El teatro de la innovación
Se sube el telón y ahí están apiladas: hackatones, Innovation Days, carteles de neón con cohetes y lamparitas encendidas, tecnologías disruptivas y videos con robots dándole la mano a un oficinista. El mandato es que el que no innova no sobrevive, entonces, aunque sea por dudas, le metemos innovación a todo. Sin embargo, cuando la iniciativa es solo cáscara, se diluye rápido causando descreimiento y desconfianza del real valor de tener a la innovación como modo de hacer las cosas. Innovar, pensado como introducir novedad útil y mejora continua, no se ‘coloca’ como un filtro de Instagram que embellece y transforma una realidad con un clic, eso es otra cosa: es el teatro de la innovación.
El término fue acuñado por el emprendedor californiano Steve Blank. "Cuando los equipos están trabajando en la innovación, se enfrentan a muchas incertidumbres, porque las ideas innovadoras están llenas de incógnitas. La mejor forma de trabajar a la innovación es dedicar tiempo a investigar en lugar de ejecutar. Lo que pasa es que se focaliza en buscar grandes modelos de negocio, en vez de perseguir una mejora real. Las competencias de ideas pueden ser un problema porque tratan a la innovación como si fuera solo un desafío de ejecución".
Su explicación me hizo acordar una conversación que tuve hace unos años, con Emiliano Kargieman, fundador de Satellogic. Le consultaba cómo gestionaban la innovación de una empresa que imagina y crea nanosatélites y su respuesta fue clara: "nosotros no hablamos de innovación, ni tenemos un departamento de innovación o una metodología innovadora. Todo lo que hacemos por la naturaleza de nuestro trabajo es nuevo y con los últimos avances tecnológicos disponibles". Cuando el ADN está impregnado de novedad, utilidad y mejora continua, no se precisan etiquetas.
"En el teatro de la innovación hacemos como que estamos innovando. Todos queremos innovación, pero no queremos el esfuerzo de innovar. La innovación real no es elegante ni prolija. Hay que embarrarse, incomodarse, buscar activamente la diversidad y poner en jaque los prejuicios. Es una estrategia de transformación organizacional profunda basada en una fuerte convicción y una búsqueda incansable de nuevas maneras de impactar en las personas", dice Cecilia del Valle es Chief Innovation Officer en PDA International, Consultora en Gestión del Talento y Profesora Universitaria. Su trabajo es acelerar la transformación de las organizaciones a través del diseño de culturas y sistemas de aprendizaje ágiles, innovadores y empáticos.
Para del valle, contra la pantomima de la innovación el foco debe estar en la cultura organizacional y un mindset que promuevan la experimentación, la improvisación controlada, los momentos vacíos y que se oriente hacia afuera, donde están las personas a las que les tenemos que resolver problemas. "Si una organización se declara innovadora y no puede contar sus "fracasos", existe la posibilidad de que aún esté en la zona de actuación", dice.
Guillermina Argerich, Directora General de Innovación de la Secretaría de Innovación y Transformación Digital del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cree que el teatro de la innovación ocurre cuando hay un proceso de innovación rígido que no es replicable. "Los procesos son herramientas que dan seguridad, pero si todo cambia todo el tiempo, el proceso rígido termina siendo una piedra en el zapato. La innovación es un trabajo artesanal, no existen las recetas de copy-paste", opina.
Para Argerich cuando no hay impulso real del equipo y/o proyecto por parte de quienes toman las decisiones, cuando el foco está más puesto en lo que se va a comunicar que en lo que efectivamente se busca resolver, (que en el caso de la ciudad es generar un verdadero impacto en el día a día de las personas).
"En un mundo incierto no hay experto que valga, es importante la inteligencia colaborativa, la cocreación. Tiene que haber incentivos para hacer las cosas de una manera distinta y los incentivos de los distintos equipos tienen que estar alineados a la estrategia de innovación", dice Argerich y cuenta cómo trabaja la innovación.
"Procuramos generar un diálogo entre lo que hubo y lo que viene, si querés cambiar todo, no cambia nada. Dedicamos tanto o más tiempo a entender los problemas que a pensar soluciones, desarrollamos comunidades de aprendizaje, donde se impulse la honestidad y vulnerabilidad y trabajamos con agentes de cambio que impulsen la innovación y generen capilaridad".
Contra la cosmética de la innovación una pregunta guía todo: ¿Qué problema real voy a resolver?.
Otras noticias de Qué pasa en los negocios
- 1
Hiperconectividad: el trabajo híbrido dispara el “estrés tecnológico”
- 2
Lucy Kueng: “La innovación necesita audacia y pensamiento de segunda orden”
- 3
De Apple a Starbucks: los sueños de las empresas occidentales en China se están desvaneciendo
- 4
Don Draper en problemas: la inteligencia artificial golpea las puertas de la publicidad