Cultura corporativa. Cómo lograr organizaciones más creativas a partir del talento
Las empresas deben apostar a la diversidad y la colaboración para lograr equipos más eficaces
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La creatividad organizacional es una de las cajas de Pandora de las empresas ya que no se sabe bien qué hay detrás del tema, pero todos quieren lograrla como si eso fuera a resolver los desastres que los gerentes hacen o la falta de una estrategia clara para salir del horno. Trabajar sobre organizaciones para que realmente se focalicen en la creatividad lleva tiempo, inversión y una mirada de largo plazo que no todas las compañías, al menos en el mercado local, tienen la posibilidad de desarrollar. Uno de los pilares de la creatividad es el talento. Pero ¿qué tipo de talento hay que cultivar en las empresas creativas? Nos focalizamos en tres tipos de talentos: colaborativo, diverso y emprendedor.
El talento colaborativo permite escaparse de las gestiones de talento a las que solo les importa las visiones individuales que consideran que, por el solo hecho de tener gente talentosa, es suficiente para que la organización sea más creativa. Error. Un buen ejemplo es el de los estudios Pixar, creadores de éxitos como Toy Story entre otras, una organización llena de talentos. Ed Catmull, cofundador de Pixar y expresidente de Pixar y Walt Disney Studios, incentivó una gestión colaborativa donde los mejores talentos estaban involucrados como equipo. En los grandes estudios, el departamento de desarrollo es el encargado de generar nuevas ideas para los films. En Pixar, aprovechando el talento e impulsando el talento colaborativo, el departamento de desarrollo generaba pequeños equipos, incubadoras de ideas, para ayudar a los directores a mejorar sus ideas. Cuando la performance individual es combinada con un alto grado de colaboración, la performance del grupo mejora, así como la creatividad de los equipos.
El talento diverso también se identificó en diferentes estudios como crítico para impulsar la creatividad interna en las organizaciones. Una persona con un background diverso en cuanto a su historia laboral es probable que pueda aportar a la creatividad de la organización por tener mayor apertura mental y conocimiento que una persona con un desarrollo de carrera más focalizado. Por otra parte, las organizaciones con grupos homogéneos en cuanto a edad, cantidad de años en la organización y experiencias tienden a tomar decisiones de la misma forma, existe un mayor consenso en la toma de decisión y mayor conformidad. La falta de diversidad cognitiva en esos grupos y la inexistencia de conflictos constructivos entre los miembros del grupo tienen un costo alto en cuanto a la habilidad de resolver problemas creativos ya que no tienen la capacidad de ofrecer alternativas. Un grupo heterogéneo, por otra parte, tiene un gran potencial creativo. La variedad de experiencias hace que esas personas puedan captar información de diversas partes ofreciendo múltiples alternativas. A mayor diversidad cognitiva, mayor las posibles soluciones que el grupo trae a la mesa. Por supuesto que, a mayor diversidad, también hay una mayor posibilidad de conflicto. Sin embargo, para los especialistas en el tema, ese conflicto es fundamental para tener mayores posibilidades o alternativas estratégicas.
Ejemplos de falta de diversidad cognitiva que llevan a no poder actuar creativamente, abundan en el mundo del management. Pensemos en el caso de Polaroid, por ejemplo. El top management de la empresa tenía impregnado muchas creencias. Una de ellas es que la empresa no podía hacer dinero con el hardware digital, por lo que a principios de los 90, cuando el mercado digital comenzó a desarrollarse, la dirección de la empresa no apuntaló la investigación y desarrollo en la nueva tecnología. Polaroid invirtió mucho en tecnologías existentes sin considerar cómo los clientes responderían a los nuevos productos que estaban siendo introducidos por los competidores. Esta mentalidad anclada en valores arraigados pasados les impidió moverse rápidamente del mundo análogo al digital de imágenes.
Finalmente, el talento emprendedor es fundamental por lo disruptivo que puede ser para una organización o un mercado. Esto requiere personas con una actitud y capacidades que transformen ideas creativas en productos viables. Para algunos autores, el talento emprendedor es aquel que tiene la capacidad de no solamente explorar ideas, sino también de implementarlas. Pero claro, todo tiene un costo. Para poder tener talento emprendedor, se requieren organizaciones que permitan la libertad de esos talentos en cuanto al proceso de innovación, libertad para poder moverse dentro de la empresa, hablar con otros, experimentar y, de esta manera, cambiar el status quo existente en procesos obsoletos. Esto que parece fácil, en el día a día de una organización, puede ser un infierno para aquellos directivos que trabajan en silos. En estos casos, cualquier invasor externo (de otra área) es propulsado afuera sin ningún miramiento. No sea que cambien el status quo y, por ende, la ecuación de poder. Pero en un mercado en movimiento, el talento que explora, experimenta, toma riesgos y crea es fundamental para el éxito de una empresa. En entornos estables, la explotación de lo existente predomina sobre la exploración; la implementación sobre la creación; y, evitar el riesgo sobre la toma del mismo.
Uno de los mejores ejemplos de organizaciones que pude investigar que aplican estos tres criterios sobre el talento para lograr una organización creativa, es el Cirque du Soleil. El talento colaborativo es fundamental para la creación del show y para las interacciones posteriores que se producen; el talento diverso es relevante para poder continuar creciendo con shows que sigan sorprendiendo al espectador; y, el talento emprendedor es crucial para transformar una industria decadente y seguir creando más allá de lo que quien ve el show puede imaginar.
¿Es fácil lograrlo? No. ¿Lleva tiempo? Sí. ¿Hay que invertir? También. Entonces, aquellos que apunten a tener una organización que tiene como eje la creatividad, tengan en cuenta que el análisis de lo posible es claro: a veces es mejor quedarse con lo que uno tiene y pulirlo que generar expectativas de avanzar hacia una creatividad inexistente.
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