El mundial de los que emprenden sin fronteras
MÓNACO.- Rubens Menin Teixera da Souza es brasileño, tiene 64 años y lleva casi cuatro décadas al frente de MRV Engenharia e Participaçoes, la empresa constructora que fundó en Brasil para que las personas de bajos recursos pudieran acceder a una vivienda. Hoy, una de cada 200 personas de 150 ciudades brasileñas vive en una de sus propiedades. Esta destacada trayectoria, tanto a nivel social como económico, tuvo su coronación hace diez días cuando EY lo premió, en Mónaco, con el World Entrepreneur of the Year, el máximo galardón a nivel internacional que premia el emprendedorismo.
"Construí mi empresa para ayudar a los brasileños en la realización del sueño de adquisición de la casa propia, además del deseo de ayudar en la construcción de una nación más justa e inclusiva. El poder de un emprendedor está en el poder de cambiar el mundo", señala.
La actitud de Rubens Menin pareciera ser la misma que guía a los 56 emprendedores de 46 países que se dieron cita hace unos días en esta ciudad de la costa azul para asistir a lo que se conoce como el mundial del emprendedorismo, uno de los encuentros más importantes para el sector. El año pasado, el premio fue para el canadiense Murad Al-Katib, un hijo de inmigrantes turcos que creó una multinacional que exporta lentejas y que trabaja, además, con el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas. La Argentina se unió en 2011 y este año estuvo representada por Hernán Kazah y Nicolás Szekasy, de Kaszek Ventures, el fondo de inversión en proyectos digitales más grande de América Latina.
Smart cities, la industria del transporte, empresas familiares, la importancia de las nuevas tecnologías, la sustentabilidad y la conciencia social fueron algunos de los temas que formaron parte de la agenda en estos intensos cuatro días, sobre la costa azul del Mediterráneo, entre autos eléctricos ultramodernos, Bugattis, y donde el lujo y la elegancia mandan.
Emprendedores del sector de la ingeniería, fabricantes de colchones, tratamientos para mujeres con cáncer de mama y empresas low cost. Todos aquellos que hayan logrado, detrás de una gran idea, montar empresas que llegan a tener una facturación millonaria están acá, en este pequeño principado de apenas dos kilómetros, 38.000 habitantes de más de 100 países, y donde el metro cuadrado de una propiedad frente al mar tiene una base de 60.000 dólares.
Elle MacPherson, la reina de las modelos en los años 90, ahora al frente de una empresa de suplementos deportivos, se cruza con el CEO de Moncler, la marca italiana que inventó la campera liviana, y con el sueño de Humberto Enrique Rodríguez, un empresario colombiano que busca lograr el mayor porcentaje de reciclaje para la basura de su país.
A medida que pasan las horas y se acerca la gala final en la Salle des Etoiles, cuando ya todos los concursantes expusieron sus ideas frente a la prensa internacional, tuvieron espacio para el networking y hasta para un encuentro y una foto final con el príncipe Alberto de Mónaco, se revela el nombre del ganador.
Luego de haber obtenido el premio al emprendedor del año en cada uno de sus países, los concursantes se enfrentan durante media hora a un jurado internacional que evalúa seis aspectos: el espíritu emprendedor, el valor creativo, la dirección estratégica, el impacto nacional y global, la innovación y un liderazgo íntegro.
Para Eduardo Coduri, CEO de EY Argentina, "el éxito de un emprendedor depende de llevar adelante su sueño. Ellos sueñan un proyecto y son capaces de hacerlo realidad, con los inconvenientes que eso tiene. Yo no conozco ninguno que en su primer sueño haya sido exitoso, pero se levantan, se reinventan y terminan consiguiendo lo que desean".
Sobre un espectacular escenario y con el Mediterráneo de fondo, al momento de la premiación, Rubens Menin destacó la importancia de transmitir pasión y liderazgo. "Hay que buscar siempre el cambio. No hay que ir detrás de la plata, sino de la innovación", dijo. Es la primera vez que el premio queda en América Latina, y para los concursantes de la región fue un gran éxito compartido.