El plan de Chandon para llevar los espumantes argentinos al mundo
En una entrevista exclusiva, la presidenta de la bodega francesa, adelantó los planes para multiplicar por cuatro las ventas locales para 2022, con el foco puesto en Europa y EE.UU.
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Acaso sería posible sorprender al paladar francés con un espumante? ¿Se podría llegar a ellos con un producto innovador, justo donde las burbujas nacieron? Tras un proceso de más de cinco años de investigación, con la perseverancia de quien incluye en una receta ingredientes que están en su momento de máximo esplendor, Chandon Argentina encontró el modo de darle una evolución a los espumantes, combinando los mejores chardonnay, pinot noir y semillón de altura de Mendoza, conjugado con un macerado natural (cultivadas en Chajarí, Entre Ríos) y artesanal de naranjas y especias que le dan un toque amargo.
Es el primer espumoso bitter del mercado. En la Argentina ya está disponible desde hace dos años, y se lo conoce como Apéritif, pero esta primavera llegó a Europa con el nombre de Garden Spritz. Este logro no solo tiene el condimento de estar desarrollado por el equipo enológico de Chandon Argentina -que incluye a Ana Paula Bartolucci, que con tan solo 30 años es la primera mujer en formar parte del equipo de enología de Chandon Argentina, liderado por el Chef de Cave Diego Ribbert, y la voz enológica del producto en el mercado externo-, sino que un punto importante fue el impulso que le dio Sibylle Scherer, presidenta de la Maison Chandon, la marca de espumantes, nacida en Argentina, que forma parte de Moët Hennessy, la división de vinos y destilados del Grupo LVMH (Moët Hennessy – Louis Vuitton). Scherer pudo testear el espumante a los pies de la Cordillera de los Andes, antes de la pandemia, y enseguida alentó a sus hacedores a dejar de hacer pruebas. “Esto que tienen ya es perfecto”, les dijo.
Ahora, ya en París, con un contexto mundial completamente diferente a aquel de cuando saboreó por primera vez el Garden Spritz, Scherer le adelantó a LA NACION que esta innovación reconfirma el valor que tiene la bodega de Chandon en la Argentina y cómo un producto como este es valorado para seguir invirtiendo en el país. Como dato para comprender la importancia del Apéritf, basta con decir que este año se duplicaron las exportaciones de Chandon Argentina en 2020, este año se triplicarán y se multiplicarán por cuatro para 2022, según estimaciones de la compañía.
-¿Qué significa para la Maison Chandon este nuevo producto?
-Primero es importante decir que Chandon como marca no era conocida en Europa, y con Garden Spritz estamos desembarcando en numerosos mercados: Suiza, Austria, Alemania, Bélgica, Holanda. Y en todos ellos con muy buenos resultados. Nuestra empresa tiene seis bodegas, y la Argentina es la primera (las otras están en Brasil, Estados Unidos, China, India y Australia). Tenemos una historia importante con su país, porque hacia allá fue Robert-Jean de Vogüé, nuestro fundador, viajó a Mendoza y se enamoró del terroir. Hoy ese espíritu emprendedor vuelve a nosotros gracias al gran trabajo que hizo el equipo en la Argentina. Es un momento significativo para nosotros, aprendemos mucho de ustedes y, por supuesto, estamos orgullosos de que la innovación llegue desde allá.
-Es un producto enteramente argentino, ¿cómo logran comunicar esto?
-Acá en París disfrutamos cada presentación. Estamos haciendo encuentros en el roof top donde periodistas, clientes e influencers hacen la degustación, y quedan completamente sorprendidos. A todos ellos les contamos cómo nace este espumante, que viene de la Argentina, que sus sabores representan al país, donde el bitter es muy amado. Primero les hacemos probar el licor de naranjas maceradas en especias, y les contamos la historia de cómo Ana Paula Bartolucci, enóloga de Chandon Argentina, nos transmitió la pasión puesta en este producto, que tiene mucho de su herencia familiar, de sus abuelos haciendo lemon y narancello en su cocina. Todos quedan deslumbrados, y hasta nos preguntan si vendemos el licor –asegura sonriendo–. También les damos un press kit con información y fotos de la Argentina.
-Más de cinco años de investigación fueron necesarios para llegar a este espumante. ¿En qué lo siente reflejado?
-Nuestro fundador fue un pionero, y ese espíritu está en Garden Spritz. Nos alegra que esto siga vigente y que lo veamos reflejado en una joven enóloga. Además, tiene el mejor vino base, que ganó como mejor espumante en Champagne & Sparkling Wine World Championships (Cswwc). Y las mejores naranjas, que son cultivadas sin uso de pesticidas en una finca en Chajarí, Entre Ríos. Usamos la variedad valencia, y que sean orgánicas es un sello distintivo. Todo el Garden Spritz lo es. Esto hace que quien lo prueba se sorprenda, por su sabor, por su historia y por ser completamente natural. En el producto se percibe la curiosidad de todo el equipo, las historias de las familias argentinas de sus hacedores. Solo para elegir las naranjas se hicieron más de 64 testeos.
-Entiendo que la demanda ha sobrepasado sus expectativas, ¿cómo manejarán esto si la producción es orgánica?
-Sí, esto está sucediendo. Imagina cómo esto está impactando en Chandon Argentina, que ya duplicó sus exportaciones. Pero tenemos en claro que el fuerte de Grande Spritz es su modo de producirse, por eso preferimos no vender a traicionar esto. Es un compromiso que asumimos, y así lo comunicamos.
-¿Qué especias intervienen en la maceración?
-Puedo darte algunas pistas (sonríe Sibylle, porque, claro está, no las dirá todas). Tenemos cardamomo, pimienta, cuasia, canela y anís, entre otras. Pero un punto esencial está en cómo se usan las naranjas. Cada fruta es pelada a mano, con sumo cuidado para que no quede pellejo blanco en las cáscaras. De esas pieles obtenidas, un cuarto se colocan frescas como en alcohol de uva para macerarlas. El resto son secadas lentamente para después macerarlas por separado. ¿Qué nos destaca en Chandon? Lo que mejor sabemos hacer es el assemblage, por eso utilizamos la maceración por separado. Y, como ya dijimos, todo es natural: sin colorantes, ni aromatizantes o saborizantes. Además, tiene la mitad de azúcar que un spritz tradicional. Todo el producto está desarrollado desde nuestra ecorresponsabilidad. Es por eso que nos planteamos, por ejemplo, qué hacíamos con el resto de las naranjas que no usábamos. Entonces, las exprimimos y el jugo obtenido lo donamos a 21 escuelas que están en los alrededores de la bodega, y los restos (pellejos y pulpa) lo usamos para compostarlos en los viñedos. Todo vuelve a la madre naturaleza. Estamos tan orgullosos del producto que en un momento pensamos en usar una botella de vidrio transparente, para que todos pudieran apreciar su color, pero nos definimos por el verde tradicional para proteger su interior, que es lo que nos importa. Incluso, siguiendo con la sustentabilidad, esta botella es de las más livianas que hay en el mercado y la etiqueta se hace con papel reciclado.
-En las etiquetas hubo un cambio a nivel mundial en la marca. ¿Por qué se dio esto ahora?
-Después de 60 años queríamos modernizarnos, y por eso hoy ven Chandon en vertical en las botellas. Hasta acá veníamos teniendo diferentes etiquetas para cada mercado, ahora son iguales, pero con detalles para dejar en claro, por ejemplo, el origen del producto. Así, a la derecha de la marca escribimos de qué bodega proviene, y esto le da consistencia a los seis lugares de origen. Creemos que con Chandon se puede viajar a través de una copa.
-¿La pandemia impactó en el mercado de los espumantes?
-Claramente hubo espacios que disminuyeron, como bares y restaurantes. Pero en algunos mercados, como en California y Australia, el consumo subió y fue positivo para nosotros. Hubo más consumo en las casas, y se notó una tendencia a querer comprar productos de mayor calidad. En la Argentina, el consumo en general de la categoría cayó un 15% en comparación con 2019, pero nosotros no tuvimos ese descenso. En este sentido, tuvimos una buena performance con el Chandon Rosé y el formato de botella pequeño, de 187 ml. ayudó a sostener. En Europa las terrazas de los bares y restaurantes ya están abiertas, por eso empezamos a ver un repunte, incluso en el ánimo de las personas. Creemos que Garden Spritz llegó en el momento justo, y esto está colaborando en su éxito.
-¿Garden Spritz sale a competir con el champagne?
-Es un producto que atrae a nuevos consumidores, pero también a los que venían de sabores más tradicionales. Los que ya tomaban espumantes descubren el bitter, la historia de la marca, que muchos no la conocían. Y los que venían de tomar spritz, se encuentran con un amargor que los cautiva. Acá la botella pequeña es clave y nos da buenos resultados. Es una medida ideal para probar, y para nosotros, de reclutar nuevos consumidores. Lo vemos en los bares y restaurantes. En mesas grupales, si uno de los comensales pide un Garden Spritz, luego otros le piden probar y sabemos que ese formato pequeño se traduce en pedidos de varias botellas grandes.
-¿Cuáles son los planes para la Argentina?
-Sin dudas estamos haciendo inversiones en el país, y creemos que esta es una oportunidad maravillosa para ustedes. Hasta acá vienen siendo sumamente conocidos por su malbec, pero esta es una manera de diversificar, de expandirse. Hay planes muy interesantes, y nos alegra mucho que puedan llegar con sus burbujas a seducir a los paladares franceses, a los europeos. Imaginen que es un espumante que está completamente producido en sus tierras y llega a mercados en los que tenemos bodegas propias, pero creemos que es un producto tan bueno y único que merece ser probado en su versión de origen. Garden Spritz trae innovación. Abre mercados. Y desde que inició la pandemia aprendimos que la innovación es lo que atrae el consumo, porque fueron nuestros productos más creativos los que sostuvieron el consumo. Por eso seguiremos invirtiendo en el país, así como lo hicimos en 2020 para renovar toda la impresión de etiquetas, un logro que se forjó entre aperturas y cierres de fronteras.
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