Vacaciones a medida, una tendencia que crece a la par de los cambios en las relaciones laborales
El verano dejó de representar "el parate" de la organización. Las vacaciones de los trabajadores autónomos y de los que están en relación de dependencia adquieren ahora diversos formatos en función de las realidades generacionales o familiares y, por supuesto, de los presupuestos. En todos los casos, hay más salidas y más cortas.
En las familias con chicos, donde ambos progenitores trabajan, es complejo coordinar las fechas de vacaciones de los dos empleos con las de los compromisos escolares. En estos casos, no hay otra opción que tomar el período de descanso de corrido, según explica Lucas Troli, gerente de Recursos Humanos de Puratos Argentina. Los que optan por el turismo local prefieren vacaciones con menos días corridos y, por tanto, distribuidas en el año, "porque eso permite visitar más lugares y no requieren de mucho tiempo para los traslados", señala.
"Ya no planeamos una sola salida de vacaciones por todos nuestros días disponibles. Pensamos en escapadas más cortas en una mayor cantidad de veces en el año", confirma Leonardo Agnesi, gerente general del Hotel Potrero de los Funes. En los últimos años, las estadías se han acortado en un promedio a 3 o 4 noches. "El turista está más informado, es más exigente y tiene progresivamente una mayor expectativa de su viaje", afirma.
La tendencia a hacer viajes más cortos y a aprovechar los feriados o la temporada baja se viene dando desde hace un tiempo y es, incluso, una opción a la que adhieren personas "que tienen mucha antigüedad y que podrían tomarse varias semanas seguidas de vacaciones", dice Mónica Bobrowski, directora de Capital Humano de Practia.
En una de las dos encuestas a sus empleados que hace anualmente la firma Quilmes, uno de los pedidos más fuertes fue el de contar con más días de vacaciones, dice Santos Videla, director de Gente de la cervecería y maltería. En la compañía lanzaron el año pasado la llamada Semana Quilmes: una tiempo de licencia con goce de sueldo adicional al año, "que puede combinarse con las semanas de vacaciones correspondientes por antigüedad, y que garantiza que los nuevos empleados cuenten con tres semanas disponibles desde su ingreso, para utilizar como prefieran".
"Vimos que ese pedido se sumaba a un patrón que se viene dando en los últimos años: en lugar de alargar sus vacaciones, los empleados tomaban la opción de cortar el año con descansos más cortos pero más frecuentes, que permitan hacer escapadas, aprovechar el tiempo para una mudanza, pasarlo con sus hijos o hacer otras actividades", dice Videla.
Según agrega, las personas buscan cada vez más "opciones flexibles, que les permitan integrar su vida más personal con el trabajo, sin que necesariamente eso implique irse de vacaciones por períodos prolongados".
En la empresa Despegar ofrecen la posibilidad de contabilizar las vacaciones "fraccionando" los días hábiles que corresponden según la Ley de Contrato de Trabajo. "Esto permite combinar las vacaciones con feriados y no tomarlas necesariamente de corrido, lo que significa un beneficio extra por sobre la legislación", explican en la firma. Además, existen los cinco días Despegar (adicionales al tiempo de descanso dispuesto por ley). Cuenta Sebastián Mackinnon, gerente general de Despegar de la Argentina y Uruguay, que un elemento muy valorado, no solo por los empleados sino también por sus familiares y amigos, es una plataforma que permite acceder a pasajes y alojamientos al costo.
Ocio generacional
La modalidad de las vacaciones cada vez está más ligada a la cultura de la empresa y a las diferencias generalizaciones, aporta Gabriel Pereyra, especialista en temas de capital humano e innovación. "Algunos ejecutivos, temerosos o adictos al trabajo tomarán breves períodos, excusándose en que está mal visto desaparecer por un par de semanas, aunque muchas veces es la incapacidad que tiene de ceder el control de la escena, o el miedo a perderse de algo importante", dice Pereyra.
Eso se ve claramente en los lugares de vacaciones. "Es interesante ver el choque generacional: los mayores, híper conectados y pendientes todo el tiempo del móvil y su laptop y los jóvenes, miembros de su propio equipo, disfrutando del placer de la desconexión total", dice. De todos modos, advierte: "El ritmo de conexión diaria es tan fuerte que la total desconexión a veces no es muy buena, sobre todo por el impacto de estrés que se produce al volver a conectarse y zambullirse en la vorágine diaria".
Las modalidades culturales de cada región influyen. En el agosto español prácticamente todo el mundo para de trabajar especialmente entre la segunda y la tercera semana del mes. "Es mejor irnos todos juntos, así no nos molestamos entre nosotros", describe Pereyra. En nuestra región podemos ver algo parecido en el Febrero de Chile y Brasil.
El tiempo libre es libre
"En la compañía SAP hay flexibilidad para poder gestionar el propio descanso; lo más importante es poder planearlo y consensuarlo con el líder y con el equipo de trabajo, para asegurar que los proyectos avancen de acuerdo con los compromisos y con las necesidades de nuestros clientes", señala Constanza Quiñones, directora de Recursos Humanos de esa compañía.
Aquellos colaboradores que pertenecen a la generación X o a alguna anterior no suelen tomarse más de dos semanas seguidas, mientras que los más jóvenes dosifican el descanso a lo largo de todo el año, por ejemplo, tomándose un día para atender actividades familiares o recreativas puntuales.
Más allá de las vacaciones "oficiales", los profesionales del área de recursos humanos y los líderes de negocios se enfrentan con un nuevo desafío: los aventureros prolongados. "Cada vez es más común que un colaborador nos diga que quiere viajar por Europa por algunos meses. Australia y Nueva Zelanda son dos destinos muy buscados y de fácil acceso migratorio", aporta Troli.
Una tendencia también presente por estos tiempos es que, cada vez más, las empresas tratan de que las vacaciones de sus colaboradores sirvan para descansar y no para utilizar tiempo en más tareas, aun las que sean cuestiones personales. En Practia cuentan con días extras para distintas ocasiones. Dan dos días personales al año, tres días adicionales a lo legal por paternidad, 20 días de examen al año en lugar de 10, y 5 días de licencia por enfermedad de hijo, por citar algunos ejemplos.
Despegar ofrece días hábiles, que se pueden tomar de manera fragmentada o de corrido en cualquier momento del año, en línea con la política de trabajo flexible. Y, además, se dan ocho días hábiles extra, específicos para trámites. Todo se suma a los Flex Friday, con jornadas más cortas entre enero y marzo.