Cuestión de prioridades: cuando emprender le gana al trabajo fijo
Controlar su vida y sus horarios, ser su propio jefe, evitar la rutina laboral y la falta de empleo impulsan a las nuevas generaciones a dar los primeros pasos
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En todo el mundo las nuevas generaciones ven al emprendedurismo como un escape a la rutina laboral y a la falta de empleo, subestimando en muchos casos las falencias propias de su edad y una acotada experiencia para llevar adelante ese tipo de proyectos.
Históricamente, las generaciones se reinventan unas tras otras. Sin embargo, en los últimos tiempos, los saltos generacionales se están dando a pasos agigantados. Y de la mano del éxito de personajes como Larry Page (Google), Marcos Galperín (Mercado Libre), Jeff Bezos (Amazon) o Keving Systrom (Instagram), para cada vez más miembros de la llamada generación Y la solución a sus problemas pasa por ser “ser su propio jefe”.
Esa filosofía de vida la confirma una investigación de Amway, la Escuela de Negocios de la Universidad Técnica de Múnich y la consultora de mercado GfK. La edad promedio de los participantes rondó los 35 años. Seis de cada diez de esos jóvenes (62%) desean construir su propia compañía.
“Por lo menos el 90% de mi burbuja de conocidos y amigos trata de trabajar como freelancer o tener un emprendimiento”, subrayó la diseñadora industrial Nicole Vispo (29 años), cocreadora de Bancala -una marca de accesorios que trabaja fabricando sus productos a partir del reciclaje de bolsas plásticas- y participante de la comunidad de emprendedores Inicia.
Más datos reveladores aporta la última encuesta del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), que es el más prestigioso y extenso estudio sobre el estado del emprendimiento a nivel mundial. Según este informe, uno de cada dos consultados cree que cuenta con las habilidades y los recursos necesarios para iniciar su negocio. “Existen muchas fantasías sobre lo que significa emprender. Ante todo se debe estar seguro de qué se quiere lograr. Esto debe estar conectado a lo que más le guste a uno hacer. Solo así dura cualquier motivación”, afirmó Verónica Araujo, directora de la consultora New ViewInner Coaching.
Por su parte, un poco más de la mitad de los consultados -puntualmente el 52%- asegura que nada le impediría poner en práctica su plan de autotrabajo. Por uno u otro motivo descartan la práctica que aporta un empleo fijo en los primeros años de profesión.
“Uno no nace sabiendo todo, ni aprende todo en la universidad. Se adquieren nuevos conocimientos al trabajar en relación de dependencia y, sobre todo, se gana en experiencia. Es un buen aprendizaje”, marcó Nicolás Balestrini (37 años), CEO y cofundador de Origino, una startup pionera de tokenización y trazabilidad de activos en las cadenas de suministro. Balestrini fue empleado por 13 años en una compañía de productos veterinarios antes de iniciar su propio proyecto.
Emprendedores natos
Entre 2015 y 2019, fomentar el emprenderurismo era parte de la agenda gubernamental. “Se podría decir que, en esos años, se registró el boom de esta actividad. Se lo promocionó mucho. Surgieron así todo tipo de emprendimientos”, recordó Javier González Pedraza, director de la Usina de Emprendedores, un espacio creado por la Universidad CAECE en conjunto con la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC),
Sin embargo, esa corriente sigue vigente a pesar del paso del tiempo. En pleno confinamiento por Covid, una investigación del banco Santander mostró que el 82% de los argentinos que forman parte de la generación Y revelaron sus intenciones de iniciar su propio negocio. La encuesta se realizó en nueve países de Latinoamérica y Europa. En todos los casos, los resultados fueron similares entre los participantes cuya edad rondaba entre los 18 a 25 años.
“La pandemia fue un punto de inflexión. Desató situaciones complicadas de todo tipo. Por eso, mucha gente se decidió a hacer lo que quería o le gustaba, y a disfrutar. Esto se reflejó en un incremento de entre el 5 y 10% de la cantidad de jóvenes deseosos en emprender”, puntualizó González Pedraza.
A nivel local, esa necesidad de emprender responde también a cuestiones económicas y la búsqueda de asegurarse un ingreso. Sin embargo, en los países más desarrollados existen otros motores. Las nuevas generaciones rechazan la idea de trabajas veinte o más años en una misma empresa y buscan crear sus propios caminos y convertirse en sus jefes.
“Priorizan administrar su tiempo. Un ejemplo interesante es que les encanta ir a la empresa como un encuentro social. Pero no tanto quedarse ahí de 9 a 18, de lunes a viernes”, indicó el director de la Usina de Emprendedores.
Miedos laborales
En gran medida, los deseos de emprender se vinculan con los miedos que la generación Y manifiestan respecto al empleo tradicional. Su mayor temor es que no le permita desarrollar otras oportunidades o alcanzar sus metas profesionales y personales.
“Es común que vayan a una entrevista laboral y si los horarios o la distancia (entre la empresa y la casa) no les ‘cierra’ prefieren priorizar otras cosas como por ejemplo el tiempo libre a disponer de su propio dinero”, señaló Araujo.
En 2021, la conclusión de GEM fue contundente. El principal motor de las nuevas generaciones a la hora de emprender es la libertad. Decidir qué hacer, cuándo, dónde y cómo. Además, asumen la responsabilidad de su éxito. “Mientras cursaba diseño industrial trabajé en distintos proyectos profesionales. En ese momento, me fui dando cuenta que me gustaba ser mi propio jefe, armar equipos y gestionar proyectos. Me asocié a Fermín Indavere para lanzar nuestro emprendimiento de objetos de textiles y plásticos reciclados. Fue todo un desafío para nosotros”, comentó Vispo.
No cumplir horarios preestablecidos es también una demanda constante de los millennials. “Siempre buscamos manejar nuestros tiempos y espacios. Pero todo cambia cuando el negocio cobra escala. En ese momento, suele perderse gran parte de todo eso. Incluso, podés estar en peor situación que cuando se está en relación de dependencia. De una u otra manera, te convertís en un empresario”, puntualizó Balestrini quien es también participante de Inicia comunidad de emprendedores.
Biólogo con orientación ecológica, Balestrini vivió hasta 2009 en Capital Federal. Fue un joven director de un laboratorio. “Las cosas cambiaron laboralmente. Tenía más responsabilidades y mucha carga horaria. A eso había que sumarle el caos y los piquetes propios de Buenos Aires. Todo eso me hizo querer otra vida. Me mudé a la Patagonia y buscaba un empleo de cualquier cosa pero solo de seis horas. Quería contar con más tiempo para mí”, añadió.
Impacto ecológico
Siempre se destaca que las nuevas generaciones están comprometidas con algunas causas como el cuidado del medio ambiente. Incluso, desean dejar su impacto en estas cuestiones. Y para lograrlo la mejor forma de hacerlo es a través de un proyecto propio. No obstante, a la hora de poner manos a la obra, las cosas son muy distintas.
Desde el primer momento, el 29% de los millennials saben que necesitaran ayuda financiera a la hora de lanzarse con su proyecto.
“Cuando todos los socios del emprendimiento son jóvenes no cuentan con un gran círculo de confianza ni experiencia institucional a donde recurrir por inversión. Mi caso fue distinto. Mi socio es mayor que yo, con una carrera institucional. El aportó esos contactos. Así, después de tres años seguimos vivos y creciendo”, explicó el fundador de Origino.io.
“Muchas veces los emprendedores se olvidan que deben trabajar como si el proyecto fuera un prototipo en constante perfeccionamiento. Eso se logra consultando al consumidor y no a la familia o los amigos. Requiere perseverancia y estar dispuesto a aprender que necesitan los clientes. Además, se debe saber, de ante mano, cómo se gana dinero en ese tipo de negocio”, enfatizó González Pedraza.
Cualidades básicas
Muy pocos de los jóvenes que se lanza a emprender cuentan con las cualidades básicas de cualquier ejecutivo. Pero en muchos casos, suplen esta falta con la energía, la garra y las ganas de “correr el riesgo”. Lógicamente, existen siempre excepciones y en el caso de las nuevas generaciones, no son tan contados los casos.
“Cuentan con una baja tolerancia a las frustraciones. Necesitan desarrollar habilidades socioemocionales, su autoconocimiento y autoconfianza para gestionar los infortunios y lograr lo que”, marcó la ejecutiva de NewViewInner Coaching.
En la mayoría de los casos, esas falencias propias de la edad se pueden salvar sumándose a asociaciones dedicadas al emprendedurismo. Inclusive, se puede trabajar junto a un mentor.
El mentoring es muy importante para los primeros años de un proyecto. Es fundamental para abrir puertas, evaluar acciones y evitar errores. “Recomiendo estas instancia a todos los emprendedores. Nuestra compañía cumplió ya tres años. Sin embargo seguimos perfeccionándola y, además, tomamos clases todas las semanas para aprender”, agregó Balestrini. Cabe destacar que el mentor no se integra a la compañía.
“En ese tipo de programa, se ve a los millennials arrancan con mucho entusiasmo. Pero se desmotivan con rapidez cuando ven, por ejemplo, que el cliente no llega tan rápido como pensaban. Reconocen que requieren desarrollo personal, pero no saben a dónde recurrir. Les cuesta abrirse, salir a buscar”, destacó Araujo
Esa actitud los lleva a perder gran parte de las ventajas que brindan las instituciones de dedicadas al emprendedurismo. “No es lo mismo cuando reflexionás solo o con tu socio sobre la evolución del proyecto. Porque están dentro del negocio. En un grupo, las devoluciones te las dan profesionales de distintas áreas y eso es mucho mejor”, finalizó Vispo.
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