Educación financiera: el gen emprendedor se expande entre las mujeres
Mejorar sus ingresos y lograr más independencia es lo que mueve a la mayoría de las que se lanzan con un proyecto propio
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No hay dudas que las mujeres ya conquistaron un lugar en el mundo del emprendedurismo pero la meta aún queda lejos. Empujadas en buena medida por la necesidad van haciendo camino al andar. El avance es sostenido, e imparable a pesar que hay todavía muchas barreras por derribar.
“Según datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) una de las principales razones del alto nivel del emprendedurismo femenino en Latinoamérica radica en la falta de oportunidades en el mercado laboral tradicional y las brechas salariales existentes. Así las argentinas eligen evitar el mercado tradicional de trabajo y fundar sus propios negocios”, describe Victoria Marcó, Head of Growth en Alegra, la empresa de soluciones contables y de facturación para pymes y emprendedores.
Mery Sánchez es CEO de Malva Comunicación, una agencia de marketing con foco en mujeres emprendedoras y de su contacto diario asegura que hasta “hace unos años quienes elegían el camino emprendedor lo hacían para tener su propio dinero o como un extra a sus labores de ama de casa, o aprovechando un hobby. Hoy en día, el escenario cambia a una mujer emprendedora robusta y con proyección de crecimiento, muchas de ellas haciendo de sus emprendimientos, pymes de sólida envergadura”, destaca.
¿Qué motiva a las mujeres a emprender? “Las motivaciones principales para emprender son generar un nuevo ingreso, tener un proyecto propio con la esperanza de tener mejor calidad de vida, no solo de ingresos sino también manejo del tiempo personal y poner en práctica la propia creatividad”, dice Ximena Díaz Alarcón, cofundadora & CEO de Youniversal, resumiendo los resultados de las encuestas que realizan entre mujeres.
“Estas búsquedas -avanza Díaz Alarcón- son bastante transversales, pero tienen mayor fuerza en las mujeres menores de 35, que ven el emprender como un camino hacia una vida mejor y con mayor equilibrio de intereses, uso del tiempo e ingresos”.
“El futuro del emprendedurismo femenino es altamente prometedor”, lanza sin dudarlo Marcó. “Cada vez más mujeres deciden crear sus propios negocios y estos presentan una facturación competitiva en el mercado argentino. Es necesario que se sigan eliminando barreras y se promuevan políticas de inclusión y equidad de género en el mundo empresarial”, agrega la ejecutiva de Alegra.
Carrera de resistencia
El camino de emprender, está claro, no es color de rosas como muchos pueden suponer. Es un camino de mucho esfuerzo, bastante solitario en ocasiones, y que suele ir en paralelo con trabajos en relación de dependencia en etapas tempranas.
“Definitivamente -dice Sánchez de Malva Comunicación- emprender no es una carrera de velocidad. Siempre digo que es una maratón, una prueba de resistencia. No por emprender tenemos solucionado el ingreso, sino todo lo contrario”.
Identifica dos momentos cruciales en el camino emprendedor: la etapa semilla, que es la de invertir, sembrar y esperar, y la etapa de brote. “En la primera es el punto donde la mayoría de los emprendimientos se abandonan. Los dos primeros años del emprendimiento son los más duros, generalmente es de mucha inversión no solo en dinero, mercadería, maquinaria, depende de cual sea el rubro, sino de tiempo”.
Sheila Saad fundó el Club de Emprendedoras y ella misma lo es. “Para crear un negocio sostenible se tiene que partir por identificar una oportunidad de negocio en el mercado. Es clave un análisis profundo. ¿Es viable? ¿Hay demanda? ¿Alguien lo necesita? ¿Alguien pagaría por esto?. Veo muchas mujeres que quieren emprender, tienen muchas ganas pero no saben por dónde empezar o qué pasos seguir. Se sienten perdidas y hacen de todo pero no lo que tienen que hacer para hacer crecer sus negocios. Esto es porque no son estratégicas, no tienen estructuras y mucho menos procesos para ser más eficientes y productivas”, describe Saad y cierra haciendo énfasis en una la variable clave para el éxito de cualquier emprendimiento: el esfuerzo “Hay muchas mujeres que se dicen emprendedoras pero no están dispuestas a hacer ningún esfuerzo”.
Las barreras
Una de las cuestiones que más complica el camino al crecimiento de las emprendedoras argentinas es la falta de educación financiera, de conocimiento para armar un plan de negocios y el escasísimo acceso al crédito. “Para todos los emprendedores, el contexto económico y político tanto nacional como internacional es el principal obstáculo a la hora de crear un negocio por su cuenta. Sin embargo, para las mujeres el desafío es mucho más profundo”, define Marcó de Alegra”
Mercado Pago, la plataforma a través de la cuál muchas emprendedoras gestionan sus ventas y cobros, tomó la bandera de la educación a través del Programa Pro Mujer. s. “Casi 9 de cada 10 emprendedoras que participan del programa lograron incrementar sus ventas a partir de las herramientas digitales aprendidas y los conocimientos financieros que incorporaron”, afirma Guadalupe Marín, directora de Sustentabilidad de Mercado Libre.
“Entre las mayores dificultades está el acceso a crédito y fondos, el armado de equipos y la definición de un modelo de negocio sostenible en el tiempo. Como tendencia, se van formando muchas redes de apoyo a mujeres emprendedoras”, remarca Díaz Alarcón de Youniversal y aporta un dato que no deja lugar a dudas del inmenso camino que aún falta recorrer: “según Crunchbase, solo el 10% de la inversión de Venture Capitals globales se destinaron a nuevas empresas propiedad de mujeres mientras que el 83% de todos los dólares de riesgo globales se destinaron a nuevas empresas propiedad de hombres”.
Sánchez remarca que cuando una emprendedora empieza a crecer se enfrenta a toma de decisiones en un contexto argentino que no es fácil. “Es muy difícil seguir el ritmo de los constantes aumentos y la inflación termina agobiando al emprendedor. Lo mismo el temor a contratar personal para poder delegar”.
“Sin embargo, a pesar de estos avatares, hay emprendedoras que logran surfear la ola y crecer. El secreto está en la planificación al detalle y la capacitación constante y el saber reinventarse haciendo un “twist” novedoso de todo lo que ofrecen”, dice la fundadora de Malva Comunicación.
Marcó, subraya que “si bien en Argentina 7 de cada 10 mujeres emprendedoras tienen colaboradores a su cargo, la mayoría no cuenta con capacidad económica para sumar personal a sus equipos. Esto se debe a la carencia de políticas a largo plazo que nos permitan mayor igualdad en el acceso a créditos o que fomenten a los emprendimientos liderados por mujeres. Con menos acceso a educación financiera, a créditos y con equipos reducidos, necesitamos herramientas que nos simplifiquen y nos ayuden en la gestión de nuestros negocios”.
Finalmente Saad, de El Club de Emprendedoras, hace zoom en el mismo sentido: “Hay estudios que indican que, en promedio, 80% de los emprendimientos fracasan antes de los cinco años y 90% de ellos no llega a los 10 años. Este dato es alarmante. La realidad es que el emprendimiento femenino está en auge y se ha convertido en un pilar importante para la economía pero aún queda mucho por hacer. Hay programas y capacitaciones gratuitas y líneas de financiamiento orientadas a mujeres emprendedoras pero las tasas son altísimas, al igual que la tasa de informalidad, por lo que el acceso a ellos es limitado. Además, endeudarse en el contexto actual de crisis económica y gran incertidumbre, podría ser fatal para el negocio”.
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