Desactivar el patrón de escalada
Para neutralizar el conflicto hay que adoptar una “mentalidad relacional”, reemplazando el deseo de tener razón por la búsqueda de una solución
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En muchas ocasiones los desacuerdos son inherentes a las conversaciones e intercambios más o menos formales que tenemos en la diaria profesional y personal. Y qué mala soy para el conflicto ¿ustedes cómo lo llevan? De su evitación total paso a escalar de 0 a 100 revoluciones en dos segundos (aquí mi familia confirma). Tiene que haber algo más balanceado que esto.
Leyendo el libro de la experta en conversaciones difíciles Debra Roberts, El protocolo relacional, me hizo clic una idea: para evitar que una conversación se convierta en un conflicto no alcanza con escuchar activamente al otro, sino que hay que comprender y actuar sobre “el patrón de escalada”. Roberts usa la analogía de un partido de tenis: en un intercambio típico, los participantes alternan entre hablar y escuchar. El partido puede ser una volea amistosa o puede ser un juego rápido, agresivo y competitivo en el que ganar es lo importante. Como en el tenis, la única persona que podemos controlar cuando entablamos una conversación es a nosotros mismos. Determinando nuestras intenciones y elegimos cómo nos comunicamos. Las intenciones de la otra persona, cómo nos recibe y lo que hace con la información que compartimos está fuera de nuestro control.
Gestionar el conflicto y el desacuerdo es importante porque están presentes en los momentos de innovación y aprendizaje y también son la forma en que ampliamos nuestro pensamiento y crecemos como personas. Según Roberts, lo que más contribuye a la desintegración de un intercambio saludable está relacionado mucho más con la forma en la que nos comportamos, más que con el punto que cada uno intenta plantear. El patrón cíclico es así: cada uno reacciona a la reacción de la otra persona en lugar de detenerse, sentir curiosidad y tratar de entender su punto de vista. Cuando ninguna de las partes elige entender la perspectiva de la otra o cuando ambas reaccionan en lugar de comunicar lo que están experimentando, el ciclo del conflicto se intensifica. Para desactivarlo tenemos que adoptar lo que ella nombra como “mentalidad relacional”, donde se cambia el enfoque de uno mismo y el deseo de tener razón, hacia la relación y el deseo de resolver el conflicto.
Para hacerlo, tenemos que adoptar dos creencias fundamentales: la experiencia de la otra persona importa. Tener en cuenta sus sentimientos y opiniones, porque un conflicto se resuelve solo cuando ambas personas se sientan escuchadas.
Y, en segundo lugar, el contexto general en el que se da el intercambio debería prevalecer. Esto significa poner en perspectiva a la conversación, y focalizar en algo más grande que nosotros: la relación, la organización, el equipo, la familia. Le acabo de leer esto a los que viven conmigo y reclaman que termine el escrito rápido para poner en práctica, con ellos, cómo desactivar el patrón de escalada.