Duty free. La paradoja de eximir de impuestos a los más ricos
Las tiendas de los aeropuertos son visitadas básicamente por clientes de alto poder adquisitivo
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La premisa sobre la que se sostienen los duty free es que el mero hecho de cruzar una frontera internacional debe eximir a los viajeros de algunos impuestos a los que están sujetos los no viajeros. Esto era un recurso cuestionable incluso cuando los aeropuertos europeos hicieron lobby por su actividad en la década del ’50. Ahora directamente es insostenible.
Los códigos fiscales modernos comúnmente buscan reducir la desigualdad, pero las compras en duty free dan la mayoría de los beneficios a las personas de altos ingresos que viajan a menudo al extranjero. Los impuestos podrían ser útiles para lograr que la gente sea más sustentable. Las rebajas de impuestos en este caso benefician de manera abrumadora al bolsillo de gente que vuela y poluciona.
Un objetivo de la alta carga impositiva que rige sobre algunos productos es limitar el uso dañino del tabaco y el alcohol, pero las compras en los aeropuertos explícitamente buscan aumentar estos consumos. Al crecer exponencialmente las compras en los duty free, lo que era algo menor se ha convertido en un mecanismo que permite al jet-set evitar impuestos.
Costos operativos
Los partidarios de los duty free sostienen que los ingresos de las tiendas son esenciales para mantener los aeropuertos, que de otro modo podrían necesitar más aportes de los contribuyentes. Los ingresos por ventas minoristas, no todas las cuales están eximidas del pago de impuestos, son por cierto la mayor fuente de ingresos después de las tasas que pagan las aerolíneas. La cifra se ve inflada por los alquileres astronómicos que los aeropuertos pueden cobrar a los comerciantes, quedándose con hasta un 40% de sus ventas.
Pero este es un caso de manual de una medida que permite que un privilegio exorbitante genere ganancias injustificadas que se reparten de modo opaco. Si los aeropuertos necesitan ayuda del Estado, especialmente luego de la pandemia, esa ayuda debe darse de manera transparente, no a través de exenciones impositivas que distorsionan los incentivos económicos.
La pandemia probablemente llevará a que el sector de los duty free se maneje de maneras aún más dudosas. Su modelo de negocios está evolucionando al buscar cada vez más cómo aprovechar su estatus especial.
Cada vez más es posible comprar productos duty free online mucho antes del viaje y retirarlos cuando toque volar, evitando convenientemente el pago de impuestos. El principio de que alguna gente no tiene que pagar IVA, que estuvo limitado en un tiempo a los aeropuertos, en muchos lugares se ha extendido a tiendas para turistas en el centro de las ciudades. Los compradores por esta vía a menudo logran evitar el pago de impuestos sobre ropa, electrodomésticos, celulares, botellas de coñac y exclusivos cigarros Cohiba.
Sin beneficios
Terminar con esta ventaja de los duty free no significa que los aeropuertos dejarán de comportarse como shoppings con puertas de embarque. Los viajeros cansados aún estarán condenados a recorrer los laberintos de góndolas cargadas de perfumes al salir de los controles de seguridad.
Los aeropuertos seguirán anunciando las partidas cada vez más tarde para alentar a los pasajeros a quedarse aún más tiempo en las tiendas. Los viajeros aburridos con horas de espera no necesitarán de incentivos como una rebaja de impuestos para comprar chocolates o auriculares que cancelan ruidos. Es hora de terminar con los duty free.
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