorganismos y células, para usar este método para producir moléculas o tratamientos.
La manera en que nos relacionamos con nuestras células, describió el CEO de Stämm, es a través de sistemas circulatorios, o por ejemplo el floema o xilema de las plantas. O sea, sistemas de microvasculatura o vasos sanguíneos que distribuyen mensajes a todas las células para que sepan qué es lo que tienen que hacer. Si tienen que crecer, desarrollarse, producir una cosa o la otra. A partir de este “insight” decidieron imitar esa forma de producir anticuerpos, desarrollando sistemas micros vasculares, parecidos a los sistemas circulatorios, pero producidos con impresión 3D.
“Entender la biología es un problema muy complejo, que requiere muchos datos distintos, y la capacidad de integrar estos datos y poder aprender nuevas cosas”, esbozó Llamazares, como uno de los desafíos a los que se enfrenta a diario. Explicó también que trabajan mucho con ciencias de la vida, pero también sobre inteligencia artificial, y ciencia de los datos, que les permiten simular nuevos sistemas y acortar tiempos.
Sus clientes son principalmente biofarmas que están iniciando su camino en la aprobación de su producto, para lo cual tienen una molécula candidata. Stämm les da asistencia en la calificación del proceso para producir esa molécula, a lo largo de los ensayos clínicos, y después atravesadas esas etapas en la comercialización.
En el caso de Sposetti, su emprendimiento nace como una necesidad profesional. Desde su institución, invitaban a los pacientes a participar en los ensayos clínicos. Sin embargo, una experiencia personal, el diagnóstico de una enfermedad muy rara que no tenía tratamiento, la hizo pararse “del otro lado del escritorio”.
“Lo primero que hice, obviamente, fue empezar a buscar ensayos clínicos”. Fue durante esta búsqueda que se dio cuenta que para cualquier paciente, sin ningún conocimiento técnico, hacer eso era una misión imposible, ya que para ella, siendo médica, era muy difícil. “Por algo me enfermé, algo tengo que hacer, pensé”, recordó Sposetti, y así empezó la historia de “Un Ensayo para Mí”, esta plataforma que hoy es una realidad.
Empezaros en el 2018, pero se encontraron con muchas trabas legislativas, la plataforma no se podía hacer en ningún lado de Latinoamérica, porque la legislación estaba mucho más atrasada que, por ejemplo, el desarrollo de las redes sociales. En 2018 se dedicaron a “tocarle la puerta a cada entidad regulatoria” de la región, para contarles que ellos podían llevar adelante el proyecto de una forma ética y enmarcados en una regulación. Luego, en el 2019, pudieron empezar con el desarrollo del proyecto.
En el caso de Kirchuk, él se dedica a la investigación del cáncer hace 20 años. En este camino vio en primera persona cómo se iban desarrollando drogas cada vez más personalizadas para los pacientes. Viviendo en la Argentina, notaba que el diagnóstico genético de pacientes con cáncer avanzado no era posible, o era posible de una forma muy ineficiente. Eso a su vez generaba que miles de pacientes, en la Argentina y en la región, no pudieran recibir el mejor tratamiento. En el cáncer, un tratamiento mejor es muy determinante, porque significa vivir por un tiempo más considerable. A partir del conocimiento en el sector, y viendo hacia dónde iba la oncología y la medicina, decidieron desarrollar un proyecto de alto impacto, que pueda generar soluciones en pacientes hoy y en el futuro; así lograrían que una enfermedad que hoy es mortal pueda hacerse crónica como lo es el HIV.
Respecto de la posibilidad de que estos emprendimientos sean rentables, en el caso de Stämm, su CEO comentó que se encuentran en una etapa de “venture capital” y todavía no salieron al mercado, pero que esperan poder comercializar sus productos a partir del primer trimestre del 2023.
Sposetti, por su parte contó que su proyecto tuvo una expansión exponencial post pandemia en toda la región que se mantiene hasta hoy, que tienen presencia en nueve países distintos, los Estados Unidos incluído. “Tenemos 30 empleados, y para fin de año esperamos tener muchos recursos humanos más”, contó con satisfacción.
En el caso de BIOMAKERS, Kirchuk detalló que de ser una compañía basada solo en la Argentina, hoy está también en México, Brasil, y los Estados Unidos, y que tienen más de 70 personas trabajando: científicos, informáticos, desarrolladores, management. “Es una compañía que afortunadamente creció mucho, que tiene probado su mercado”, describió Kirchuk al tiempo que contó que ahora están levantando su serie A, que es en un momento clave de crecimiento global, y se encuentran desarrollando partnerships, al mismo tiempo que tienen clientes internacionales, biofarmacéuticos de mucho renombre.
Al momento de referirse a la distribución del talento de cada emprendimiento, todos sus fundadores se refirieron a que el mayor porcentaje está localizado en Argentina, y que retenerlo se constituye como un gran desafío.
En Stämm, el 95% de sus empleados está en nuestro país. “Creemos mucho en el talento académico argentino”, expresó su CEO, al mismo tiempo que destacó que hay mucho reconocimiento internacional a la calidad de su trabajo. “Hay una posibilidad muy grande de seguir creciendo en ciencias de la vida en el ecosistema de la Argentina”, señaló con convicción.
En el caso de BIOMAKERS, donde más concentrado está es en la Argentina, “confiamos muchísimo en el talento argentino, lo conocemos de primera mano, tenemos científicos que tienen formación muy importante”, expresó Kirchuk. Luego se refirió al desafío que presenta retenerlo en la compañía, y también en el país. “Hemos desarrollado diversas estrategias para poder lograrlo”, señaló también, ya que las dificultades en el país no solo son macroeconómicas sino a su vez normativas. “Hacernos creativos para poder sostener el talento en el país, ha sido una de una de nuestras grandes fortalezas”, cerró Kirchuk, al tiempo que mencionó que ese conocimiento también puede ser exportado.
A la hora de hablar de desafíos, Sposetti mencionó la parte regulatoria en Lationoamérica en cuanto a lo que se podía hacer de cara a los pacientes, y su gran atraso respecto a los Estados Unidos y Europa. “Democratizar la información al paciente estaba vedada por la regulación de leyes que estaban quedando obsoletas”, describió.
También hizo mención al desafío de retener al talento en nuestro país. “Eso nos lleva a ser flexibles y también poder tener estos crecimientos exponenciales porque tenemos cintura para ir acomodándonos a las permanentes adversidades”, contó con la convicción y la experiencia de alguien que tuvo que ir contra lo establecido. “Si los emprendedores tienen desafíos, los emprendedores argentinos estamos en una constante montaña rusa”, ilustró risueña.
En el caso de Llamazares, él contó cómo, a su organización le tocó ver cómo maduraba el ecosistema de start ups en Buenos Aires, y cómo estas organizaciones se fueron aceptando como un vehículo de transformación social positiva, de desarrollo de valor y de tecnología. “Comunicar eso con científicos, e investigadores que no están acostumbrados a ese lenguaje, es un reto”, explicó y se refirió al “desafío humano” de construir confianza y articular esas ideas tan positivas para el ecosistema emprendedor.
A la hora de herramientas para retener el talento, Kirchuk se refirió a la flexibilidad que poseen las startups para adaptar ciertos procesos a las personas que son fundamentales para el proyecto. “Vivimos en un mundo global, todas las políticas que van en contra de eso, provoca fuga de talentos”, ilustró y contó que es una realidad que en su sector, científicos, o recursos de tecnología se van por la oferta global.
Es en este contexto que la ley de Economía del conocimiento va en sintonía, y es “apenas el inicio de muchas medidas que hay que tomar para que la retención sea real”, comentó Kirchuk, que es algo que ellos, en gran medida han podido hacer.
En esta instancia, Quiroga ahondó en cómo los emprendedores sortean los cimbronazos macroeconómicos del país para no desmotivarse. Llamazares se refirió al diseño en la cultura de la compañía y su importancia para que la persona se sienta contenida. “La forma que entendemos es reconocerlo como una variable, y acompañar a las personas en su crecimiento profesional y personal”, contó, y dio como ejemplo transmitir la importancia de decir que no o comunicarle a otra persona que algo te molesta, para contribuir a una mejor convivencia.
Sposetti hizo referencia al propósito que en su caso es ayudar a muchos pacientes, lo que “te da un plus para querer seguir todos los días”. Asimismo comentó cómo hoy muchos millennials buscan trabajar en empresas con un propósito. “Trato de comunicarlo, de contarles lo que pasó con tal paciente, y eso es fantástico; es lo que nos permite muchas veces a los argentinos seguir adelante”, sintetizó emocionada.
Kirchuk mencionó el propósito como gran motivador, y poner el foco en por qué hacen lo que hacen, a quiénes están ayudando, cómo están impactando. “Es muy importante transmitir esto dentro de la cultura de la compañía”, expresó, y agregó: “Algo fundamental para nosotros es transformar este problema que tiene la Argentina, en una oportunidad”.
Como equipo entonces, están enfocados en “estar surfeando el tsunami todo el tiempo”, lo cual a su vez se constituye como una gran oportunidad a la hora de hacerse internacionales. “En economías más estables, uno tiende a saber qué va a pasar en un mediano y largo plazo. En Argentina, eso no sucede, no sabemos lo que va a pasar en la economía mañana, y eso nos prepara y desafía día a día”, expresó. Comentó cómo esta preparación les permite desarrollarse y tener éxito ante inversores. “Como argentino tenemos esta cultura y muchos años de resiliencia y de sortear obstáculos, y eso es una gran ventaja”, señaló.
Por su parte Sposetti añadió: “los emprendedores tenemos eso de querer cambiar el mundo”. A su vez ejemplificó con el trabajo en conjunto entre “Un Ensayo para Mí” y BIOMAKERS que logró que mucha gente se entere de la importancia de participar en ensayos clínicos.
Para cerrar, Llamazares retomó la idea de la resiliencia. “Me encantaría direccionar nuestros skills en las cosas que generan más impacto”, esbozó. También reforzó la idea de su confianza en el talento argentino, y en que hay mucho conocimiento en ciencias de la vida, biomateriales, informática de vanguardia, también en el desarrollo de criptomonedas.
“El gran problema que vemos hoy, nuestro propósito, es cómo transformar nuestra relación con la naturaleza”, explicó. Además, señaló la importancia de la Biotecnología como puente entre la abundancia para la humanidad y la prosperidad para la naturaleza, y de una vía más eficiente y sustentable para producir materiales. “La máquina que estamos desarrollando, inicia en Biofarma, pero tiene su camino también en alimentos y en contaminación ambiental”, cerró. De este modo finalizó el panel de los tres emprendedores que, desde la Argentina, están dejando huella en el mundo. “Felicitaciones por tener ganas y tener emprendimientos con propósito”, agradeció Quiroga.
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