El futuro del trabajo. Cuatro razones por las que no van a funcionar las oficinas híbridas
La proximidad física sigue siendo un factor fundamental a la hora de desarrollar la innovación y el espíritu de equipo
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En una pandemia global como el Covid-19, muchos parecen haber olvidado que las personas se necesitan entre ellos. Sin pensarlo dos veces, muchas compañías corrieron a implementar políticas de trabajo remoto como si los empleados fueran poco más que robots que no necesitan de la interacción humana de una oficina.
Contrariamente a lo que sostienen estas políticas resueltas en apenas unos segundos, los famosos estudios conocidos como Westgate, realizados en el MIT por los psicólogos sociales Festinger, Schachter y Back, demostraron que la proximidad física influye mucho en la probabilidad de que se establezca una relación más estrecha entre dos personas.
El profesor de management Thomas J. Allen aplicó más tarde este concepto a empleados cuando creó la curva Allen, que demuestra que al incrementarse la distancia entre ingenieros en una oficina, la comunicación cae exponencialmente, y desaparece casi por completo más allá de una distancia de apenas 50 metros.
A continuación, algunos consejos para los líderes que valoran la velocidad, la innovación y la confianza a la hora de planificar cómo será el regreso a la oficina.
1. La proximidad promueve la innovación
Un estudio titulado “La distancia importa: espacio físico e impacto social” se propuso medir el efecto que han tenido los avances en la tecnología de la comunicación sobre el poder de la propincuidad en la influencia social. El estudio concluye: “Hemos presentado evidencias de tres muestras divergentes de que la relación empírica entre distancia e influencia social, documentada por primera vez hace 50 años, aún se mantiene pese a los llamativos cambios en la tecnología de la comunicación”. El científico conductista Jon Levy agregó este año: “Aún en la era de Slack, el correo electrónico y Zoom, sigue siendo cierto que lo que no se ve no está en la mente”.
La innovación a menudo se da cuando uno escucha a sus colegas hablar sobre distintas cuestiones, en charlas rápidas camino del ascensor o en conversaciones antes y después de reuniones. Estas conversaciones presenciales en tiempo real ayudan a que fluya la creatividad, y terminan siendo ingredientes esenciales del éxito, especialmente para startups ambiciosas.
2. Estar juntos es energizante
Todo el mundo siente la importancia de las relaciones humanas y la comunidad. Como consultora de management Meg Wheatley observó una vez que “no hay poder más grande para el cambio que una comunidad que descubre qué cosas le importan”. Desde hace mucho la humanidad busca el contacto estrecho en todos los aspectos de la vida, desde los vecindarios pasando por los clubes sociales y las asociaciones de padres hasta los grupos religiosos. La propia intuición natural dice que hay algo que relaciona más en una interacción presencial que si es digital.
Una cosa es ver un partido y otra experiencia totalmente diferente es ir al estadio a alentar con los demás hinchas. Una cosa es desarrollar una amistad online y otra construir la relación en persona, cara a cara. Basta mirar una vez Facebook para entender que la gente habla entre sí de manera muy diferente (y se maneja con supuestos muy diferentes) de lo que sucede en la interacción personal presencial.
A lo largo de la historia humana se han logrado grandes cosas al unirse individuos en torno a una visión común, desde iniciativas del Estado como la carrera espacial de la NASA por llevar un hombre a la Luna, hasta emprendimientos privados como la construcción de Amazon, una compañía que cambió la economía global.
Todos los proyectos más ambiciosos de la historia humana fueron impulsados por un equipo trabajando en estrecha proximidad construyendo y colaborando hacia una meta audaz.
3. La proximidad puede alimentar la productividad
El debate que rodea la discusión sobre trabajo remoto vs. en la oficina se ha centrado en la productividad de los trabajadores. Los partidarios del trabajo remoto describen períodos de intensa concentración y trabajo en profundidad que contribuyen a la productividad. Por su parte, los defensores de la oficina citan estudios que muestran que los empleados que trabajan en forma remota lo hacen en horarios más extensos debido a una productividad mucho menos eficiente durante el día.
En los hechos, la productividad no es relevante para el debate. La productividad tiene más que ver con contratar grandes trabajadores que con el ambiente en el que trabajan. Los empleadores deben confiar lo suficiente en sus empleados como para que la productividad no sea una cuestión en discusión.
4. La comunidad es un efecto de red.
Estar en una oficina y trabajar juntos esencialmente demuestra un principio de efectos de red. Los efectos de red se dan cuando algo se vuelve más valioso (a menudo exponencialmente) al incrementarse el uso. Esto es por cierto valedero para las comunidades y los equipos.
Como hemos explorado aquí, todos se benefician de la interacción presencial física. Pero si una compañía simplemente provee una oficina y solo unos pocos individuos aparecen, entonces esos efectos de red exponenciales no pueden efectivizarse. La oficina simplemente se convierte en un lugar solitario para trabajar, que no es mejor que la oficina en casa.
El verdadero florecimiento humano y de los empleados ocurre cuando se crean las condiciones de la cultura para establecer una comunidad física fuerte, donde nadie es excluido. En 2021 se necesita menos interacción digital y más interacción humana. Y eso solo se logra cuando se construye una cultura en la oficina.
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