Empezó en un Club Med y creó una exitosa empresa de eventos de lujo
Rafael Muro es el creador de BAM Experience, que el año pasado facturó $2.000 millones; trabaja con marcas como Dior, Kenzo y Givenchy
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Rafael Muro pasó de animar grupos infantiles en un Club Med en Brasil, donde se quedó después de una semana de vacaciones para trabajar gratis –él dice que ahí sumó experiencias que equivalen a un doctorado-, a coordinar eventos de marcas de lujo como Dior, Kenzo y Givenchy. En el medio, trabajó en Coconor, el parque de piletas que fue furor en los 90s y una de las salidas preferidas de Diego Maradona.
BAM Experience, la empresa de Muro, facturó $2.000 millones el año pasado, de la mano de una expansión regional que empezó, paradójicamente para su sector, en la pandemia de Covid-19. En una entrevista con LA NACION, comenta cómo llegó a trabajar con marcas de lujo, brinda consejos para organizar un evento y revela qué es lo que hay que hacer cuando algo sale mal.
-¿Cómo entraste a trabajar en Club Med?
-Mirá, yo en realidad soy un intuitivo. No estudié ni Administración de Empresas ni ninguna carrera formal. Vengo de una familia donde todos mis hermanos tienen doctorados en Estados Unidos, pero yo en vez de seguir estudiando me fui a los 21 años a un Club Med. Había hecho Educación Física y me fui de vacaciones una semana a Rio das Pedras [Brasil], y pedí quedarme un poco más, laburando gratis.
-¿Y cómo terminó esa experiencia?
-Me quedé cuatro meses. Estaba lleno de argentinos y yo laburaba con los chicos, hice mucha experiencia. Cuando terminó la temporada, me volví e hice cursos de tango, de aeróbica y de todo lo que necesitaba para trabajar bien. Volví al año siguiente y me dijeron ‘bueno, como sos uno de los mejores te vamos a mandar a laburar a Europa’. Y ahí fui a París, me hicieron un contrato allá. Y aparte viajé a Bahamas, a Israel, trabajé en Marruecos y en Punta Cana. Y en Punta Cana conocí a los dueños de Coconor, que me pidieron manejar el área de entretenimiento de Coconor.
-¿En Coconor hacías algo parecido a Club Med?
-Todos soñaban con tener su Club Med argentino en esa época, y yo fui el encargado de transformar Coconor en una especie de Club Med. Armamos actividades deportivas, de entretenimiento. Y en ese momento, una empresa que organizaba eventos me pidió si podía hacer un show de ese estilo también. Ahí arranqué a organizar eventos.
-¿Cuál fue el primer evento que hiciste?
-Alguien había visto una kermés que había armado en Coconor, y me pidieron armar una. Esto fue hace como 28 años. La campaña se llamaba Dolce Vita, de Dior y la persona que me contrató en ese momento para trabajar en Dior ahora es la número uno de la empresa para toda la región. A partir de ahí empecé a trabajar con las marcas.
-¿Qué es lo que te atrajo de ese mundo?
-Siempre me gustó el lujo, me gustó el detalle. Empecé a hacer este contacto primero con el grupo que hacía los lanzamientos de Dior, de Kenzo, de Givenchy. Hice el lanzamiento de Guerlain en la Argentina, el lanzamiento de Loewe. Eran los 90, venían muchas marcas al país.
-Armaste eventos corporativos, del sector de lujo y en un lugar como Coconor. Con este amplio espectro en mente, ¿cuáles serían las claves para organizar un buen evento?
-Nosotros tenemos tres pilares que para mí son fundamentales. Uno obviamente es la experiencia, es haber hecho mil eventos. Te da un conocimiento muy importante. Después, nosotros hacemos las cosas de una manera muy artesanal, en el sentido de que tenemos un contacto muy directo, de ida y vuelta, con el cliente. Queremos que se sienta que le estamos realmente cuidando la espalda y que nos importa su evento, porque te dan mucho poder y tienen que poder confiar en vos. Y además se juega la creatividad, que sigue siendo el núcleo de la actividad. Porque la gente quiere decir “wow”, quiere emocionarse. A mí me pasa que me dicen “¿te acordás de la fiesta que hicimos?” y el tipo no se acuerda del tamaño de la pantalla, se acuerda que se emocionó con algo o que se sorprendió con algo.
-¿Pensás que la tecnología está cambiando el mundo de la organización de eventos?
-Yo creo mucho en la tecnología y creo en todo lo que viene, hay que usarlo, pero estoy seguro que no nos van a reemplazar. Porque esto de la emocionalidad y la creatividad es muy sutil, todavía hace falta el humano. Yo soy cero tecnológico, pero mi mayor expansión fue en la pandemia, con los eventos virtuales.
-¿De qué manera se dio?
-Empezamos a hacer eventos virtuales porque era lo único que podíamos hacer. Me di cuenta que podía estar haciendo eventos para cualquier país del mundo desde la Argentina. Estaba todo cerrado y me llamó una clienta social y me dijo que quería repartir unos chocolates para celebrar su cumpleaños, y le dije, mirá, ¿por qué en vez de repartir chocolates no hacemos una fiesta virtual, que cada uno abra su mesa, le mandamos el menú de comida… La gente necesitaba tanto eso… y con el video que filmamos de ese evento se lo llevamos a Paco Rabanne y así lanzamos su primer evento virtual de One Million, que hicimos con un juego de cartas. Ese evento se viralizó en toda la región y empezamos a trabajar para afuera, armamos un estudio para transmitir para toda Latinoamérica, y cuando terminó la pandemia nosotros habíamos crecido.
-¿Qué pasa cuando algo sale mal en un evento? ¿Cómo lo encarás?
-Yo siempre, ahí, creo que es importante improvisar. Hay que aprenderse la letra de memoria y saber todo lo que hay que saber, todos los detalles, y después poder improvisar. Y uno aprende de los errores. Si ves que una empresa te pone siempre en el recibo como primer ítem un generador, es que se le cortó la luz, fija. Todo hemos tenido situaciones donde se corta la luz, y a veces es un minuto, dos minutos, y a veces no prende ni el generador de backup. Un evento que hicimos se cortó la luz y justo tenía que tocar una banda, la cantante era espectacular, y me acuerdo que le dije, cantá a capela, y terminó cantando todo el mundo con ella, y cuando volvió la luz, todo fluyó y fue espectacular. A veces, de algo malo, si lo manejás bien, surge algo mejor. Porque si lo usás bien, el error también te da ese elemento inesperado, te da la sorpresa de la que hablábamos antes. Incluso, con esto en mente, a veces nosotros armamos cosas que salen mal a propósito, errores pensados, calculados, que después resolvemos de alguna manera en el transcurso del evento, y también funciona.
-¿Cómo ves al sector en este contexto económico?
-Creo que el postpandemia fue muy positivo, porque la gente tenía ganas de hacer cosas. Tanto los eventos sociales como los corporativos crecieron. Ahora, nosotros en este principio de año estamos bien de trabajo, pero estamos todos algo complicados. O sea, tal vez mi empresa, con esto de que estamos regionalizados, estamos un poco mejor, pero obviamente que si la recesión sigue va a ser difícil. Porque las empresas, si no facturan, lo primero que cortan son los eventos.
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