Disrupción, riesgos y adaptación del talento: Lo que la IA nos dejó en 2023
En los últimos doce meses, los negocios comenzaron a transitar el camino de una revolución tecnológica que impacta en todos los ámbitos
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Si bien en los últimos años, los modelos de inteligencia artificial (IA) y procesamiento de lenguaje natural (PLN) venían emergiendo con fuerza, los avances significativos que llegaron con la firma Open IA y ChatGPT a fines de 2022 tomaron por sorpresa tanto a la comunidad tecnológica como al mundo académico y los negocios. 2023, sin dudas, ha sido un año donde las organizaciones comenzaron a transitar el camino de la IA generativa con efectos significativos en los negocios y en el mercado laboral.
A pesar de la incipiente disponibilidad pública de herramientas de IA generativa, la experimentación con esta tecnología ya es relativamente común en todas las regiones, industrias y niveles de antigüedad: Según el informe global The state of AI in 2023: Generative AI’s breakout year de McKinsey, 79% de los encuestados afirma tener al menos cierta exposición a la IA generativa, ya sea en el trabajo o fuera del trabajo, y el 22% reconoce que la utilizan regularmente en su propio trabajo.
Lo mismo ocurre en el terreno de las organizaciones. Según la investigación, un tercio de todos los encuestados reconoce que sus organizaciones ya utilizan regularmente IA generativa en al menos una función, mientras que el 40% de los que informan sobre la adopción de la IA en sus organizaciones admiten que sus empresas esperan invertir más en IA.
Las funciones comerciales más comúnmente reportadas que utilizan estas herramientas son marketing y ventas, desarrollo de productos y servicios, y operaciones de servicios, como atención al cliente y soporte administrativo.
En estas etapas tempranas, las expectativas sobre el impacto de la IA generativa son altas: en el marco del informe, tres cuartas partes esperan que la IA generativa cause cambios significativos o disruptivos en la naturaleza de su industria en los próximos tres años, especialmente entre las firmas tecnológicas y las que dependen más de la industria del conocimiento como la banca y finanzas, las farmacéuticas y los productos médicos.
¿Y cómo la IA impulsa el impacto económico de las organizaciones? De acuerdo con un estudio que Microsoft encargó a IDC el 92% de las implementaciones de IA tardan 12 meses o menos y las organizaciones están obteniendo un retorno de sus inversiones en IA en un plazo de 14 meses. Un dato interesante: por cada dólar que una empresa invierte en IA, obtiene un rendimiento promedio de 3.5 veces.
A la vanguardia
Ciertas empresas están orientando el core del negocios y las inversiones a la IA. De acuerdo con el citado reporte de McKinsey, las empresas donde al menos el 20% de las ganancias de 2022 fue atribuible al uso de IA tienen cinco veces más chances de invertir más del 20% de sus presupuestos digitales en IA. A diferencia de otras, estas empresas -a la vanguardia de IA- están apostando por la inteligencia artificial para crear negocios o fuentes de ingresos completamente nuevos, especialmente la utilizan en el desarrollo de productos y servicios y en la gestión de riesgos y de la cadena de suministro.
Estas organizaciones también utilizan la IA con más frecuencia que otras organizaciones en el modelado de riesgos y para usos dentro de RR.HH., como la gestión del desempeño y el diseño de organizaciones y la optimización de la implementación de la fuerza laboral.
Si bien estas organizaciones no son inmunes a los desafíos de capturar valor de la IA, los resultados sugieren que las dificultades que enfrentan reflejan su relativa madurez en materia de esta tecnología, como por ejemplo monitorear el rendimiento del modelo y entrenarlo según sea necesario a lo largo del tiempo como su principal desafío. Aquellas empresas que están en estadios más primigenios en el uso de IA aún están en etapas más estratégicas como establecer una visión de IA claramente definida que esté vinculada con el valor empresarial o encontrar recursos suficientes para llevar a cabo los objetivos de IA.
Asignatura pendiente
Pocas empresas parecen estar completamente preparadas para el uso generalizado de la IA o para los riesgos comerciales que estas herramientas pueden traer.
“La IA generativa se presenta como fácil de usar, en especial cuando tiene una interfaz basada en un chat, pero es fundamental contar con adecuadas herramientas de control, políticas de uso, supervisión y capacitación para confiar en los resultados que entrega”, aclara al respecto, Mariana Melbardis, socia de PwC Argentina de la práctica de Digital Advisory.
Solo el 21% de las firmas, según McKinsey, admite contar con políticas que rigen el uso de tecnologías de IA. En los casos que sí hay foco, la “inexactitud” en los resultados de las interacciones con IA son menos importantes que aspectos como la ciberseguridad y el cumplimiento normativo: solo el 32% admite que están mitigando la inexactitud, mientras el 38% se enfoca en ciberseguridad.
Juan Pablo Chemes, director de Innovación de Accenture Argentina, señala que algunas áreas críticas de atención al considerar la ciberseguridad para la IA generativa incluyen filtración y robo de datos e IP, contenido malicioso, ataques contextuales selectivos de alta velocidad, orquestación de tecnologías generativas para su uso indebido, desinformación a escala, infracción de derechos de autor, y amplificación de los prejuicios y la discriminación existentes. “Las organizaciones deben ser conscientes de los riesgos y estar preparadas para enfrentarlos, lo que requiere una estrategia de seguridad bien planificada y ejecutada desde el principio”, señala.
Vale destacar que luego de la irrupción de la IA a fines de 2022, en 2023 el debate sobre la seguridad y la ética en el uso de IA se ha vuelto popular, impulsando la acción de expertos, empresas y reguladores de todo el mundo. De acuerdo con el informe State IA Report del Air Street Capital Team 2023 sin embargo, faltan avances concretos hacia la gobernanza global, mientras los gobiernos de todo el mundo adoptan enfoques contradictorios y el terreno de la normativa aún es incierto.
En este sentido, a la carta pública de marzo pasado donde expertos y referentes llamaban a una moratoria en los experimentos de IA se suma una nueva propuesta de 23 expertos presentada en octubre, entre ellos Geoffrey Hinton y Yoshua Bengio, dos de los tres “padrinos de la IA” y referentes como Yuval Noah Harari y Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía, entre otros.
El documento llama a reflexionar sobre cómo los potentes sistemas de inteligencia artificial amenazan la estabilidad social mientras que es “completamente imprudente” buscar sistemas de IA cada vez más potentes antes de entender cómo hacerlos seguros. Asimismo, insta a los gobiernos a adoptar una variedad de políticas, que incluyen el uso seguro y ético de los sistemas, dar acceso a los auditores independientes a los laboratorios de IA y establecer un sistema de licencias para la construcción de modelos de vanguardia. Por otro lado, busca comprometer a las empresas a adoptar medidas de seguridad específicas si encuentran capacidades peligrosas en sus modelos y hacerlas responsables de los daños previsibles y evitables.
El talento en crisis
Con la confianza en el potencial de la IA para transformar las operaciones aumenta, 2023 fue el año de la alta demanda de ingenieros de software e ingenieros de datos, profesionales capaces de identificar qué procesos pueden mejorarse o reinventarse por completo, qué nuevos productos pueden desarrollarse y qué nuevos servicios pueden ofrecerse a los clientes mediante la aplicación de esta tecnología.
Sin embargo, las organizaciones se enfrentan a desafíos en lo que respecta a la implementación. Según Microsoft e IDC, la escasez de empleados cualificados está impidiendo que las empresas aceleren sus innovaciones basadas en IA: el 52% afirma que la falta de trabajadores cualificados necesarios para implementar y escalar las iniciativas de IA en todas las funciones empresariales es el principal obstáculo.
Pero los efectos son también para el amplio espectro del talento: los últimos doce meses nos dejaron el flamante “FOBO”, el término acuñado por Gallup que refiere a lo los trabajadores -mayormente con educación universitaria- que son muy conscientes del avance de la IA y luchan por su seguridad laboral frente al miedo de “volverse obsoletos”.
El índice de Tendencias Laborales 2023 de Microsoft junto a Edelman Data & Intelligence señala que en poco tiempo, cada empleado necesitará nuevas habilidades básicas como el uso de herramientas impulsadas por la inteligencia artificial: 82% de los líderes argentinos encuestados aseguraron que los empleados que contraten necesitarán nuevas habilidades para estar preparados para el crecimiento de la inteligencia artificial mientras que 54% de los trabajadores argentinos manifestó carecer en la actualidad de las capacidades adecuadas para realizar su trabajo.
En los próximos años, a medida que el ritmo de la IA generativa sigue aumentando, es posible que cientos de trabajadores necesiten no solo mejorar sus habilidades sino también volver a capacitarse, un desafío profundamente complejo que vislumbra la necesidad de cambios profundos en los paradigma en el reskilling, una prioridad estratégica del negocio y sus líderes si quieren mantenerse al ritmo de la disrupción tecnológica.
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