Credicoop. Cómo funciona el banco cooperativo que preside Carlos Heller
El reclamo de asociaciones de productores rurales en rechazo al impuesto a la riqueza que impulsa el Gobierno en el Congreso lo tuvo como protagonista. El Banco Credicoop, presidido por Carlos Heller, llegó a la agenda de los medios y las redes sociales por una iniciativa impulsada por entidades que llamaron al cierre de cuentas. Se trata de un banco de más de cuatro décadas de historia, cuyo régimen cooperativo lo distingue en el sector financiero local.
El Banco Credicoop nació formalmente el 19 de marzo de 1979, luego de cambios regulatorios que dispusieron el fin de las cajas de crédito. En 1977, el gobierno de facto de Jorge Rafael Videla y su ministro de Economía, José Martínez de Hoz, promulgaron la Ley de Entidades Financieras (21.526) que redefinió el marco operativo de los bancos y afectó el funcionamiento de las cajas de crédito: para poder captar créditos a la vista se les habilitó la conversión en bancos comerciales cooperativos.
Mientras muchas de estas entidades y mutuales de crédito, que sumaban más de un millar, desaparecieron, otras se fusionaron para seguir operando. Así, de la unión de 44 cajas de crédito de Buenos Aires surgió el Credicoop, que hoy es la única entidad de ese tipo que continúa operando en el país.
El banco tiene su sede central en Buenos Aires, y tiene 274 sucursales en actividad. Funciona bajo el modelo de cooperativa y, como tal, opera como una sociedad sin fines de lucro. Según detalla la entidad en su sitio oficial, su objetivo es brindar créditos y otros servicios financieros "otorgando particular importancia a la asistencia crediticia a las pequeñas y medianas empresas, a las cooperativas, a las empresas de economía social y a las personas".
Por las medidas regulatorias que rigen el sistema financiero local, no se publican datos de depósitos y préstamos brindados por cada entidad. De acuerdo con su último balance contable, correspondiente al segundo trimestre de 2020 y auditado por PwC, el Credicoop contaba con activos por $339.513 millones. De ese total, unos $106.669 correspondía a efectivo y depósitos en bancos, y $50.298,5 millones eran préstamos y otras financiaciones.
En tanto, los pasivos del banco sumaban $276.030,4 millones. De ese monto, unos $249.413 millones correspondían a depósitos, que comprenden mayoritariamente al sector privado no financiero y a residentes en el exterior.
Según dijo Heller a LA NACION, en septiembre el banco alcanzó su nivel de depósitos más alto en la historia. En ese mes, afirmó el diputado, la entidad captó más de $10.000 millones.
Para su gestión administrativa, el Credicoop se rige por una estructura que divide al país en 22 zonas, según lo establece su estatuto social. Cada una de estas regiones, de acuerdo a la cantidad de asociados que registra, suma entre uno y tres representantes en el Consejo de Administración de la entidad. Este es el cuerpo que se encarga de la dirección del banco.
En su carácter de cooperativa, cada asociado a la entidad tiene derecho a un voto en la elección de los consejeros. "Los administradores responden por la administración y por el vaciamiento, pero el patrimonio cooperativo es el que debe responder por los pasivos", especifica el tributarista Iván Sasovsky, sobre el funcionamiento de la entidad y la gestión de los activos financieros.
Otra de las características que distinguen al Credicoop es su marco impositivo. Según lo establece la ley, las cooperativas son sujetos exentos del Impuesto a las Ganancias. De esta manera, el banco no está alcanzado por este tributo en ninguna de sus operatorias. "Al ser una exención de tipo subjetiva, todas las actividades se encuentran dentro de la exención. Los sujetos exentos de ganancias computarán todos sus resultados a favor del ente sin fin de lucro", explica Sasovsky.
"En ese punto se basa la exención, las cooperativas no ganan porque no perciben lucro. Es un principio amparado por la ley de Cooperativas (20.337). En otros países el cooperativismo está amparado por la propia Constitución, como en Brasil. Ha sido un gran motor para el desarrollo del país, y las exenciones de alguna forma fomentan su utilización en pos del bien común", agrega el especialista, quien sin embargo advierte sobre la utilización de esta figura por parte de cuevas o sociedades financieras para evadir impuestos.