Cursos intensivos: cualquiera puede programar
Santiago Scanlan creó una empresa que se especializa en los súper intensivos de tres meses para convertirse en programador
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Santiago Scanlan (34) estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Di Tella y durante años soñaba con trabajar en el mundo de la tecnología, pero lo desanimaba pensar que había optado por la carrera equivocada y que no tenía habilidades para programar, o que ya era tarde para cambiar el rumbo de su profesión. Trabajaba en el área de marketing de una multinacional y, buceando en Internet, conoció los “coding bootcamps” de Estados Unidos: cursos súper intensivos de 3 meses que te capacitan en un área específica de desarrollo de software y que suelen tener el foco puesto en la inserción laboral inmediata. “Una escuela de programación de Silicon Valley decía que en tres meses el 99% de sus graduados habían conseguido trabajo con un salario promedio de US$105.000, y eso me voló la cabeza”, recuerda ahora Scanlan. Entusiasmado, convocó a un amigo ingeniero de software y en 2017 lanzó en Buenos Aires Plataforma 5, el primer coding bootcamp intensivo de Argentina y uno de los primeros tres de Latinoamérica.
Plataforma 5 ya insertó más de 250 graduados en empresas de primer nivel y estima cerrar este año con una facturación de 120 millones de pesos, cifra que representa un crecimiento del 100% en comparación con el 2020.
Esta escuela de programación intensiva con foco en la inserción laboral ofrece hoy cursos cortos e intensivos: el introductorio (para aprender las bases de la programación) no tiene requisitos previos y sólo se necesita una computadora para poder hacerlo, mientras que el coding bootcamp (curso de cuatro meses para insertarse laboralmente) requiere aprobar una serie de exámenes de admisión, tanto técnicos como actitudinales, y contar con una computadora propia.
Aprender sin límites
Scanlan lleva la sangre emprendedora en las venas pero además es un entusiasta, un convencido de que no hay límites para lograr lo que uno se propone. “Toda mi vida supe que quería tener algo propio y hacerlo crecer. Vengo de una familia de emprendedores: mi abuelo paterno vino de Irlanda y fundó el colegio St. Brendan’s College, y mi abuelo materno empezó de la nada y llegó a tener un frigorífico, carnicerías y campo. Sin darme cuenta, seguí los pasos de mi abuelo y estoy emprendiendo en educación”.
¿Se puede aprender lo que uno quiera? ¿Cuál es el secreto? Scanlan cree firmemente que sí: “Hay que perderle el miedo a las palabras grandilocuentes. Solemos temer a lo desconocido y cuando escuchamos términos como machine learning o programación pensamos que son cosas para gente más inteligente, pero realmente no es así. Las cosas suelen ser más intuitivas de lo que parecen. Si uno se pone un objetivo claro y le dedica muchas horas para hacer ese camino paso a paso, se puede aprender lo que uno quiera. Si yo lo hice, cualquiera puede hacerlo”.
Demanda en alza
“La tecnología se metió en todos los campos de la vida, y es por eso que hoy absolutamente todas las industrias están demandando programadores, y los van a demandar cada vez más”, apunta Scanlan. “Hay programadores detrás de la alarma que te despierta a la mañana, del auto que te lleva al trabajo, del celular que usás, de la computadora, y hasta de la pizza que pedimos para cenar a través de una app. La demanda es inmensa y avanza a medida que el mundo se digitaliza”.
La pandemia y el trabajo remoto fueron sin duda aceleradores de esta transformación digital. Scanlan destaca que la Argentina tiene muy buen talento en programación y muchos más unicornios per cápita que el resto de los países de la región, pero confiesa que lo alarma profundamente la velocidad a la que se está fugando todo ese capital humano: “La pandemia hizo que casi todas las empresas tecnológicas del mundo pasaran a contratar gente de manera remota. Y la devaluación del peso, producto de la crisis, nos hizo extremadamente baratos a nivel mundial. Así que hay cada vez más gente contratada directamente por empresas del exterior, que pagan sueldos con los que la industria local no puede competir. Lo interesante es que en Argentina tenemos mucha fuerza en la formación de nuevo talento”.
Como formador de nuevos talentos en programación, Plataforma 5 trabaja con una red de empresas asociadas que le ayudan a acelerar la inserción laboral de sus graduados. El acuerdo involucra desde prácticas profesionales durante el último mes de cursada del bootcamp hasta ferias de trabajo una vez terminada la cursada. Esa red incluye desde gigantes como Mercado Libre, Globant, Accenture o Navent, hasta software factories de tamaño medio y startups tecnológicas que recién empiezan. Durante la pandemia, se sumaron también empresas chilenas y españolas. Los resultados sorprenden: 95% de quienes completaron el bootcamp consiguieron trabajo en menos de 3 meses, y más del 51% los coders ganan un 51% más que en otras industrias.
“Career changers”
Hoy, el 90% de los alumnos de Plataforma 5 son “career changers”: personas que quieren cambiar rápidamente de profesión y entrar a trabajar en la industria tecnológica. Los perfiles de graduados van desde los 18 a los 57 años y provienen de todas las profesiones imaginables: repartidores de pizza, guías de turismo, ingenieros, abogados, repositores de supermercado, mozas e incluso arqueólogos o filósofos. “Si te digo que en cuatro meses podés estar trabajando en Mercado Libre como programador, seguramente pienses que estoy loco, pero es una realidad. Siempre estamos a tiempo de cambiar nuestro rumbo profesional”, dice Scanlan.
¿Cuánto influyó la pandemia en este fenómeno de los “career changers”? Para el fundador de Plataforma 5, mucho. “Profesionales de otras industrias como la del turismo, aerolíneas o gastronomía vieron una oportunidad en la programación, que es un rubro en alza en un contexto en que casi todo lo demás cae. Son personas que se formaron en pocos meses y hoy están desarrollando software para empresas argentinas o del exterior”, añade.
Cuando se le cuestiona sobre el futuro, Scanlan no duda en apuntar hacia la tecnología blockchain: “Va a revolucionar todos los órdenes de la humanidad, algo así como lo hizo Internet a partir de los años 90′. La tecnología blockchain puede transformar de lleno no sólo la forma en que guardamos y movemos valor, sino que se puede aplicar para transparentar gobiernos, organizaciones, e incluso hacer un sistema democrático mucho más participativo y transparente. Realmente tiene muchísimas aplicaciones que van a transformar profundamente la sociedad. Se vienen tiempos muy interesantes y llenos de oportunidades”.
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