Covida-20: recursos para ayudar en medio de la pandemia
¿Qué mundo ayudamos a construir con nuestro dinero? ¿A qué tipo de economía y de sociedad contribuimos con el ahorro? Esa es la pregunta central de quienes son partícipes del mundo de las finanzas que se proponen generar un impacto positivo en lo social y en lo ambiental. Una expresión de este movimiento está en las instituciones de microfinanzas y en las que ayudan a emprendedores con propósitos sociales y económicos.
Una de las entidades sin fines de lucro que trabajan en nuestro país acercando pequeños créditos a quienes no acceden al sistema bancario lanzó en estos tiempos de pandemia el "fondo de resiliencia y reactivación" Covida-20, para dar atención a quienes sufren de manera especial la profundización de la crisis que trajeron el coronavirus y la cuarentena.
Se trata de un esquema de préstamos dirigidos a tres grupos de actores sociales: instituciones de inclusión financiera de la economía social, grupos asociativos y cooperativas, y organizaciones y empresas con impacto positivo. El proyecto fue estructurado por Sumatoria, una plataforma dedicada desde hace años a conectar a inversores particulares con personas que llevan a cabo pequeños emprendimientos y con organizaciones que generan impacto social.
En el caso del Covida-20, los recursos provienen de donaciones con cargo (es decir, solo pueden destinarse a fines predeterminados), hechas por compañías como el Banco Galicia y DirecTV y por ONG como la Fundación Alimentaris. "En dos meses logramos $30 millones para prestar a tasas muy bajas; no queríamos hacer esto pospandemia, porque creemos que el momento de actuar es ahora", cuenta a LA NACION Matías Kelly, fundador y director de Sumatoria.
Para las instituciones de microfinanzas (entidades que se enfocan en poblaciones vulnerables), los nuevos créditos son con una tasa de interés que puede ir de 0 a 24% anual y con un período de gracia de hasta 6 meses. El monto es de hasta el 20% de la cartera de créditos de la entidad.
"El destino del dinero que recibimos es nuestra propia cartera; el objetivo es seguir acompañando y refinanciando a los emprendedores que están en problemas", dice Daniel Zan, director ejecutivo del Programa Semillas, que tomó hace pocos días un préstamo a tasa cero. Semillas otorga microcréditos, al amparo de la Asociación Civil Ecomanía, a habitantes del Barrio 31 de la ciudad de Buenos Aires y de varias zonas del conurbano bonaerense. "La situación actual es muy grave; hay muchos emprendedores parados y muy bajo consumo en los barrios, y las changas que explican una parte importante de los ingresos de muchas familias cayeron directamente a cero", describe Zan, que agrega que en muchos casos la necesidad de trabajar para subsistir termina venciendo al temor en estos días de pandemia.
Al igual que a los emprendedores de zonas vulnerables a los que impulsan,las organizaciones de microfinanzas se vieron muy afectadas por el aislamiento obligatorio. Y, a fuerza de la necesidad, algunas iniciativas se fueron retomando en los barrios.
En el caso de los grupos asociativos y cooperativas, los créditos de Sumatoria son de entre $200.000 y $2,5 millones y tienen una tasa anual que también va hasta el 24% anual. Y para empresas con impacto social las cifras ofrecidas son de $500.000 a $3 millones, y el interés, de hasta 29%.
"Recibir el fondo Covida nos permite volver a poner la rueda en movimiento y potenciar el canal de comercialización online, que nació en medio de la pandemia", cuenta Angie Ferrazzini, fundadora de la organización Sabe la Tierra, que en los últimos días logró la reapertura de algunas de sus ferias de productos orgánicos y elaborados bajo los principios de una economía sustentable. El crédito recibido, a un plazo de 18 meses y a una tasa del 22% anual, tiene por objetivo la inversión en capital de trabajo y tecnología.
La tasa que se aplica en cada caso depende de un análisis que hace un comité de créditos sobre la base de datos de impactos,riesgos y situación de la organización solicitante, según explica Kelly. Y agrega que habrá informes de rendición de cuentas, tanto para los donantes como para la sociedad.
El fondo Covida-20 es uno de los cuatro ejes sobre los que está trabajando Sumatoria. Otro es el fondo Sigma –ese es el nombre de la letra griega que se usa para significar la suma de muchos elementos–, que conecta a grandes inversores con empresas o proyectos con impacto positivo en lo social, cultural o ambiental.
La actividad de Sumatoria que le dio origen y sentido a su nombre es la que involucra a personas que invierten, unas en otras. ¿Cómo funciona? En la plataforma en la que están registrados los inversores aparecen las descripciones de proyectos de emprendedores, con sus fotos y con la mención del monto que se necesita para desarrollar la iniciativa. Quien quiere poner dinero elige qué porcentaje de la cifra total dará en préstamo, y a qué tasa de interés (puede ser tasa cero o hasta un interés máximo que se consigna en cada caso).
Cada ahorrista es informado en la página (sumatoria.org) de la fecha en que el dinero le será devuelto y de cuál es la institución de microfinanzas que acompaña al emprendedor. Las iniciativas actuales están vinculadas, por ejemplo, con apicultura, huertas, elaboración y venta de productos, prestación de servicios en los barrios, artesanías, talleres mecánicos, venta de pan y repostería. En algunos casos se cambió de rubro en estos meses, cuestión de poder retomar la actividad y seguir rodando en la emergencia.
En lo que va de este año hubo inversiones que, en promedio, fueron por $7100 para apoyar a más de 250 proyectos, por parte de un número similar de personas que pusieron su dinero. Las operaciones, que se hacen a través de transferencias bancarias o de Mercado Pago, sumaron en este 2020 unas 700 en total.
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