El boom de la cosmética. Los nuevos negocios que afinan la mirada
Los salones especializados en tratamientos para cejas y pestañas ganan terreno, a la vez que crece el abanico de productos para este nicho de mercado
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La estética de la mirada marca tendencia. Más de 60 personas pueden pasar por día por cualquiera de los tantos salones que abrieron sus puertas en la Ciudad de Buenos Aires especializados en tratamientos para cejas y pestañas.
Lifting y tinte de pestañas, a la vez que perfilado y laminado de cejas son solo algunas de las opciones que se encuentran bajo el paraguas de styling. Según la alternativa elegida, los clientes pueden permanecer de 10 minutos a una hora en estos stores.
Un bienio de pandemia fue más que suficiente para que este negocio se terminara de consolidar. El mismo tuvo su punto de arranque en la Argentina hace alrededor de siete años y desde entonces no paró de crecer, aunque fue a partir de 2020 que despuntó. Ante el uso obligatorio del barbijo, que ocultaba la mitad del rostro, y el auge de las videollamadas, la mirada se convirtió en protagonista.
Tanto a nivel local como mundial, la industria de la belleza se está disparando. De acuerdo con el informe Ingresos del mercado mundial de cosméticos 2013-2026 publicado por la firma de investigación de mercado Statista, en 2021, los ingresos generados por la industria cosmética mundial ascendieron a aproximadamente US$70.740 millones, lo que supuso un incremento de más de US$8300 millones con respecto al año anterior, y se estima que este mercado supere los US$131.000 millones en 2026.
“El retail de la cosmética y el cuidado personal avanza con múltiples micro nichos. Primero surgieron los nail bars, como una especie de spin-off de las peluquerías, especializados en esmaltado uñas. Ahora los salones de diseño de cejas y belleza de pestañas son el nuevo boom”, precisa Cristina Kroll, directora del sitio especializado Pharmabiz.
Una de las primeras marcas que trazó el camino en la Argentina fue Guzel. Rita Brandao Neves, de origen portugués, llegó al país en 2011, luego de vivir en Nueva York y en Londres, entre otras ciudades. Y al no encontrar ningún local dedicado a threading, una técnica milenaria oriunda de Medio Oriente también conocida como depilación con hilo, se especializó en ella. Junto a su cuñada, Carola Bilinkis, abrió la primera tienda en 2016 e instaló el concepto de brow bar: lugar dedicado exclusivamente al cuidado de las cejas y las pestañas. Actualmente, cuentan con un equipo conformado por más de 40 personas y 11 sucursales: 10 administradas personalmente en la Capital Federal y en el partido bonaerense de San Isidro, además de una franquicia en la provincia de Tucumán.
“En la búsqueda de una marca con la que nos identificáramos para trabajar, nos contactamos con Refectocil, la que cuenta con una trayectoria de más de 30 años”, señala Rita. Y en esa línea, anticipa el anuncio oficial de la representación exclusiva de la marca en el país y la apertura de una academia. “Uno de los puntos más importantes es la capacitación, a fin de que las personas utilicen correctamente los productos”, indica. Y precisa que, al diseñar el plan de negocios, tres años atrás, descubrió que uno de los productos de belleza más vendidos eran los relativos a lifting de pestañas.
Solocejas es otro de los nombres que se destaca en el sector. Se trata de una cadena dedicada a la producción de miradas, que cuenta con más de 200 sucursales en Brasil y se expande también en Argentina a partir de un modelo de franquicias. En 2016, Ludmila Chaves Gomes viajó desde Brasil de vacaciones a Buenos Aires y consideró que era “un mercado virgen para explorar”. Un año después, cortó las cintas a la primera tienda y hoy ya tiene 21, lo que incluye el formato de góndolas en centros comerciales para servicios exprés.
“Es una tendencia mundial y la Argentina no podía quedarse fuera. Atendemos a muchas mujeres que nunca se habían realizado un tratamiento en las cejas y, luego de probarlo, se convierten en clientes fieles de la marca”, señala Ludmila. Resalta además la posibilidad que el esquema de negocio ofrece para la independencia económica, en tanto requiere una baja inversión y promete un rápido recupero. En paralelo, Solocejas Argentina apostó por una línea exclusiva de artículos, que abarca lápices para cejas, sérum y máscara para pestañas.
Nicho de oportunidades
“Es fundamental que los profesionales y los clientes finales se concienticen en la utilización de elementos que cuiden la salud del ojo, de la pestaña y de la ceja natural. El mercado crece y muchos productos no tienen la aprobación de la Anmat”. Así lo precisa Matías Schoj, quien junto a Solange Madariaga es propietario de la empresa Solma y en 2017 tomó la representación de la etiqueta coreana Neicha en Argentina. El portafolio de la compañía, conformado por más de 1000 ítems, incluye kits de permanente y lifting para pestañas y laminado de cejas, adhesivos y extensiones, a la vez que toda la gama de productos utilizados para los pasos previos y posteriores en este tipo de procedimientos.
Por otro lado, Schoj destaca la necesidad de la capacitación y de desarrollo educativo de los profesionales, motivo por el cual crearon el Instituto Neicha Argentina. Mediante el mismo, brindan cursos virtuales y presenciales en el concept store ubicado en el barrio porteño de Balvanera.
“Hoy la estética de la mirada es una salida laboral muy importante y en pleno desarrollo para muchas personas que aman el rubro y pueden vivir de él.”, considera el emprendedor.
Jazmín Sandoval, más conocida como Jacinta, es quien se encuentra detrás de una de las cuentas de Instagram más populares en este segmento: Chapa y Pintura. Su primer contacto con threading fue en Ibiza y, desde entonces, aprovecha cada viaje para profesionalizarse. En esa línea, explica que las argentinas se inclinan hacia un look natural y armónico, mientras que las brasileñas manejan un código estético más cargado y las australianas, uno de carácter vanguardista.
“La diferencia en los tratamientos se hace con el entrenamiento y la formación de base, lo que permite desenvolverse sin importar las herramientas que se tenga al alcance de la mano”, puntualiza Jacinta. La influencer tiene un estudio a puertas cerradas en Vicente Lopez, en el que brinda específicamente servicios de perfilado y de laminado de cejas y de pestañas, y el cual se apalancó en el fenómeno de recomendación. “Chapa y Pintura siempre formó parte de mi vida. Desde los 12 años, le perfilaba las cejas a mis compañeras de colegio en el recreo. Pero esto se convirtió en un trabajo recién hace cinco años. cuando renuncié a un trabajo en relación de dependencia porque ya no me sentía cómoda en el sistema laboral como tal”.
Boca a boca
Otra de las que encontró su profesión en este nicho fue Mariana Rava. “Por sugerencia de una amiga, diez años atrás, hice un curso de styling de pestañas. En ese entonces, no era un servicio muy conocido, pero rápidamente llené mi agenda. Cuatro años después, empecé a estudiar dermopigmentación y microblading y abrí mi propio estudio”.
Desde Garbo, ubicado en el barrio porteño de Palermo, hoy también brinda cursos intensivos para principiantes. “Tuve la suerte de ser elegida por gente famosa, lo cual empujó el crecimiento, además del boca a boca”. Las actrices Natalie Pérez, Flor Torrente y María Carámbula, y el periodista Tomás Dente son algunos de los que ya pasaron por el salón.
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