Corralón Ciudadela: el empresario que se volvió una estrella en Twitter
Con una fórmula que combina mucho humor, orgullo conurbano y un discurso propyme que no es habitual en las redes sociales, Corralón Ciudadela se convirtió en uno de los últimos éxitos en Twitter. En poco más de un año, la cuenta @CorralonC sumó más de 35.000 seguidores con sus posteos en los que cuenta las desventuras de ser un pequeño empresario en la Argentina de la inflación, los controles de precios y los problemas de abastecimiento.
Detrás de la cuenta está Pablo Gaytan, un ingeniero agrónomo de la UBA, con un máster en Iowa, EE. UU., pero que también se define como un hombre del conurbano, nacido en Tres de Febrero, en el oeste del Gran Buenos Aires. Hace dos años, junto con otros cuatro socios compró el fondo de comercio de Corralón Ciudadela, un emblemático negocio del ramo que tenía más de 50 años en el barrio, pero que venía muy golpeado.
"Cuando compramos el corralón estaba muy venido abajo. Los dueños anteriores estaban muy grandes, no tenían una buena cartera de clientes ni de proveedores relevantes. Era casi una ferretería así que tuvimos que trabajar mucho para levantarlo y nos fue bien. Ahora esperamos un 2021 que sea un buen año", explica Gaytan a LA NACION.
Antes de ingresar al rubro de los materiales de la construcción, Gaytan destaca que él y sus socios ya estaban participando en un negocio cercano.
"Yo soy ingeniero, pero trabajé de muchas cosas. Incluso tuve un paso por Jumbo, donde fui comprador de alimentos. Igual lo mío siempre fue emprender. Me defino como un turquito al que le gusta mucho la venta y acá me encanta hablar con los capataces. Antes de comprar el corralón, yo venía trabajando como inversor inmobiliario, invirtiendo en proyectos desde el pozo, así que tenía una visión más cercana a la del cliente. La idea siempre fue integrar más el negocio y ofrecer todo bajo el mismo techo"
A la hora de justificar el optimismo para el año que recién empieza, Gaytan explica que a falta de alternativas de ahorro o inversión, el panorama para la construcción sigue siendo muy favorable, aunque destaca que a la coyuntura hay que ayudarla.
1. La rotación es todo
Cuando se hicieron cargo de Corralón Ciudadela, Gaytan explica que lo primero que hicieron fue invertir mucho en stock de mercadería. "La única forma de vender en este rubro es poner plata. No es una concesionaria de autos. La rotación es muy rápida y tenés que tener todo, porque el que arranca una obra lo único que quiere es terminarla. Es cómo hacer una torta: antes de empezar tenés que tener los huevos, la harina y la leche. Acá es lo mismo. No hay un solo ingrediente para construir. El que está a cargo de la obra cuando viene al corralón necesita llevarse todo y no puedo esperar", explica Gaytan.
La importancia del surtido tiene como contracara que el crédito de los proveedores prácticamente desapareció, en un contexto de demanda en alza y alta inflación. "En el corralón es todo pago contra culata de camión. Primero ponés la plata y recién ahí te bajan la mercadería".
2. Subirse a la ola
En la Argentina la construcción tiene un comportamiento muy particular. En muchos casos, la actividad no acompaña la evolución del resto de la economía y aun en medio de una recesión muy profunda -como la que enfrenta la economía actual- puede verse beneficiada por un llamativo boom, como el que empezó a vivirse en los últimos meses.
"Cuando comenzó la pandemia se hizo cuesta arriba. Me acuerdo de un día en abril que vendimos apenas $22.000. Fue durísimo, pero a partir de septiembre, cuando se empezaron a liberar las obras, comenzamos a levantar. La realidad es que cuando existe una restricción para el acceso a los dólares, la construcción anda bien. En un punto es un negocio anticíclico, porque la gente ve cómo se le derriten los pesos que tiene en la mano y se da cuenta que lo mejor es invertir en ladrillos. Además, los costos ayudan. El otro día estaba averiguando para comprar una heladera y los modelos más o menos buenos no bajaban los de $ 100.000. Con cien lucas, venís al corralón y hacés un de-sas-tre".
3.El servicio le gana al precio
En Corralón Ciudadela explican que hoy trabajan con un mix de clientes, que incluye un 40% de consumidores finales y un 60% de constructoras que en muchos casos trabajan del otro lado de la General Paz, en la Capital Federal. "Trabajamos con los dos públicos. La constructora me da de comer todo el año y de hecho este año estamos más tranquilos porque ya cerramos dos edificios grandes, que me aseguran cubrir los gastos fijos", señaló Gaytan.
A la hora de asegurar estos contratos de provisión de largo plazo, en Corralón Ciudadela destacan que no todo pasa por el precio y que los clientes también buscan el servicio.
"Todos esperan servicio. Que les ofrezcas a buen precio, pero que también les cumplas con los plazos y que los ayudes. Que les descargues la mercadería o que les tomes un cheque a 30 o 45 días. Siempre intentamos ponernos en el lugar de nuestro cliente y ayudarlo".
4. Todo ayuda a la hora de hacer publicidad
Gaytan abrió la cuenta en Twitter hace poco más de un año, aunque en los primeros meses solo accedía a la red para leer los tuits de otros usuarios. Cuando llegó la cuarentena y en las horas que pasaba al frente del negocio prácticamente sin recibir clientes, se soltó y empezó con sus propias publicaciones que rápidamente lograron un alto impacto.
El dueño de Corralón Ciudadela se reconoce como un intuitivo de las redes sociales. "En Twitter empecé como lector y la verdad es que la idea nunca fue hacer un trabajo de branding de la marca, sino que comenzamos de aburridos que estábamos. Además a veces ponemos cosas medio polémicas, pero lo importante es que nunca perdemos el humor. Y dentro de lo posible siempre intentamos hacer política propyme, contando lo difícil que es tener una empresa en la Argentina", explica Gaytan.
El empresario de la construcción destaca la buena recepción que tienen sus tuits y asegura que hasta han podido sumar algunos clientes a través de la red social, en un mercado que se puso cada vez más competitivo. "La competencia está dura. Nosotros por nuestra ubicación, en Ciudadela a cuatro cuadras de la General Paz, competimos con el Easy de la cancha de Vélez y el Sodimac de San Martín, y también con todos los corralones parecidos al nuestro que hay en la zona", explica el empresario.
Gaytan además reconoce que en su condición de tuitero estrella ya recibió algunas propuestas para trabajar con otras marcas. "Me llamaron de algunas marcas para ver si les podía dar una mano como community manager, pero en realidad lo nuestro es divertirnos y dar a conocer al Corralón Ciudadela", asegura.
En su incursión en las redes sociales, Gaytan destaca que no trabaja solo. "Todo el mundo aporta con ideas, fotos y anécdotas a la cuenta. Desde los empleados que trabajan en el corralón hasta muchos clientes y gente que está en las obras que nos mandan videos graciosos. Es un verdadero trabajo de equipo".
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